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"Detrás de cada despido hay una historia"
3 de enero, por Estatales — Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Ciudad de Buenos Aires, Estatales, Despidos, Trabajadoras y trabajadores estatales, #Despidos, Resistencia al ajuste, Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Ciudad de Buenos Aires, Estatales, Despidos, Trabajadoras y trabajadores estatales, #Despidos, Resistencia al ajusteLorena Itabel, delegada del Ministerio de Economía de la Nación, y Soledad Pagella, delegada de la Secretaría de Trabajo que ahora depende del ministerio de Capital Humano, pasaron por Barricada TV. Allí hablaron del ajuste, los despidos y su impacto sobre las vidas de las mujeres.
Luego de una intensa jornada de protesta en varias dependencias del Estado Nacional y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde los gobiernos de Milei y de Macri coinciden en atacar con despidos, Lorena Itabel, delegada del Ministerio de Economía de la Nación, y Soledad Pagella, delegada de la Secretaría de Trabajo que ahora depende del ministerio de Capital Humano, pasaron por Barricada TV.
Las acciones de ayer martes, como contaron, tenían como objetivo que los cesanteados y cesanteadas no queden aislados, así como dar un primer paso en organizar la pelea contra los despidos. Mientras evalúan nuevas medidas de fuerza y se organizan para fortalecer desde abajo el paro nacional del 24 de enero, Lorena y Soledad, que integran la Agrupación Marrón Clasista y la organización de mujeres y diversidades Pan y Rosas, destacan que “esta pelea por la reincorporación de quienes recibieron las notificaciones de despido, es una primera tarea en el camino de derrotar el DNU y la Ley Omnibus de Milei, que atacan a trabajadores y sectores populares para beneficiar a los monopolios nacionales y extranjeros”.
No somos casta, somos trabajadoras
“El gobierno de Javier Milei centró su campaña en el ataque a ´la casta´, pero contrariamente, los benefició con sus decretos y una Ley Ómnibus a medida”, denuncian, y destacan que mientras despiden a quienes sostienen programas elementales, como los de atención telefónica a las víctimas de violencia, los que salen ganando son los grandes empresarios, los grandes grupos inmobiliarios, los que lucran con el precio de los alimentos, de los medicamentos, del transporte y otros servicios esenciales. “Quienes pierden en este esquema, somos las trabajadoras y trabajadores”, denuncian, y destacan que según la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), a nivel nacional se estima que serían más de 7500 familias las que quedarían en la calle, mientras que a nivel local, en la Ciudad de Buenos Aires, los despidos llegarían a 7000
Situaciones similares se registran en otras provincias y son ellas, las mujeres, las más afectadas: “por eso nos estamos organizando en asambleas y en comisiones de mujeres”, cuenta Soledad, y destaca que en la Ciudad de Buenos Aires,“tanto en dependencias estatales y municipales como en los barrios, donde también se está llamando a decir ‘no a los despidos', tenemos que pelear desde abajo por la unidad de los trabajadores y trabajadoras e impulsar una gran campaña por ´Ni Una Menos sin trabajo´, por ‘Ninguna familia en la calle' y para que quede bien claro que nosotras ‘no somos casta: somos trabajadoras'”, enfatiza.
Como denuncian, “con salarios bajísimos, una precarización terrible dentro del propio Estado, y al ser la mayoría mujeres, esto también nos golpea doblemente y hasta triplemente a las despedidas, porque muchas somos sostén de familia, cobramos 200 mil pesos o menos, alquilamos, bancamos las necesidades de nuestros hijos, así que tenemos que tener más de un empleo”. “Hay compañeras que en los fines de semana trabajan en centros de estética, con el Uber, dando clases en horas de docencia o changas o cuidando adultos mayores o niños. Para muchas, se llega a una triple jornada laboral: dos trabajos para tratar de llegar a fin de mes, además de las tareas de cuidado y de crianza y del trabajo que recae mayoritariamente sobre nosotras en las casas”, subraya Lorena.
