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Zulema Palma, una pionera referente feminista del Conurbano Bonaerense
9 de julio, por Homenaje — Géneros y Sexualidades, Derecho al aborto, Ciudad de Buenos Aires, Zona Oeste del Gran Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Feminismo, Morón, Feminismo y lucha del movimiento de mujeres, Feminismos, Bloque3 A4 2, Géneros y Sexualidades, Derecho al aborto, Ciudad de Buenos Aires, Zona Oeste del Gran Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Feminismo, Morón, Feminismo y lucha del movimiento de mujeres, Feminismos, Bloque3 A4 2Falleció Zulema, el 1 de julio, defensora de los derechos de las mujeres y enemiga del patriarcado desde la década del 70. Supo construir Mujeres al Oeste, impulsar el primer Encuentro de Mujeres del Oeste, defender el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos sin bajar los brazos nunca.
“Estoy activa como activista organizada del feminismo desde fines de los 80, el siglo pasado. En los tiempos esos primeros éramos las únicas locas que estábamos en la calle repartiendo folletos. Con el tiempo, hemos fijado agenda” contaba Zulema en una entrevista de Archivo Oral Memoria Abierta. La historia de las mujeres que enfrentan al patriarcado y capitalismo parece siempre comenzar antes de lo que creemos. Zulema Palma fue una de esas mujeres.
“El patriarcado no se rinde, no se va a caer, lo vamos a voltear”
Nació en el 45, era médica, ginecóloga. En el centro de día del barrio de Flores acompañó a mujeres embarazadas, muchas jóvenes, migrantes, sin trabajo, en contactos de violencia y extrema vulnerabilidad. Fue desde allí donde comenzó a preguntar por el acceso al aborto seguro y gratuito, pero también por la autonomía de las mujeres y su relación con el control del capitalismo y patriarcado.
Su lucha por el derecho al aborto brotó en los setenta, desafiando la voz de su propia profesión, que lo llamaba ofensa. Organizó charlas, tejió redes con otras mujeres, sin descanso, y fue Secretaria de Salud en Morón (1983-1985). Tras el Encuentro Nacional de Mujeres del 89, en Rosario, algo en ella mutó, un nuevo impulso, un sendero extraordinario se unió a la Red Nacional por la Salud, a la Comisión por el Derecho al Aborto, sembrando debate sobre anticoncepción, despenalización y el aborto. Este espacio duró hasta los 90.
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En 1990 encabezó el 1° Encuentro de Mujeres Bonaerenses, que se realizó en Moreno, municipio donde el intendente Gustavo Green, designado por Menem y reconocido por hechos de violencia pública, profesaba un peronismo anquilosado y conservador contrario a los derechos que las mujeres del encuentro buscaban conquistar. El gobierno menemista fue uno de los más notables abanderados del establecimiento del Dia del Niño por Nacer, impulsado por el Vaticano en una cruzada contra el derecho al aborto.
Los primeros encuentros resonaban con la violencia contra mujeres, y la urgencia de anticoncepción y aborto, temas que eran hogueras. La lucha imperiosa: anticonceptivos en centros de salud, inspiradas por el creciente fuego de los Encuentros Nacionales, con fervor. En 1994 su voz pionera en la radio local sonó en un programa feminista, donde el género y patriarcado eran nombrados cuando no eran temas aún de agenda. Así, en 1995, dio nacimiento a Mujeres al Oeste junto a Marina Laski.
Pionera en la zona Oeste del Conurbano
Formó parte del colectivo que presentó en Proyecto de Ley por la legalización del aborto dos o tres veces, siempre cajoneado en el Congreso. Por esos años la cuestión del aborto estaba definitivamente englobado en los “derechos reproductivos”, que era el modo en que estos temas se incorporaron a la agenda política. Fue recién en 1995 cuando la Cámara de Diputados aprobó la ley de salud reproductiva que incluía la provisión de servicios gratuitos en los hospitales públicos, por una “maternidad sin riesgos”.
Antes que lográramos la Ley de ESI, 2006, organizaba cursos sobre sexualidades a veces con financiamiento de organizaciones extranjeras y otras a pulmón. "El Estado es femicida mientras siga impidiendo el acceso al aborto” decía en 2016, cuando el debate estaba instalado. “Con que tengamos una ley no vamos a solucionar problemas porque vivimos en una sociedad heteropatriarcal y capitalista y hasta que no tengamos la sociedad feminista y socialista, vamos a seguir padeciendo esa sociedad. Sin embargo, con esa mirada hacia el futuro, con conseguir cambios legales y de mentalidades en el campo específico de la salud, va a darse a corto plazo, eso lo saben y por eso arremeten contra nosotras”.
