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El precio de la inclusión: pinkwashing y la doble máscara israelí
19 de junio, por Opinión — Géneros y Sexualidades, Palestina, Israel, Edición México, Edición Uruguay, Principal2 1, Géneros y Sexualidades, Palestina, Israel, Edición México, Edición Uruguay, Principal2 1Mientras el gobierno de Netanyahu profundiza la ofensiva militar sobre Gaza y escala tensiones regionales, Israel intentó realizar su Pride como si nada sucediera.
No es casual. Hace años que el Estado israelí promueve la idea de ser una isla progresista en Medio Oriente, donde las personas LGBT+ supuestamente gozan de amplios derechos frente a los regímenes represivos de la región. Pero detrás de esta narrativa de modernidad e inclusión se esconde una estrategia de marketing político conocida como pinkwashing: utilizar la causa LGBT+ para lavar la imagen de un Estado colonial y opresor.
Un pride sin Palestina Libre
Este año en Tel Aviv se preparaba para celebrar su Pride el viernes 13 de junio, . Sin embargo, la escalada militar con Irán obligó al gobierno y al municipio a cancelar el desfile, considerado "momento inapropiado para festejos”.
En los últimos años, esta estrategia alcanzó niveles grotescos. Durante las ofensivas militares en Gaza, circularon imágenes de soldados israelíes izando banderas del orgullo sobre zonas destruidas por los bombardeos, acompañadas por consignas como "In the name of love". Estas imágenes no son gestos aislados: son parte de la campaña internacional Brand Israel, una política de Estado que busca reforzar la legitimidad de Israel mediante la exportación de una imagen cosmopolita, abierta y moderna.
Sin embargo, para las organizaciones palestinas y los colectivos queer de la región, no hay orgullo posible en el marco de la ocupación. “No hay una puerta rosa en el muro que encierra a los palestinos”, denuncian activistas como Sa'ed Atshan. La consigna que recorre movilizaciones en todo el mundo es clara: "No hay orgullo en la ocupación". Desde Euskal Herria hasta Bogotá, pasando por las marchas en Berlín y Nueva York, los sectores críticos señalan que Israel intenta apropiarse de las luchas por los derechos LGBT+ para maquillar su política colonial y los crímenes contra el pueblo palestino.
Es cierto que Israel ha impulsado avances en materia de derechos LGBT+ respecto a otros países de la región. La actividad sexual es legal desde 1988, las parejas del mismo sexo pueden adoptar y sus matrimonios son reconocidos si se celebran en el extranjero. Las personas LGBT+ pueden ingresar libremente al ejército, e incluso algunos políticos israelíes se muestran abiertamente homosexuales. Sin embargo, no todo es tan inclusivo como lo venden: el matrimonio igualitario sigue prohibido y parte del gobierno, con ministros vinculados a sectores ultraortodoxos, sostiene posturas abiertamente homofóbicas.
Pero el problema no se reduce a Israel. Como señala Pablo Heron en La Izquierda Diario en su análisis sobre las empresas "diversas e inclusivas", el pinkwashing también es una práctica común en las grandes corporaciones globales. Empresas como Amazon, Disney o Booking despliegan campañas multicolores cada mes de junio, mientras sostienen condiciones laborales precarias, explotan a minorías y retroceden en sus discursos cuando enfrentan presiones conservadoras. La diversidad, en estos casos, se convierte en un negocio: una estrategia para captar consumidores sin cuestionar la lógica de la explotación y la desigualdad.
El pinkwashing no es una práctica exclusiva de Israel: es parte de una estrategia global donde Estados, gobiernos y grandes empresas se apropian de los símbolos de la diversidad para maquillar sus prácticas opresivas. Desde la FIFA, que ondea banderas del orgullo mientras organiza mundiales en países que persiguen a personas LGBT+, hasta marcas como Coca-Cola, que pintan sus productos con los colores del arcoíris mientras explotan trabajadores en el sur global, el pinkwashing se ha transformado en una herramienta funcional al capitalismo. Bajo el discurso de la inclusión, se esconde la explotación.