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Organizarse para tirar abajo todos los ataques de Milei
“Como continuidad de la jornada de este 2 de enero, apostamos a seguir con las recorridas dentro de los ministerios, realizar acciones conjuntas y hacer una exigencia a nuestro sindicato ATE y a todas las centrales sindicales, de acciones urgentes, medidas, un plan de lucha de conjunto, porque no podemos estar peleando aisladamente”, dicen.
“Sería muy distinto si todo el movimiento obrero sale a las calles... y no solo el movimiento obrero, sino también las que levantamos la bandera por los derechos de las mujeres y diversidades: un enorme movimiento que ha sido protagonista en estos últimos años de grandes luchas y grandes conquistas. Si toda esa fuerza se vuelca a defender los puestos de trabajo, muchas mujeres que van a ver afectado su salario, que van a ver afectada su fuente laboral, seguramente también quieran sumarse”, remarca Lorena, y enfatiza: “la marea verde, el movimiento por Ni Una Menos, que nos atravesó y del que fuimos parte miles de trabajadoras estatales, es una experiencia muy valiosa. Por eso nosotras apostamos a unir la pelea por los puestos de trabajo y por la defensa de todas nuestras conquistas, porque esta lucha es una lucha de conjunto”.
De cara al plenario de delegados de ATE de este miércoles, las trabajadoras cuentan que “vamos a volver a insistir en que en cada uno de los ministerios se convoquen asambleas, en que se llame coordinación de todos los trabajadores y trabajadoras estatales y una gran campaña que ponga en evidencia este ataque con el que se pretende dejar a miles de familias en las calles”.
“También vamos a insistir en nuestra propuesta de un gran plenario abierto para organizar desde abajo y de manera independiente toda nuestra fuerza, de cara al paro que tuvo que convocar la CGT para el próximo 24”, enfatizan y destacan que esa primera manifestación debe tener continuidad en un plan de lucha que permita unir a los trabajadores y trabajadoras bajo convenio, con millones de trabajadores y trabajadoras precarizadas, monotributistas, trabajadoras informales y sin empleo, jóvenes estudiantes y activistas feministas”. Es por ahí. Todo el apoyo.
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De las cocinas a las calles: ¿por qué suenan las cacerolas?
3 de enero, por Tradiciones — Géneros y Sexualidades, Sociedad, Historia, Mujeres, Columnistas Vertical , Movimiento de mujeres, Cacerolazo, Protesta Social, Derecho a la protesta, Géneros y Sexualidades, Sociedad, Historia, Mujeres, Columnistas Vertical , Movimiento de mujeres, Cacerolazo, Protesta Social, Derecho a la protestaEstos días, las cacerolas volvieron a oírse en Buenos Aires y otras ciudades del país, abriendo paso a la organización de asambleas vecinales que tímidamente empiezan a conformarse en diferentes barrios. Un método tradicional de las luchas obreras y populares, que no pudieron arrebatarnos, vuelve a entrar en escena.
Imagen: Cacerolazos de diciembre de 2017, contra la reforma previsional y la represión
El sábado 21 de agosto de 1982, Clarín tuvo que reflejar en la portada, la manifestación de amas de casa que había ocurrido en la tarde del día anterior. [1]. Con letras catástrofe, el diario anunciaba que el general "Bignone recibe a la CGT-Brasil", la central ubicada en la calle con ese nombre, que surge en 1980 confrontando con la dictadura militar, bajo el liderazgo de Saúl Ubaldini. También señalaba que, en cambio, la CGT-Azopardo aguardaría una semana. Pero en la esquina inferior izquierda, una foto mostraba a varias mujeres y una niña con carteles que decían: "Estoy con bronca. No compro los jueves." El epígrafe de la foto anticipa el contenido del artículo: "Un grupo de amas de casa elevó ayer un petitorio, avalado por 4 mil firmas, al Ministerio de Economía, mientras que alrededor de 400 personas realizaban una concentración en Plaza de Mayo como protesta por la carestía de la vida. Reclamaron subsidio a la leche, carne a bajos precios y la exención del IVA en los medicamentos." Era una movilización en la que confluían distintos sectores y organizaciones de mujeres y de la izquierda, como la Unión de Mujeres Argentinas (UMA) fundada por mujeres del PC y Bolsas Vacías, que al año siguiente se transformó en Amas de Casa del País, impulsada por el PCR de tendencia maoísta.