No faltó la oportunidad de poder realizar una charla en común con Andrea D'Atri desde Pan y Rosas, en el viejo local de Yatay en Morón, eran años en los que peleabamos contra la corriente pero esos hilos de continuidad fueron los que empalmaron en el 2014 con la enorme movilización por Ni Una menos y luego la marea verde.
La lucha de Zulema cruzó gobiernos peronistas, radicales, de la Alianza, macristas y de la Libertad Avanza. Ninguno de ellos le hizo cambiar de idea. “Esta revolución silenciosa que es el feminismo todavía tiene que recorrer varias generaciones, porque el patriarcado no se rinde, no se va a caer, lo vamos a voltear. El patriarcado asociado al capitalismo es muy poderoso, hay que golpear a ambos. Feminismo y capitalismo no pueden andar juntos” decía.
En el medio de un intento reaccionario contra mujeres y diversidades, retomar la historia de Zulema, invita a cobrar más fuerza para organizarnos y enfrentar el ajuste y persecución, recordando la enorme pelea de quienes supieron ser pioneras. En este año y medio de gobierno de Milei parte de la resistencia en las calles fue este movimiento el que salió a enfrentar los dichos de Davos y discursos de odio que incluso se llevaron la vida de Pamela Mercedes y Andrea, mujeres trabajadoras docentes en defensa de la educación, la ESI y salario, de la salud como el Bonaparte, Garrahan, Posadas estuvieron en primera linea de lucha. Seguir confiando en nuestra propia fuerza, ganar las calles, es la mejor continuidad que podemos llegar adelante retomando el legado de Zulema.
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Un diálogo con los autores de El malestar de los varones en tiempos de oscuridad
4 de julio, por Vainer y Barzani — Géneros y Sexualidades, Sociedad, LGTBI, Carlos Jáuregui, Frente de Liberación Homosexual, Néstor Perlongher, Movimiento de mujeres, Sigmund Freud, Revista Topía, Patriarcado, Géneros y Sexualidades, Sociedad, LGTBI, Carlos Jáuregui, Frente de Liberación Homosexual, Néstor Perlongher, Movimiento de mujeres, Sigmund Freud, Revista Topía, PatriarcadoPsicoanalistas e integrantes del Consejo de redacción de la revista Topia, Alejandro Vainer y Carlos Barzani desarman el mito de la "deconstrucción masculina" como proceso individual y plantean una lectura política del sufrimiento que el patriarcado también impone a los hombres. Aquí analizan las contradicciones de la masculinidad hegemónica, el vínculo entre poder y fragilidad y la necesidad de imaginar formas de ‘ser hombre' que rompan con el ciclo de sometimiento. ¿Cómo transformar el malestar en potencia colectiva?
En un momento histórico marcado por las luchas de las mujeres, el cuestionamiento de estructuras patriarcales y la emergencia de las luchas por las identidades diversas y, en contrapartida, el surgimiento de nuevas derechas que atacan las políticas de género, la masculinidad tradicional atraviesa una crisis. Es en este escenario complejo donde surge El malestar de los varones, un ensayo que aborda las contradicciones, frustraciones y desafíos que experimentan los hombres contemporáneos. Sus autores, Alejandro Vainer y Carlos Barzani, no se limitan a diagnosticar el malestar, sino que lo sitúan en un entramado social, político y psicológico, desafiando tanto el victimismo reaccionario como las simplificaciones ideológicas. En esta entrevista, desentrañamos las claves de su análisis, exploramos las raíces de esta crisis identitaria y discutimos posibles caminos hacia masculinidades “más libres”. Como dicen sus autores en la entrevista que por más de dos horas tuvieron con La Izquierda Diario: abandonar estas masculinidades de sometimiento nos potencia; no perdemos, ganamos.
¿Qué los llevó a escribir sobre el "malestar de los varones" en el contexto actual? ¿Consideran que es un tema urgente a discutir?
-Carlos: Yo venía escribiendo y pensando mucho en relación a los varones gays. [...] Había escrito un artículo sobre masculinidad gay y el malestar de los varones gays. A partir de ahí empezamos a ver, también, todas las cuestiones de salud que había en los varones, que no solo incluían a los varones gays, sino también a los varones heteros. En general, los varones morimos por causas externas o por cuestiones coronarias que tienen que ver con la sobreexigencia y la presión en lo que se refiere a aportar, a proveer, a sostener, a mantener. Y eso uno lo ve no solo en varones heterosexuales, sino también en varones gays, en realidad en los varones cisexuales.