El pinkwashing, tanto estatal como empresarial, busca apropiarse de símbolos de lucha para convertirlos en herramientas de marketing. Pero las banderas no deberían encubrir ni muros ni bombas. Los derechos LGBT+ no pueden ser utilizados como escudo para legitimar ocupaciones ni como vidriera para vender productos. La verdadera liberación no es compatible con la opresión de otros pueblos ni con las lógicas de mercado que vacían de contenido.
Durante junio de 2025, el ataque israelí a Irán ha escalado con tintes estratégicos de largo alcance. Según La Izquierda Diario, Netanyahu no se limita a frenar un supuesto plan nuclear iraní, sino que pretende desestabilizar o incluso derrocar al régimen de los ayatolás, con el objetivo explícito de “hacer caer a los ayatolás”.
La campaña aérea ha alcanzado instalaciones nucleares clave —como Natanz y Fordow— y altos mandos del régimen, lo que representa una ofensiva inédita desde 2003. Esta operación, destinada a reforzar su poder interno y presionar a Irán, podría ser el desencadenante de una guerra regional más amplia.
Frente a esta ofensiva, la respuesta iraní fueron múltiples misiles y drones han sido lanzados contra ciudades como Tel Aviv y Jerusalén . El conflicto ha provocado ya cientos de muertos, según informan fuentes oficiales, y amenaza con irradiar violencia a Líbano, Siria y aguas del Golfo. Mientras tanto, la gran mayoría de los países muestra creciente alarma, con llamamientos a detener la escalada y advertencias sobre las repercusiones económicas globales y el riesgo de implicación directa de potencias como Estados Unidos.
¿Y por casa?
Mientras Milei visitó a Netanyahu, se sacan fotos y refuerzan la alianza con uno de los principales responsables del genocidio en Gaza, en Argentina se profundiza el ajuste, la represión y el saqueo del país. No es casual: su política exterior, alineada con el sionismo, expresa una lógica de violencia estatal, desprecio por los pueblos oprimidos y subordinación a los intereses del imperialismo. Mientras el pueblo palestino resiste la ocupación y el exterminio, Milei legitima al Estado de Israel como modelo represivo a seguir. Desde la izquierda y quienes se sienten hermanados con los pueblos oprimidos tenemos que denunciar con fuerza esta complicidad criminal, y oponerle una solidaridad activa con Palestina y la lucha contra el régimen de hambre y represión que Milei y sus cómplices.
El desafío es recuperar el sentido radical del orgullo: un orgullo que no se negocia, que no se maquilla, y que no se utiliza para limpiar la imagen de quienes reproducen violencia y explotación. Un orgullo que sea parte de una lucha integral contra todas las formas de opresión.
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Tropikinky: fiesta, política y disidencia en tiempos de ajuste
14 de junio, por Cultura — Géneros y Sexualidades, Cultura, Zona Sur del Gran Buenos Aires, Diversidad, Principal bbc A3 1, LGBTQI+ , Géneros y Sexualidades, Cultura, Zona Sur del Gran Buenos Aires, Diversidad, Principal bbc A3 1, LGBTQI+En el corazón de la capital, el sábado 7 de junio, la Tropikinky celebró sus seis años de existencia. Pero no fue solo una fiesta: fue un refugio, un punto de encuentro, un espacio de resistencia para quienes ponen el cuerpo todos los días frente a un gobierno que nos quiere fuera de escena.
“Viejas zurdas, gordas en tetas, inventadas, viajadas. Una pausa a las identidades y poner el cuerpo para accionar. Somos, estamos y experimentamos”, dice su creador Rotpando, DJ beatmaker, que con esfuerzo autogestivo construye este espacio “mucho amor deforme, cuir y antifa” donde la noche y la política se mezclan.
El evento reunió a artistas como La Kalo, activista drag y figura clave de la Asamblea Antifascista LGBTQ+ de Lezama, quien hosteó la noche entre gritos de “¡Politizate!”. Llamó a estar en las calles, con los jubilados reprimidos todos los miércoles, con les trabajadores del Garrahan, con quienes enfrentamos el odio del 1F y cada día desde entonces.