Golpearon cacerolas, agitaron sus bolsas de compras vacías y también reclamaron por la eliminación de la indexación de los alquileres. Las manifestaciones se extendieron a Mendoza, Córdoba, Rosario; pero también a distintas localidades del área metropolitana de Buenos Aires, donde convergieron frente a las municipalidades para rechazar el aumento del impuesto de alumbrado, barrido y limpieza, entre otros reclamos contra la carestía de vida.
Golpearon cacerolas, agitaron sus bolsas de compras vacías y también reclamaron por la eliminación de la indexación de los alquileres.
Las familias trabajadoras protagonizan los vecinazos
En noviembre de 1982, el proceso se generaliza. En la zona sur del conurbano bonaerense, la protesta se extiende en Monte Grande, Avellaneda, Dock Sud, Crucecita y otras localidades, donde se convocan asambleas y los vecinos se declaran en estado de alerta. El movimiento se extiende a Caseros, en la zona noroeste. Se suman más localidades del sur, como Avellaneda, Valentín Alsina y Lanús, donde se planifica un acto en una plaza, que es prohibido por el gobernador, medida que es desafiada con una concentración de un millar de vecinas y vecinos.
El 24 de noviembre allí se realiza la manifestación más masiva, con resistencia al operativo policial que rodea la municipalidad de Lanús y termina con varios heridos y 12 personas detenidas. Nadie sabe cuánta gente hubo, por eso se habla de 8 mil y hasta de 30 mil. Más allá del número, en la memoria histórica quedó fijado, como otras grandes gestas populares, con un sufijo que lo recuerda como algo enorme: el Lanusazo.
En su gran mayoría son familias obreras de las pequeñas industrias metalúrgicas y textiles, trabajadores ferroviarios, municipales, de correos, comercio y administrativos. También muchas maestras y cuentapropistas plomeros, electricistas, gasistas, peluqueros, como pequeños comerciantes y algunos profesionales autónomos. Llevan banderas argentinas y carteles con los nombres de los barrios de donde provienen y algunas consignas: "Queremos pagar pero no podemos"; "Congelamiento de los impuestos al mes de agosto"; "Basta de hambre". Los clásicos cantos de todas las movilizaciones populares mezclaban las demandas vecinales con el repudio a la dictadura militar: "Qué macana, qué macana, pagamos los impuestos para mantener la cana", "Suben las papas, suben los limones y en la intendencia suben los ladrones", "Mandarina, mandarina, que el impuesto lo paguen el Ejército y la Marina"; "Si no alcanza para parar la olla, que los impuestos te los pague Magoya".
Cuando afuera se enteran de que el intendente no recibe a la comisión de vecinos, empieza la presión contra el vallado policial. Desde más atrás, vuelan trozos de baldosas y sachets de leche contra la policía que responde con gases lacrimógenos y perros, a la manifestación que ya había superado las vallas. Pero la represión enciende más aún los ánimos de la multitud que vocifera "los pibes murieron, los jefes los vendieron" y "Galtieri, borracho, vendiste a los muchachos", en referencia al accionar de la dictadura militar en la guerra de Malvinas que había ocurrido en la primera mitad de ese mismo año. "Se va a acabar la dictadura militar" se entona con energía, como también ese verso del Himno nacional que señala "coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir", mientras la multitud se reagrupa y vence por tercera vez el vallado policial.
En su gran mayoría son familias obreras de las pequeñas industrias metalúrgicas y textiles, trabajadores ferroviarios, municipales, de correos, comercio y administrativos. También muchas maestras y cuentapropistas plomeros, electricistas, gasistas, peluqueros, como pequeños comerciantes y algunos profesionales autónomos
La juventud pasa a la primera línea y cae una lluvia de piedras contra la policía. Mientras las mujeres y personas mayores juntan el canto rodado del terraplén del Ferrocarril Roca y se lo acercan a los jóvenes para continuar la resistencia. Desde los edificios linderos, las mujeres arrojan sachets de leche, bolsas de basura y macetas para que la policía deje de gasear a los manifestantes. El combate se prolonga hasta que las fuerzas de represión reciben refuerzos. Las manifestaciones continúan varios días más en otras localidades. Intervienen asociaciones de fomento, de comerciantes, de jubilados, partidos políticos, clubes barriales y sobre todo, mujeres reunidas como vecinas o amas de casa.