-Alejandro: Los dos estamos dentro de Topía [...] y veníamos escribiendo ciertas cosas, cada uno con desarrollos personales. Mucho de este libro tiene que ver con lo que es estar en el consejo de redacción de Topía discutiendo cuestiones que tienen que ver con el psicoanálisis, la sociedad y la cultura. Sin eso sería impensable.
Además, fui ayudante de la cátedra de Ana Fernández de Estudios de la Mujer; era el único varón en 1990-91. [...] Yo sabía que para poder escribir algo sobre el tema varones iba a pasar un tiempo.El título habla de tiempos de oscuridad. ¿A qué tipo de oscuridad se refiere, política, social, psicológica o una combinación de todas?
-Alejandro: Una combinación de todas [política, social, psicológica]. Cuando hablamos de oscuridad, nosotros consideramos que no hay subjetividad por fuera de lo social, por fuera de lo corporal, por fuera de lo psicológico. En ese sentido, seguimos el esquema conceptual que fue creando Enrique Carpintero durante ya 35 años de Topía.
[...] La oscuridad la consideramos, sobre todo pensando en la revuelta patriarcal y las revueltas de neofascistas que tienen una pata en lo patriarcal. [...]-Carlos: Cuando trabajamos [...] el malestar que provocamos los varones, no lo tomamos solo en Argentina, sino en Latinoamérica y diferentes países. [...] Pensamos en los movimientos de derecha y neofascistas que hay en este momento en el mundo.
Sobre la ilusión de la deconstrucción de los varones, ustedes señalan los límites que tiene esto. ¿Cuáles son para ustedes esos límites?
-Alejandro: Para mí fue central escribir en contra de la deconstrucción, un tema que me daba vuelta. En el capítulo del libro, planteamos que la deconstrucción como proyecto para los varones nos deja huérfanos; esa es un poco la hipótesis. Nos deja huérfanos porque no toma cuestiones de historia, no toma la cuestión central de la historia de la izquierda en relación a los varones. [...]
No veo otra alternativa de un varón que piense desigualdades si no es dentro del campo de las izquierdas, con 200 años de historia, incluyendo las primeras luchas feministas, donde el 99% eran mujeres socialistas, comunistas, anarquistas, junto a varones con las limitaciones de su época. No le vamos a pedir a Marx, Engels o Lenin que tengan los mismos desarrollos de hoy, pero retomamos, como dice Engels, que la mujer es el proletario del hogar y el varón el burgués.La deconstrucción es un proceso meramente intelectual que no considera los cuerpos y las subjetividades. Además, es un proyecto superyoico: "Tenemos que ser buenos", y eso es un quilombo. Todos tenemos cosas de mierda y necesitamos soportes subjetivos y políticos para trabajar. Ese fue el horizonte al escribir el primer artículo, y luego surgió la idea del libro.
-Carlos: Dimos un seminario que nos permitió discutir y repensar cosas en distintos niveles: teórico, clínico (sobre identificaciones de los varones) y político.
-Alejandro: Hay que pensar alternativas para los varones frente a los avances de esta nueva ola feminista. El proyecto 'progre' de la deconstrucción creó un vacío sin horizonte claro –personal, grupal, político–. La deconstrucción no es un proyecto: es desarmar, como dice Derrida, 'sin buscar nuevo sentido'. Pero las personas no somos textos: al desarmarnos sin valores ni identificaciones, colapsamos. Frente a esto, la tentación neofascista ofrece una masculinidad patriarcal reconfortante: 'Vuelvo a estos valores, me siento cómodo, ya no me critican'. Ese vacío explica por qué prendió tanto este retroceso: la deconstrucción no supo darles a los varones un sentido alternativo.
-Carlos: En los varones, la demanda vino desde afuera. Las luchas de mujeres y LGTBIQ+ surgieron por necesidad propia, mientras que en los varones fue un reclamo de quienes sufren estas masculinidades patriarcales o de sometimiento (no hegemónicas, porque la hegemonía varía; lo común es la dominación).
-Alejandro: Partimos del malestar que nos genera esta masculinidad de sometimiento: ser hiperproductivos, exitosos, proveedores [...] Ideales imposibles que generan sufrimiento. Ese malestar nos impulsa a buscar alternativas en la historia, en otros referentes y en la conexión con otros varones. La deconstrucción es un proyecto sin referentes, sin historia. Es un concepto teórico convertido en mandato superyoico: 'yo me tengo que deconstruir', pero nadie me dice cómo reconstruirme.
En el libro, ¿cómo definen el "malestar" que experimentan los varones contemporáneos? ¿Creen que es un fenómeno nuevo o una reconfiguración de crisis anteriores?