Desde el escenario, Ayelén Beker, cantante rosarina y artista trans, encendió la pista. Más tarde, Blujaus trajo su “techno comunista sucio e inmoral” con una performance que parodió a Patricia Bullrich, replicando frases como “poner el foco en el ser humano”, mientras se denunciaban los golpes y represiones que ella avala. Para eso sí hay plata.
La Tropikinky fue, una vez más, ese lugar donde lo festivo y lo político no se contradicen, se potencian. Donde travas, putos, tortas, no binaries de distintas generaciones nos encontramos, no solo para bailar, sino para reconocernos como sujetxs de lucha.
En un contexto donde el gobierno de Milei ataca abiertamente nuestras identidades, precariza nuestras existencias y desmantela políticas públicas básicas como el acceso a hormonas, estos espacios no son un lujo ni un escape: son trincheras afectivas, culturales y políticas. Son hogar.
En estos tiempos oscuros, donde las políticas de odio se traducen en hambre, represión y abandono, espacios como la Tropikinky no son solo necesarios: son vitales.
La Tropikinky es ejemplo de que se puede hacer política desde el goce, desde el afecto, desde la creación. Que lo disidente también organiza, convoca y enciende.
Al mismo tiempo, quienes venimos de la militancia política —también marikas, travas, tortas— nos preguntamos cómo tender puentes más fuertes entre estos espacios y una estrategia de lucha común contra el ajuste y el odio. Cómo transformar esa potencia colectiva en una fuerza que dispute poder, que articule con trabajadorxs, con estudiantxs, con quienes pelean día a día.
Una de las invitación que también tuvo la noche, fue el festival por Sofía Fernández, “nadie se suicida en una comisaría” el 27 de junio.
Sofía Fernández era una mujer trans y estudiante de enfermería, fue asesinada hace dos años en la comisaría quinta de Derqui, partido de Pilar. Su caso sigue impune, aunque la fiscalía imputó a 10 policías, hoy en día el único detenido fue liberado.<script async src="//www.instagram.com/embed.js"></script>
Si algo muestra los espacios de encuentro como la Tropikinky, es que cuando nos encontramos, el cuerpo baila... pero también resiste.
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Proyecto de resolución sobre la política de Pan y Rosas
12 de junio, por XX° Congreso del PTS — Política, Géneros y Sexualidades, Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Feminismos, Política, Géneros y Sexualidades, Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), FeminismosPresentamos aquí el proyecto de resoluciones, elaborado en base a la discusión en la dirección nacional del PTS, que tiene el objetivo de promover el perfil político feminista socialista de Pan y Rosas, como un gran motor para organizar a centenares de nuevas compañeras trabajadoras y estudiantes, fortalecer el desarrollo de una rama nacional de militancia en los sindicatos docentes y en Salud y la ampliación y extensión de la red de agrupaciones juveniles en todo el país.
Visto:
Que el movimiento de mujeres que irrumpió con la gran movilización por #NiUnaMenos, en junio de 2015, fue creciendo en capacidad de movilización hasta 2018, con la marea verde (durante la media sanción de la ley de aborto que luego fue rechazada en el Senado) y empezó a declinar en 2019. Que sin embargo, a pesar de la posterior política de pasivización del peronismo durante el gobierno de AF, la pandemia, la baja lucha de clases y la política desmovilizadora del peronismo en la oposición en estos últimos dos años, ese gran movimiento democrático sedimentó en una cierta identidad o sensiblidad feminista de amplios sectores y dejó establecida una relación de fuerzas, razón por la cual vuelve a emerger de manera episódica, especialmente los 8M, cuando hay acontecimientos que conmueven a la opinión pública o cuando hay ataques del gobierno que se pasan de esa relación de fuerzas (como ocurrió el 1F de este año, motorizado centralmente por las agrupaciones LGTBIQ+ y transfeministas). Que la opresión de las mujeres a través de su trabajo gratuito para la reproducción de la fuerza de trabajo tiene un carácter estructural que, más aún en esta etapa de crisis y decadencia capitalista, conlleva a mayores penurias y degradación de las condiciones de vida de las mujeres y de toda la familia trabajadora. Que el plan del gobierno de mayor ajuste fiscal, que impone el FMI (y ante el cual, el peronismo no