Desde los edificios linderos, las mujeres arrojan sachets de leche, bolsas de basura y macetas para que la policía deje de gasear a los manifestantes.
"Contra el tarifazo, cacerolazo"
El 9 de octubre de 1986, Ubaldini convoca al sexto paro de la CGT contra el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín. Pero además de ser una huelga con una movilización que reunió a más de 100 mil trabajadores y trabajadoras, las mujeres volvieron a hacer oír sus cacerolas. Según el diario Crónica, Amas de Casa del País convocó a "todas las mujeres, trabajadores y esposas de trabajadores a concurrir con ellos a la concentración con ollas, sartenes, tapas y latas para hacer escuchar nuestros reclamos".
Hubo cacerolazo en Córdoba, en 1987, para repudiar los levantamientos de los militares "carapintadas" y en Neuquén, La Plata y algunos barrios porteños, en 1988, contra los tarifazos de los servicios y el transporte. En setiembre, mientras las docentes de todo el país se encontraban de paro, otro cacerolazo se congregó frente al entonces Ministerio de Obras y Servicios Públicos, "Contra el tarifazo, el cacerolazo" era la consigna para no pagar los servicios públicos de luz, gas y teléfono. Según el diario Página/12, el 90% de los manifestantes eran amas de casa y jubilados.
"Piquete y cacerola, la lucha es una sola"
Si los cacerolazos fueron protagonizados por las familias trabajadoras y, en ocasiones, por la alianza entre trabajadores y sectores arruinados de las clases medias, con el inicio de la crisis del gobierno de Menem, en 1996, las protestas son hegemonizadas por estas últimas y en un claro sentido político opositor fogoneado por los sectores partidarios que luego formarían la alianza que sucede al menemismo en el gobierno.
Finalmente, el 2001 es recordado no solo por la masiva consigna de "que se vayan todos", sino también por aquella otra que sintetizó la alianza coyuntural entre los trabajadores y trabajadoras recientemente despedidos y hundidos en la pobreza, que cortaban las rutas del país con los piquetes, con las clases medias a quienes el ministro Domingo Cavallo les había confiscado los ahorros bancarios mediante el "corralito": "piquete y cacerola, la lucha es una sola".
Cuando el presidente Fernando De la Rúa anunció, la noche del 19 de diciembre por cadena nacional, que decretaba el estado de sitio, decenas de miles de personas salieron espontáneamente a desafiar la medida, juntándose en las esquinas de sus barrios a golpear las cacerolas, hasta que decidieron marchar por las principales avenidas hasta la Plaza de Mayo. Había cacerolas que protestaban por estar vacías y otras que fueron elegidas para hacer todo el ruido que fuera necesario para un presidente que no oía lo que sus propios votantes querían decir.
Había cacerolas que protestaban por estar vacías y otras que fueron elegidas para hacer todo el ruido que fuera necesario para un presidente que no oía lo que sus propios votantes querían decir.
Las cacerolas "apolíticas" y las cacerolas solidarias
Durante los gobiernos kirchneristas, las cacerolas volvieron a oírse. Pero ahora eran sectores de las clases dominantes las que las hicieron sonar. En 2008, cuando las patronales agrarias desafiaron al gobierno, las cacerolas respondieron a los discursos presidenciales de confrontación. También los hubo en 2011 y 2012, llamando a defender los valores republicanos y ponerle límites al autoritarismo presidencial.
Solo en diciembre de 2017, las cacerolas volvieron a sus legítimas manos, cuando el gobierno de Mauricio Macri reprime brutalmente una masiva movilización frente al Congreso donde se trataba la reforma previsional. Después de varias horas en que las fuerzas represivas dispararon a mansalva perdigones de goma y gases lacrimógenos, con varios heridos y detenidos, espontáneamente en toda la ciudad de Buenos Aires estallaron los cacerolazos demostrando que el rechazo a la reforma de las jubilaciones era muy extendido, como también la solidaridad con quienes habían sufrido la represión.