-Alejandro: Creo que hay de las dos cosas. El malestar de la masculinidad de sometimiento que provocamos los varones, como dice Freud en El malestar en la cultura: la pulsión de muerte es incoercible y la vamos a tener siempre. Dicho en criollo: siempre va a haber una parte de mierda de todo. ¿Qué hacemos con esa mierda? La masculinidad de sometimiento lleva esa mierda hacia mujeres, minorías, extranjeros y pobres -castigándolos-. Y también a la propia vida de mierda del varón que hace esto. Esto viene dándose históricamente.
-Carlos: ¿De dónde poder agarrarnos ante el vacío de identificaciones? […] La deconstrucción produjo eso: un vacío. […] Todo es malo, ¿y de dónde me agarro?
Lo ves en los adolescentes que un poco muestra la serie Adolescencia, y qué tanto éxito tuvo, ¿no? O te agarras de la masculinidad patriarcal o te encontras con un vacío.-Alejandro: Esto es bastante complejo porque se suelen hacer, sobre todo en el medio psi, afirmaciones como que la masculinidad, las mujeres, la feminidad, cuando en realidad es una universalización que deja fuera la propia clase social, porque la clase social es parte de lo más inconsciente, con lo cual reviste toda esa complejidad.
-Carlos: ¿Sabés dónde se ve mucho esto? En los residentes recién recibidos, que cuando vienen a los talleres y escuchan a adolescentes, se quedan sorprendidos: “¿Existe esto?” Claro, porque se formaron en una facultad que prepara psicólogos y psicólogas como si fuera una isla, dirigida a personas de un sector social y geográfico muy determinado: la capital federal y ciertos barrios. Entonces, cuando se enfrentan a otras realidades, no saben cómo leerlas.
¿Qué papel juegan los mandatos tradicionales de la masculinidad en este malestar? ¿Cómo se relaciona con los cambios en los roles de género y el avance de los feminismos?
-Alejandro: Entró en crisis la masculinidad tradicional. Las mujeres cambiaron de lugar, y los varones siguen diciendo: ‘Te ayudo'. Las mujeres tienen razón en preguntar: ‘¿Cómo ayudar?' Esto desacomodó mucho a los varones [...] Si nunca vieron a su padre lavar un plato, ¿cómo se transforma eso?
No se trata solo de ser correcto, sino de qué nos potencia compartir roles: en el trabajo, los ingresos, los cuidados. Siempre se habla de ‘ayudar' por bondad, pero hay que pensar en qué ganamos los varones en esos nuevos roles.
-Carlos: Pensaba en las parejas gays: también ahí se repiten roles de cuidador y proveedor. En la vida cotidiana, uno se da cuenta de que puede estar reproduciendo lo que critica.
En la clínica, veo que muchas veces la madre marca al hijo varón como ser ‘machito', que también está atravesada por el patriarcado.En el libro hablan de "tiempos de oscuridad". ¿Cómo se vincula este malestar con el auge de discursos reaccionarios y neomachistas en respuesta a las transformaciones sociales?
-Alejandro: Como en la serie Machos Alpha, o como dicen Trump o Milei: 'No me voy a avergonzar de tener pelotas' [...] El malestar masculino se intensifica en tiempos de cambio porque la deconstrucción de la masculinidad no ofrece un proyecto claro que reemplace lo que se desarma. Esto genera un vacío identitario, y ante esa falta de sentido, muchos varones recurren a discursos neomachistas como forma de reafirmación, buscando seguridad en roles tradicionales que dan pertenencia y orden.
-Carlos: Como primer paso, visualizar estas cuestiones del machismo está buenísimo. Ahora, una vez que empezás a desarmar, ¿cómo qué construir sería? [...] Desarmar roles tradicionales es un paso necesario, pero si no se ofrece una alternativa concreta, se corre el riesgo de dejar a los varones sin rumbo. El problema surge cuando solo se critica lo viejo sin construir lo nuevo, generando un estado de orfandad simbólica que puede derivar en regresiones reaccionarias.
¿Cómo se manifiesta esto que ustedes definen como masculinidad de sometimiento?
-Alejandro: El malestar de los varones tiene que ver con la “masculinidad de sometimiento”, que genera malestar hacia mujeres, niños, niñas, minorías. Y hacia los varones, porque nunca llegamos al ideal. [...] Varones que te plantean que no saben cómo acercarse a una mujer porque sienten que van a ser violentos, que lo que van a decir está fuera de lugar. [...] Si toda actividad va a ser vista como agresiva, es un quilombo. [...] Ni varones ni mujeres podemos ser activos sin que se confunda con sometimiento. Una cosa es someterte y otra es ser mínimamente activo en una propuesta.