tiene un proyecto de fondo verdaderamente alternativo) recae especialmente sobre las mujeres por dos vías: a) de manera directa, porque los recortes (despidos, salarios bajos, etc.) avanzan sobre los sectores en los que el empleo está altamente feminizado (Educación, Salud, Discapacidad, etc.) y b) de manera indirecta, porque el deterioro de estos servicios estatales, genera mayor necesidad del trabajo de cuidados gratuito que realizan las mujeres para suplir la falta, la precariedad o las dificultades de acceso a los mismos. Es decir, mientras aumenta el pluriempleo, la precarización, etc., al mismo tiempo, en las familias trabajadoras y de los sectores populares, se requiere más trabajo gratuito para la reproducción social por la caída del poder adquisitivo del salario o el deterioro de los sistemas públicos de Salud, Educación, Jubilaciones, Asistencia Social, etc. Que esto puso en el centro del activismo feminista y de los debates intelectuales y académicos, las discusiones relativas al trabajo gratuito de reproducción social (con diferencias y matices teóricos y programáticos), lo que para nosotres, es un contexto muy favorable que amplía el auditorio para nuestras ideas socialistas, nuestra estrategia y nuestro programa, también entre la intelectualidad y en el movimiento estudiantil, donde contamos con una importante acumulación teórica y política feminista marxista. Que, por otro lado, además de estar en el blanco del ajuste fiscal, las mujeres –como sector social- vienen de protagonizar grandes movimientos de lucha por sus derechos democráticos (por algo, también han sido el sector que en menor medida votó a Milei) y estas conquistas –que son cuestionadas permanentemente por la "batalla cultural" del gobierno- todavía perviven en el imaginario social. Que esto hace que la “política de la mujer” apunte a una cuestión estructural y, por lo tanto, no deba tratarse como algo “adicional”, de un sector del partido, sino algo fundamental que es transversal a toda nuestra intervención política, en nuestro discurso, programa, tácticas y en el desarrollo de referentes públicas.Y considerando:
Que todas las conquistas arrancadas a la democracia capitalista son jalones que fortalecen al movimiento feminista y las grandes mayorías, en la lucha contra el capitalismo y por una sociedad socialista, liberada de todas las formas de explotación y opresión. Que defendemos los derechos y libertades democráticas desde una perspectiva de clase, no solo porque la tendencia es a que aumente la proporción de mujeres dentro de la clase obrera, socialmente mayoritaria; ni tampoco porque las trabajadoras son las que “más sufren” la explotación; sino por este aspecto estructural, para el capital, que tiene la opresión de las mujeres mediante el trabajo de reproducción social no remunerado (y que esta nueva oleada feminista volvió a poner en debate), que hace que, en los momentos de grandes crisis sociales, las mujeres de las familias trabajadoras son la vanguardia, como lo demuestra toda la experiencia histórica. Que, por todas estas razones, nos tenemos que plantear si las mujeres no podrán jugar un rol central en la lucha de clases del próximo periodo, como de hecho, ya sucede con los grandes paros docentes de PBA, Neuquen y otras provincias, la lucha del Hospital Garrahan, el movimiento de jubiladxs, etc. Que en esa perspectiva es que nos proponemos conquistar mayor peso en lugares de trabajo y de estudio, para poder superar al peronismo y la burocracia sindical en los momentos decisivos. Más concretamente, organizar -allanando los obstáculos de la dictadura patronal, el rutinarismo y corporativismo sindical y las condiciones cada vez más difíciles de la vida cotidiana- a las asalariadas de los grandes gremios feminizados de servicios, especialmente de Educación y Salud (y de todos los lugares donde exista una oportunidad política, en el resto de los servicios, algunas ramas industriales como Alimentación, las mujeres precarizadas y las mujeres sin empleo de las familias obreras), como también a la juventud. Que para desplegar esta política ofensiva, contamos con que Myriam Bregman tiene un gran reconocimiento en el movimiento de mujeres y con que Pan y Rosas se ha ganado el respeto de las corrientes políticas y colectivos feministas, por sus elaboraciones teórico-políticas, por su política de unidad en la acción, los debates y por su desarrollo internacional. Que levantar un programa para la emancipación de las mujeres, no es algo táctico, sino estratégico para un partido socialista revolucionario de la clase trabajadora. Es decir, levantar este programa y luchar por él no es una tarea exclusiva de las compañeras que asumen la responsabilidad política de PyR, ni solo de las militantes en general, sino de todo el partido y los sectores más conscientes de la clase trabajadora, a los que debemos convencer, pacientemente, de su importancia.Proponemos:
Sostener la más amplia coordinación, para impulsar acciones progresivas de lucha, resistencia y unidad de los distintos sectores, con las organizaciones del movimiento feminista, de mujeres y la diversidad sexual, partiendo del gran punto de apoyo que significó la convocatoria a “Unir las Luchas” del pasado 4J, convocado por la Asamblea NiUnaMenos y otras organizaciones. Tener un discurso y una política hegemónica, desde y hacia las mujeres, especialmente en los sectores donde las trabajadoras son mayoría (Educación, Salud, etc.), contra las presiones “luchistas”, sindicalistas y corporativas, como también en la juventud. Impulsar comisiones de mujeres, en las organizaciones de masas, como los sindicatos y también los centros de estudiantes (secretarías de la mujer, de género, etc.) o intervenir como fracción, con iniciativas y lucha política, allí donde ya existen para que cumplan un rol ligado a la lucha de clases, la unidad de las filas obreras, el combate contra el atraso machista, etc y no sean una mera oficina asistencialista o de conmemoraciones rutinarias. También, como es nuestra tradición, impulsar comisiones de mujeres en conflictos en lugares de composición mixta o en los que solo hay trabajadores varones, para integrar a las familias obreras a la lucha, tomando en sus manos la relación con la comunidad, el fondo de lucha, las actividades sociales de confraternización y para elevar la moral de los huelguistas o despedidos, etc. Las comisiones de mujeres en las organizaciones de masas como en los conflictos obreros, son una poderosa herramienta de lucha contra la burocracia sindical, el corporativismo, la división de las filas obreras y una reserva moral contra el individualismo, el sálvese quien pueda, el aislamiento, etc. Las comisiones de mujeres, como otras instituciones que agrupen a sectores avanzados de masas o a la vanguardia de lucha, en determinados momentos de mayor radicalización de lucha de clases pueden cumplir un rol muy destacado en la refundación de un nuevo movimiento obrero que lleva años de pasividad impuesta por sus direcciones que permitieron que avancen la precarización, la fragmentación y el deterioro general de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Avanzar en la organización de centenares de nuevas compañeras en nuestras agrupaciones sindicales y estudiantiles (organizando comisiones con quienes tengan especial interés en pensar y proponer iniciativas políticas específicas con este perfil, para ampliar la agrupación) o Pan y Rosas. Incorporar las demandas más relevantes para las mujeres de cada sector, en el programa de las agrupaciones sindicales y estudiantiles, en el marco programático más general que incluye la separación de la Iglesia del Estado, medidas transicionales hacia la socialización del trabajo doméstico y de cuidados, reparto de las horas de trabajo, etc. Proponer perfiles “feministas socialistas” con candidatas trabajadoras y jóvenes, hacia la conformación de las listas para las elecciones nacionales, promoviendo el desarrollo de nuevas referentes públicas. -
Natalia Morales: "#NiUnaMenos dejo semillas en Jujuy con las mujeres al frente de las resistencias"
7 de junio, por Legislatura — Géneros y Sexualidades, Jujuy, Legislatura, Femicidios, Natalia Morales, #NiUnaMenos, Ni Una Menos, Violencia de género, Géneros y Sexualidades, Jujuy, Legislatura, Femicidios, Natalia Morales, #NiUnaMenos, Ni Una Menos, Violencia de géneroLa diputada se refirió a los 10 años del movimiento de las mujeres y diversidades que impuso en las calles la agenda vinculada a la violencia de género pero también que visibilizó el rol de las mujeres en las resistencias que enfrentan planes de ajuste y saqueo a nivel local y nacional. Apunto a la responsabilidad del Estado que "que no duda en reprimir si considera necesario como hizo con las mujeres en Fraile Pintado y el feminicidio de Tamara Fierro".