En una escala aún menor, algo similar sucedió el pasado 20 de diciembre. Pero esto ya es historia reciente que tenemos que continuar escribiendo a fuerza de ruidos metálicos que se esparcen, contagiosamente, desde ventanas, balcones y se transforman en reuniones en las esquinas, cortes de calles y avenidas, movilizaciones y marea. Nada mejor, para recuperar los lazos sociales rotos por el sálvese quien pueda, que las cacerolas donde se cuecen los sueños que alimentan nuestra común existencia.
Nada mejor, para recuperar los lazos sociales rotos por el sálvese quien pueda, que las cacerolas donde se cuecen los sueños que alimentan nuestra común existencia
[1] Las fuentes consultadas para este artículo fueron "De la protesta vecinal al 'motín popular': Lanús 1982", de Iñigo Carreras y equipo; "Conceptualización e historia de los cacerolazos en la Argentina reciente (1982-2013), de Tomás Gold e "Historia de los cacerolazos: 1982-2001", de Roxana Telechea
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Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat: despedidas de la línea 144 exigen su reincorporación
2 de enero, por CABA — Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Violencia de género, Ciudad de Buenos Aires, Mujeres trabajadoras, GCABA, Jorge Macri, Línea 144, Despidos masivos, Bloque A4 - 4, Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Violencia de género, Ciudad de Buenos Aires, Mujeres trabajadoras, GCABA, Jorge Macri, Línea 144, Despidos masivos, Bloque A4 - 4Se trata de trabajadoras despedidas del Hogar Mariquita Sánchez, Hogar Eva Duarte, compañeras de los Centros Integrales de la Mujer (CIM) y la línea 144, dependientes de la Dirección General de la Mujer. Se convocaron para hacer entrega de una carta a las autoridades.
Las trabajadoras fueron despedidas a través de un mail, un día antes de las fiestas del 31/12, se convocaron en las puertas del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat para presentar una carta a las autoridades exigiendo su reincorporación. La Organización de Pan y Rosas, se hizo presente para solidarizarse y acompañar lo que defina el colectivo de trabajadoras.
Dichas trabajadoras pertenecen al Hogar Mariquita Sánchez dependientes de la Dirección General de la Mujer.
"Nos despidieron sin previo aviso, nos llegó un mail durante nuestra última jornada de trabajo", decía una de ellas. Las trabajadoras se desempeñan en atención de mujeres víctimas de violencia de género y prevención. Con un femicidio cada 27 horas, el Gobierno porteño profundiza la desinversión en el área dejando gente en la calle.
"Nosotras tenemos pruebas de todo lo que trabajamos en el sector", frente a los dichos del gobierno actual, sobre que varios ministerios son innecesarios y un gasto para el estado. A su vez, Jorge Macri, suma ataques a las y los trabajadores de la Ciudad, con despedidos, manteniendo un bajo perfil, para pasar desapercibido, pero en sintonía con el gobierno de Javier Milei que ataca a las y los trabajadores estatales nacionales.
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El refugio Mariquita Sánchez, solo es uno de los 3 en la Ciudad de Buenos Aires para la asistencia a mujeres víctimas de violencia de género con y sin hijxs.
Las trabajadoras se desempeñaban en atención de mujeres víctimas de violencia de género y prevención en violencia de género. Son monotributistas, modo de contratación precaria que abunda en la administración porteña. Jorge Macri, profundiza la desinversión en el área con estos despidos.
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En estos momentos, las trabajadoras despedidas, junto a otras trabajadoras del sector, se encuentran deliberando, ya que no fueron recibidas por las autoridades.