-Carlos: Un ejemplo tonto: alguien que no le dice nada a la mujer porque no quiere someterla, en realidad lo que está haciendo es no expresarle lo que quiere [...]
Su libro se inscribe en un debate más amplio sobre género y masculinidades. ¿Qué diferencias o puntos en común encuentran con otras perspectivas, como los estudios de masculinidades o el activismo de hombres antipatriarcales?
-Carlos: Del grupo de varones antipatriarcales me parece interesante que incorporen la voz marica [...] Ellos dicen: 'Somos varones heterosexuales cis y maricas'. Escuchan la experiencia marica para pensar desde otros lugares. Yo no he participado, pero leímos lo que escriben.
-Alejandro: En el libro seguimos una huella de Topía que viene de Plataforma y Documentos: leer distintos discursos –sociólogos, politólogos, novelas– para enriquecer nuestra visión. Como dice Emilio Rodrigué: 'Los psicoanalistas argentinos, a diferencia de los ingleses o franceses, leemos de todo: no solo el centro, sino la periferia, Latinoamérica, África'. En Topía mantenemos esa tradición: buscar en muchos lugares para armar nuestro esquema conceptual.
En el libro también hablan de que la “identificación con el agresor” es un mecanismo clave en la transmisión de la masculinidad patriarcal. ¿Cómo opera este proceso en la infancia y la adolescencia?
-Carlos: Desde chicos aprendemos qué decir para sentirnos sostenidos, y esto se refuerza en los primeros grupos. Un ejemplo es El marica de Abelardo Castillo: el protagonista, de 12 o 13 años, cuenta cómo lo obligan a debutar con una prostituta. Uno se escapa, y al final un amigo le dice: 'A mí me pasó lo mismo, pero no lo dije. Perdóname por no haber hecho nada'. El que parecía machito tampoco pudo, pero fingió. Castillo describe el acto como una guerra: entran de una manera y salen 'triunfantes' porque 'la pusieron'.
Todo eso forma subjetividad: desde los padres diciendo 'No llores, no seas mariquita', hasta miradas y gestos que castigan lo que no encaja en la masculinidad de sometimiento.
-Alejandro: Se va armando desde padres, adultos, compañeros, discursos y cuerpos que forman una polifonía de la masculinidad de sometimiento. Se enseña con sometimiento en la escuela, en la casa: la madre diciendo 'vos tenés que cagarte a trompadas', el padre diciendo 'vos sos un cagón, sos un boludo'. Así se naturaliza el par sometedor-sometido.
No termina a los 5 años, como dicen el psicoanálisis más ortodoxo, ni en la adolescencia. Las identificaciones pueden modificarse con experiencias como la militancia política. Los movimientos de mujeres muestran cómo cambia la subjetividad en lo colectivo. No es algo fijo: siempre puede haber fisuras y experiencias transformadoras, no solo en el análisis personal, sino en luchas colectivas que te cambian de formas insospechadas.
-Carlos: Las luchas también, no solo feministas, sino LGTBI.
Ferenczi y Anna Freud tienen visiones distintas sobre la "identificación con el agresor". ¿Cuál de las dos aproximaciones consideran más relevante para entender la masculinidad hegemónica?
-Carlos: Es interesante el par sometedor-sometido. Lo que trae Ferenczi es más profundo: el sujeto termina adivinando qué piensa el otro y qué espera de uno. No es solo 'identificación con el agresor' como dice Anna Freud, sino que incorporás el par y podés estar en cualquiera de los dos polos. O repetís lo del agresor, o modificás tu subjetividad para responder a lo que espera él.
Cuando sos chico, necesitás de esos primeros otros que te hacen sujeto, y te modificás según lo que esperan.-Alejandro: Lo de Ferenczi es muy parecido a lo que Pichon Riviere llama 'grupo interno'. Uno va incorporando identificaciones, armando su propio grupo interno. Si incorporás el par sometedor-sometido, podés jugar cualquier rol y hacerle jugar el otro al otro. Como decía Hernán Kesselman: 'Cualquiera le puede poner el sobretodo al otro, pero no todos tienen el esqueleto para aceptarlo'. Por eso a veces colgás el sobretodo del agresor y quedás sometido, o te ponés el de sometedor y colgás el chaleco de sometido al otro.