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La izquierda afirma que hay plata y reclama un aumento del presupuesto para emergencia ante femicidios
6 de junio, por Legislatura de Jujuy — Política, Géneros y Sexualidades, Parlamentaria, Jujuy, Presupuesto , Legislatura, Femicidios, Política, Géneros y Sexualidades, Parlamentaria, Jujuy, Presupuesto , Legislatura, FemicidiosLa 1ra. sesión especial y 5ta. sesión ordinaria de la Legislatura del día 5/6 estuvo marcada por nombramientos de funcionarios a cargo de centros judiciales y la modificación de una ley con el objetivo de generar más cargos de funcionarios a través del armado de un nuevo esquema de la dirección de la Compañía de Seguro de Jujuy, un descuento por servicio que ya pesa sobre 100.000 estatales sin que nunca les hayan consultado desde el gobierno. La izquierda se hizo sentir exigiendo que se destine más presupuesto para la emergencia en violencia de género ante los tres femicidios del mes pasado.
El diputado Miguel López se refirió a la sesión planteando que "el oficialismo radical y la autodenominada "oposición responsable" del PJ convocan a sesiones como para decir que hacen algo, ya que en las últimas sesiones vienen tocando temas de gestión que no cambian en nada el esquema de ajuste, cuando la agenda en las calles pide se atiendan las necesidades de las mayorías y la realidad social es que hay crisis salarial de estatales y docentes por ejemplo que cobran $700.000, muy por debajo de la canasta básica alimentaria de $1.100.000 y falta de obras públicas, que se evidencia en reclamos por infraestructura deteriorada en barrios, hospitales, escuelas, calles y puentes, en tiempos en que el gobierno de Sadir tiene superávit y no lo vuelca a estas necesidades".
Natalia Morales señaló que "habiendo pasado días de la décima marcha por Ni una menos y teniendo tres femicidios en un mes en Jujuy, con un último caso macabro en Fraile, la temática se impuso en cuestiones previas de la sesión legislativa. Desde la izquierda expresamos además de nuestra lucha contra los femicidios junto a miles de mujeres y pueblos movilizados, el repudio también a la represión policial que sufrieron las mujeres, juventud y el pueblo de Fraile cuando se manifestaba por justicia por Tamara Fierro, así también, cuestionamos al secretario de seguridad que además de ordenar la represión dijo en relación al femicidio de Tamara que se trataba de un "crimen pasional". Pedimos su interpelación por la orden de represión y dichos. Las diputadas peronistas pidieron un "estado más presente" y las diputadas radicales les contestaron estamos presentes pero "puede haber errores". Desde el PTS FITU propusimos tratar una resolución de aumento del presupuesto para el protocolo de emergencia para casos violencia de género, establecido por ley Iara, ya que los femicidios y denuncias por violencia machista crecen y nos ubican como 2da provincia con más crímenes machistas del país, pero radicales y peronistas se negaron a darle tratamiento. Nuevamente, se demostró falta de voluntad política de instrumentar todos los recursos necesarios para frenar esta ola de violencia de género incentivada por la presidencia Milei que quiere sacar la figura de femicidio y que se juzgue a femicidas por homicidio, reduciendo así la pena".
Por último Gaston Remy planteo la necesidad de que "la tribuna de denuncia y propuesta de salida por izquierda a la crisis que hacemos desde la bloque del PTS FITU y pone sobre el tapete los reclamos obreros y populares contra el ajuste y la represión, debemos soldarla a instancias deliberativa y resolutiva de los y las que quieren resistir al ajuste como cada protestas de sectores agraviados, como se vio el pasado miércoles en Bs As, cuando confluyeron los jubilados, el movimiento de mujeres y los trabajadores de salud del Hospital Garrahan. Ya que con la fuerza de la más amplia unidad de explotados y oprimidos, con las mujeres, que se movilizan contra los femicidios, los despedidos del Ingenio Ledesma, las comunidades indígenas, que sufren intentos de desalojos, las docentes, que reclaman se reconozca a la conducción electa en ADEP y una mejora salarial, a la cabeza, podemos no sólo frenar el ajuste del gobierno nacional de Milei y la complicidad de gobernadores como Sadir, sino también dar vuelta la tortilla forjando un salida favorable a las mayorías trabajadoras".