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Trabajadoras despedidas de atención en violencia de género exigen su reincorporación
2 de enero, por CABA — Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Violencia de género, Ciudad de Buenos Aires, Mujeres trabajadoras, GCABA, Jorge Macri, Línea 144, Despidos masivos, Resistencia al ajuste, Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Violencia de género, Ciudad de Buenos Aires, Mujeres trabajadoras, GCABA, Jorge Macri, Línea 144, Despidos masivos, Resistencia al ajusteSe trata de trabajadoras despedidas del Hogar Mariquita Sánchez, Hogar Eva Duarte, compañeras de los Centros Integrales de la Mujer (CIM) y la línea 144, dependientes de la Dirección General de la Mujer. Se convocaron para hacer entrega de una carta a las autoridades.
Las trabajadoras fueron despedidas a través de un mail, un día antes de las fiestas del 31/12, se convocaron en las puertas del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat para presentar una carta a las autoridades exigiendo su reincorporación. La Organización de Pan y Rosas, se hizo presente para solidarizarse y acompañar lo que defina el colectivo de trabajadoras.
"Nos despidieron sin previo aviso, nos llegó un mail durante nuestra última jornada de trabajo", decía una de ellas. Las trabajadoras se desempeñan en atención de mujeres víctimas de violencia de género y prevención. Con un femicidio cada 27 horas, el Gobierno porteño profundiza la desinversión en el área dejando gente en la calle.
"Nosotras tenemos pruebas de todo lo que trabajamos en el sector", frente a los dichos del gobierno actual, sobre que varios ministerios son innecesarios y un gasto para el estado. A su vez, Jorge Macri, suma ataques a las y los trabajadores de la Ciudad, con despedidos, manteniendo un bajo perfil, para pasar desapercibido, pero en sintonía con el gobierno de Javier Milei que ataca a las y los trabajadores estatales nacionales.
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Despidos en las líneas de atención a las violencias
2 de enero, por Ajuste en el Estado — Géneros y Sexualidades, Ciudad de Buenos Aires, Despidos, Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Violencia machista, Javier Milei, Línea 144, Línea 137, Resistencia al ajuste, Géneros y Sexualidades, Ciudad de Buenos Aires, Despidos, Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Violencia machista, Javier Milei, Línea 144, Línea 137, Resistencia al ajusteDesde el 29 de diciembre y sin contacto personal, trabajadoras y trabajadores de las líneas 137 y 144, dependientes de Nación y la Ciudad de Buenos Aires, recibieron notificaciones de despidos.
Imagen: Trabajadoras de la línea 137 luchan contra el recorte de Mauricio Macri en 2018.
Trabajadoras y trabajadores de las líneas 137, dependiente del ministerio de Justicia de la Nación, y 144, de la Ciudad de Buenos Aires, fueron despedidos antes de Año Nuevo. Los despidos son parte del recorte del decreto 84/2023 de Javier Milei, que despide a todas las personas que empezaron a prestar funciones a partir del 2023 y renueva solamente por 90 días los diferentes contratos precarios más allá de su antigüedad.
Este recorte, además de poner en peligro las fuentes de trabajo, deja en suspenso las políticas públicas que brindan acompañamiento y contención a víctimas de la violencia machista. Mientras el Estado decide reducir el presupuesto de esas políticas, las cifras de femicidios y travesticidios se mantienen.
¿Quién va atender tu llamado?
Los primeros despidos fueron para siete profesionales de la línea 137, que brinda asesoramiento y acompañamiento a víctimas de violencia familiar y sexual, una de la línea de Acceso a la Justicia y cuatro personas de los centros de Acceso a la Justicia (CAJ). Los despidos fueron informados vía GDE (Sistema de Gestión Documental Electrónica), sin ningún contacto personal el viernes 29 de diciembre a la tarde cuando terminaba el último día laboral antes del fin de año. La línea 137 depende de la Subsecretaría de Acceso a la Justicia, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
El mismo viernes las trabajadoras de la línea 144 de atención a víctimas de violencia de género de la Ciudad de Buenos Aires fueron informadas mediante correo electrónico de la finalización de sus contratos. Desde la línea denuncian que los despidos representan el 30% del personal del área de la Dirección General de la Mujer, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad.
Tanto a nivel nacional como local, los despidos representan menor calidad de atención a las personas que se contacten con las líneas, ya sobrecargadas.
Durante el martes 2 de enero se realizarán las primeras reuniones y asambleas para decidir las acciones a seguir.
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