Esto se puede modificar en experiencias intersubjetivas: en grupos terapéuticos, laborales, etc. No siempre se reproduce igual. Si en un grupo de WhatsApp varones siguen objetivando mujeres, pero alguien lo cuestiona, puede que abran otro grupo para seguir haciéndolo... pero distinto es cuando estás en grupos donde esto se pone en crisis. Ahí pueden darse experiencias transformadoras.
¿Por qué creen que, pese a los avances en discusiones de género, persisten mandatos tan rígidos sobre "ser hombre"?
-Alejandro: Hay que considerar la dimensión inconsciente. Las transformaciones son lentas; como decía Freud, llevan generaciones. Freud hablaba de cambios intrapsíquicos en el superyó, pero yo digo intrasubjetivos. No se cambia la masculinidad patriarcal con identificaciones tempranas o grupos de pertenencia fuertes. Transformar eso es un quilombo individual, y más aún colectivo. ¿Cuántas olas feministas llevan para modificar a las mujeres, y aún no es universal? La transformación subjetiva requiere generaciones. El mandato sigue rígido, pero lo ya cambiado muestra su potencia. Hay que trabajar en muchos niveles y seguir. Aunque ya no hay una sola forma de ser varón [...] eso cambió. Aunque la transformación no es total, ha quedado con una crisis de hegemonía la masculinidad patriarcal.
-Carlos: Lo que más tarda en cambiar es el superyó. La transmisión de los valores de una cultura determinada es a través del superyó, entonces va a llevar varias generaciones [...] Yo creo que hay que valorar todo lo que se está pudiendo cambiar, que hay ciertas cosas que se cuestionan de la masculinidad de sometimiento tradicional. Tomemos las masculinidades gays: toda la lucha gay, lésbica, trans. Al principio, en época de Perlóngher y el Frente de Liberación Homosexual, era clandestina. Cambió en los 80, en el 85-86, cuando empezó a hacerse visible. Recuerdo la primera marcha: la mayoría llevábamos máscaras. Ese cambio es fundamental. Por eso estos movimientos reaccionarios que quieren eliminar el matrimonio igualitario, la IVE o la ley de identidad de género no pueden lograrlo: estas luchas pasaron de la clandestinidad a ser visibles, y eso cambió la mentalidad del colectivo.
¿Creen que las mujeres y disidencias deben tener un papel en la transformación de las masculinidades?
-Alejandro: Como dijo Débora Tajer en la presentación de nuestro libro: el tema de los varones es algo que 'lo tenemos que laburar los varones' [...] Así como no debemos decirles a las mujeres cómo vivir, ellas no deberían cargar con educarnos. La clave es ver qué nos potencian estos cambios. Si pensás 'tengo que cambiar para perder poder', no vas a querer. Pero en realidad 'voy a ganar potencia': llegar más lejos en colectivos: con otros varones y mujeres. Las masculinidades no patriarcales dan más potencia, porque se basan en vínculos y no en esa lógica del sometedor-sometido.
¿Qué recepción han tenido de parte de lectores varones? ¿Y de mujeres o disidencias?
-Carlos: Uno pretende con el libro llegar a todos los sectores. Mi peluquero [...] estaba fascinado con todo el desarrollo, me dijo: 'Me enteré de un montón de cosas que no sabía'.
"La verdad, que me enteré de cosas que yo no me imaginaba y para mí lo natural era la masculinidad de acá." Lo está leyendo gente que no es ni psí, ni socióloga.-Alejandro: Y como decimos en Topía, escribimos en castellano. Se lo di a leer a mi hijo [...] '¿Se entiende?' Y me dijo: 'Perfectamente, y que además que son bien zurdos'.
Se entiende todo perfectamente, como me dijo un amigo contador, pero además es un libro que tiene una propuesta política [...] y nos da una brújula a los varones. Es mucho más de lo que hubiéramos soñado Carlos y yo.
Este diálogo con Alejandro y Carlos, no terminó acá. Continuamos hablando de la playlist que publican al final del libro.Comentan que Lennon que con su primera mujer fue el manual del patriarcado; con Yoko Ono intentó otra cosa. O Moris en 'Escúchame entre el ruido' (1969), cuestionando: '¿Por qué los varones tenemos que tener siempre la voz de macho?'.
-“Esas huellas en la cultura son brújulas".
También hablamos sobre Carlos Jauregui, Néstor Perlongher: varones que mostraron masculinidades no sometedoras.
“Los movimientos LGTBI cuestionan la masculinidad de sometimiento y permiten pensar otros modelos, incluso en parejas gays o lesbianas que negocian el poder".Foto: Alejandro Vainer y Carlos Barzzani
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28 de junio: abrazo al Orgullo en la capital puntana
1ro de julio, por San Luis — Géneros y Sexualidades, San Luis, Orgullo, Géneros y Sexualidades, San Luis, OrgulloEl pasado 28 de junio, en la plaza principal de la ciudad, se realizaron actividades por el Día del Orgullo. En entrevista con Ana Rojas, que forma parte de las Adulteces Trans y sobreviviente de la última dictadura militar pudimos charlar sobre la importancia de la fecha y la pelea que siguen dando las diversidades.
¿Cuál es el objetivo de la jornada de hoy?
Bueno, como todos los 28 de cada año se celebra el día del orgullo, que esto pasó hace mucho tiempo, pero estamos acá las compañeras para revivir el orgullo y porque desde el activismo seguimos luchando, seguimos trabajando (las que podemos trabajar), para que esto no se pierda, que es una lucha colectiva, son momentos para estar acá.Siempre ha sido muy difícil la lucha de las diversidades a través del tiempo, pero ¿cómo han visto ustedes en estos últimos años donde se ha agudizado más el ataque sobre la mayoría del pueblo trabajador, pero incluso un ataque más directo hacia las diversidades y el feminismo en general?
-Sí, tenemos un presidente que realmente es un odiante y toda su política, pero bueno, lo sabemos todas las compañeras y compañeres, que hemos salido a la calle cuando salieron en todo el país y que acá estamos y hemos resistido por mucho tiempo. Nosotros las disidencias trans, adulteces trans, hemos pasado por todo, dictadura, pos dictadura militar, realmente esto es como revivir y retroceder al pasado, pero nosotros podemos fortalecernos porque somos y estamos duras, estamos fuertes. Lo que nos preocupa son las juventudes, ellas tienen mucho miedo de salir, de levantar su bandera, se ha implantado mucho odio, la gente está muy odiante, este gobierno viene así, para quitar las políticas públicas, pero nosotros sabemos de lucha, las que hemos sido sobrevivientes y los compañeres también sabemos de lucha, así que seguiremos peleando, seguiremos resistiendo para luchar por nuestros derechos.
¿Cómo ven que pueden afrontar todos estos ataques del gobierno? ya que lo ha tomado como parte de su política de Estado
Sí, mira, la pelea va a seguir. Yo soy una sobreviviente de la dictadura y pos dictadura militar, hemos pasado de todo, realmente, y nos ha costado mucho conquistar y tener nuestros derechos, tanto el matrimonio igualitario, la identidad de género, etc. así como al feminismo también.Lo que más me extraña es que de algunos compañeros LGBT, que a veces apoyan al mismo gobierno,pero bueno, lo que veo de ese lado es que los compañeros tienen una postura económica bien, no han sufrido lo que hemos sufrido las compañeras, compañeres que a veces siguen en la calle, tiradas, digo, esta lucha es colectiva, la vamos a seguir peleando hasta el final por nuestros derechos, así que le decimos al presidente que con nosotros no pasará, con nosotras, con nosotres, no pasará, así que acá estamos y seguiremos resistiendo hasta el final de nuestra vida.
Como nos decía Ana en la entrevista este 28 J, es memoria y también es lucha por el presente y el futuro.
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28J en las calles: organizadxs contra los crímenes de odio y el ajuste de Milei
29 de junio, por Congreso — Política, Géneros y Sexualidades, LGTBIQ+, Ciudad de Buenos Aires, FMI, Stonewall, Crímenes de odio, Javier Milei, Solidaridad con Palestina, Resistencia al ajuste, Política, Géneros y Sexualidades, LGTBIQ+, Ciudad de Buenos Aires, FMI, Stonewall, Crímenes de odio, Javier Milei, Solidaridad con Palestina, Resistencia al ajusteCientos se convocaron en un nuevo aniversario de la revuelta de Stonewall. Participaron distintas agrupaciones, partidos y sectores en lucha en una radio abierta. La bronca contra los crímenes de odio, el ajuste de Milei y el FMI se hizo escuchar al igual que el apoyo al pueblo palestino contra el genocidio.
La jornada comenzó con una olla popular para combatir el frío, luego continuó con una radio abierta con intervenciones artísticas y cerró con una marcha. Activistas, autoconvocadxs, organizaciones sociales, de la salud, la Posta de Salud y Cuidados, y distintos partidos políticos se hicieron presentes contra los discursos de odio y políticas de ajuste del gobierno de Milei.
Es que la justicia patriarcal y clasista, además de atacar nuestras libertades democráticas con el fallo proscriptivo a Cristina Fernández de Kirchner, no reconoce la figura de crimen de odio como en el caso de Sofía. “Nadie se suicida en una comisaría”; “Basta de travesticidios”, fueron consignas que recorrieron el encuentro. Es la misma policía de Patricia Bullrich que le pega cada miércoles a lxs jubiladxs que convocan a “la marcha de la resistencia”.
Porque esa resistencia está y hay que unirla con todos los que están luchando como trabajadores de los hospitales Garrahan y Bonaparte. El ejemplo más fuerte se vio cuando estos sectores junto al colectivo LGBTIQ+ se unieron y juntos marcharon el 1F, marcándole la cancha al gobierno luego de su discurso en Davos.
Por este motivo hoy, nuevamente se hicieron presentes desde la Posta de Salud y Cuidados quienes acompañan cada movilización, sectores docentes y trabajadores.
Te puede interesar: 28 de junio. Memorias orgullosas
Owen, de Pan y Rosas, tomó el micrófono para recordar que hoy hay compañeres que ya se han quedado sin tratamientos médicos, de hormonas, también quedándose sin sus puestos de trabajo. Son a esos compañeres a quienes venimos a acompañar a esta plaza, como lo hacen cada miércoles lxs jubiladxs que siguen resistiendo ante la represión de Patricia Bullrich y sus fuerzas represivas. También recalcando que este ajuste solo pasa por el Congreso gracias a sus cómplices radicales y de sectores del peronismo. Owen indicó que, por ese motivo, la unidad tiene que ser consecuente porque la lucha es política y de clase. También, exigió la aparición de Tehuel y cerró diciendo que “no hay libertad sin igualdad, ni hay igualdad sin enfrentar a los de arriba”.
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28J en las calles: organizadxs contra los crímenes de odio, el ajuste de Milei y sus cómplices
29 de junio, por Congreso — Política, Géneros y Sexualidades, LGTBIQ+, Ciudad de Buenos Aires, FMI, Stonewall, Crímenes de odio, Javier Milei, Solidaridad con Palestina, Resistencia al ajuste, Política, Géneros y Sexualidades, LGTBIQ+, Ciudad de Buenos Aires, FMI, Stonewall, Crímenes de odio, Javier Milei, Solidaridad con Palestina, Resistencia al ajusteCientos se convocaron en un nuevo aniversario de la revuelta de Stonewall. Participaron distintas agrupaciones, partidos y sectores en lucha en una radio abierta. La bronca contra los crímenes de odio, el ajuste de Milei y el FMI se hizo escuchar al igual que el apoyo al pueblo palestino contra el genocidio.
La jornada comenzó con una olla popular para combatir el frío, luego continuó con una radio abierta con intervenciones artísticas y cerró con una marcha. Activistas, autoconvocadxs, organizaciones sociales, de la salud, la Posta de Salud y Cuidados, y distintos partidos políticos se hicieron presentes contra los discursos de odio y políticas de ajuste del gobierno de Milei.
Es que la justicia patriarcal y clasista, además de atacar nuestras libertades democráticas con el fallo proscriptivo a Cristina Fernández de Kirchner, no reconoce la figura de crimen de odio como en el caso de Sofía. “Nadie se suicida en una comisaría”; “Basta de travesticidios”, fueron consignas que recorrieron el encuentro. Es la misma policía de Patricia Bullrich que le pega cada miércoles a lxs jubiladxs que convocan a “la marcha de la resistencia”.
Porque esa resistencia está y hay que unirla con todos los que están luchando como trabajadores de los hospitales Garrahan y Bonaparte. El ejemplo más fuerte se vio cuando estos sectores junto al colectivo LGBTIQ+ se unieron y juntos marcharon el 1F, marcándole la cancha al gobierno luego de su discurso en Davos.
Por este motivo hoy, nuevamente se hicieron presentes desde la Posta de Salud y Cuidados quienes acompañan cada movilización, sectores docentes y trabajadores.
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Owen, de Pan y Rosas, tomó el micrófono para recordar que hoy hay compañeres que ya se han quedado sin tratamientos médicos, de hormonas, también quedándose sin sus puestos de trabajo. Son a esos compañeres a quienes venimos a acompañar a esta plaza, como lo hacen cada miércoles lxs jubiladxs que siguen resistiendo ante la represión de Patricia Bullrich y sus fuerzas represivas. También recalcando que este ajuste solo pasa por el Congreso gracias a sus cómplices radicales y de sectores del peronismo. Owen indicó que, por ese motivo, la unidad tiene que ser consecuente porque la lucha es política y de clase. También, exigió la aparición de Tehuel y cerró diciendo que “no hay libertad sin igualdad, ni hay igualdad sin enfrentar a los de arriba”.
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