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JubiladAs: ¿por qué también es una lucha feminista?
3 de abril, por Opinión — Política, Géneros y Sexualidades, Ciudad de Buenos Aires, Mujeres trabajadoras, Andrea D'Atri, Jubilaciones, Jubiladas y jubilados, Legislatura porteña, Política, Géneros y Sexualidades, Ciudad de Buenos Aires, Mujeres trabajadoras, Andrea D'Atri, Jubilaciones, Jubiladas y jubilados, Legislatura porteñaEn 2020 en Argentina, las personas de más de 60 años representaban casi el 16% de la población. Ahora, son el 22%. La población envejece y esa tendencia crece aquí y en el mundo. Hablemos de jubilaciones.
Las personas vivimos más tiempo. Y también hay menos nacimientos que en otras épocas. Y como venimos de varias décadas de precarización del trabajo, con muchísimas trabajadoras y trabajadores cobrando de manera irregular, sin que la patronal haga los aportes correspondientes al sistema previsional, entonces los gobiernos deciden resolver el déficit, ajustando a las jubiladas y jubilados. ¿Cómo? Con empresarios que evaden las leyes y se llenan de guita, por un lado y trabajadores que crearon esa fortuna con su trabajo, pero que son arrojados a la pobreza extrema cuando se jubilan.
Pero, en promedio, las mujeres, viven más que los varones. Y encima de que las mujeres que tienen un trabajo remunerado son muchas menos que los varones, la gran mayoría tiene un trabajo no calificado, más precario, flexibilizado, no registrado o irregular. Eso pasa porque las mujeres son las que además se hacen cargo del trabajo doméstico y de cuidado de la familia, que es un trabajo de muchas horas, casi 24/7, pero gratuito.
Eso tiene la consecuencia de que, aunque las mujeres vivan más, en sus años de vejez, la mayoría es más dependiente económicamente, que los varones. ¿Se hacen una idea? Con jubilaciones de pobreza y sin pareja, muchas mujeres mayores conviven con las familias de sus descendientes, y siguen haciendo las labores domésticas y de cuidado gratuitas que hicieron toda su vida, ahora para sus nietos.
Por todo eso, es una tarea de los feminismos y especialmente de los feminismos anticapitalistas, luchar, también, por transformar radicalmente las condiciones en las que envejecemos actualmente.
¿Y qué ocurre hoy en Argentina?
El pasado domingo 23 de marzo, venció la moratoria con la que pudo jubilarse muchísima gente que no llegaba a tener los 30 años de aportes regulares. Eso quiere decir que 9 de cada 10 mujeres no se podrán jubilar de aquí en más. Tampoco 7 de cada 10 hombres. Solo podrán aspirar a la PUAM, la Pensión Universal para Adulto Mayor, pero que es un 20% menos que la jubilación mínima, que es de 286 mil pesos. Además, la PUAM rige desde los 65 años, así que se eleva la edad jubilatoria para las mujeres, en cinco años. Y la PUAM no puede sumarse, por ejemplo, a la pensión del cónyuge que falleció. Para rematarla, si cobras la PUAM no podes trabajar.
Hoy, el acuerdo aprobado con el FMI incluye la exigencia de pagar menos jubilaciones en Argentina y de reducirlas aún más. Siempre, los gobiernos que asumieron la deuda ilegítima con el Fondo, como los gobiernos que decidieron pagarla, usaron a las jubiladas y jubilados como variable de ajuste.
Por eso, cada miércoles, jubiladas y jubilados se movilizan frente al Congreso. No aceptan que, después de trabajar toda una vida, se los siga castigando y ajustando en beneficio de los grandes grupos empresarios.
Acompañar esta lucha es también construir nuestro futuro
Creemos que la moratoria, aunque sea un parche frente a un sistema previsional cada vez más en crisis, debe prorrogarse de inmediato. Y, además, tenemos que luchar por una salida de fondo: que se registre a todas las trabajadoras y trabajadores, sin excepción y se restituyan los aportes patronales al 33%. Todos hablan del déficit fiscal, pero no les importa el déficit social que viven los trabajadores y jubilados.
Ése déficit también explota. Por eso no es casual que las jubiladas y los jubilados sean los protagonistas de las rondas que, todos los miércoles, debe soportar la feroz represión de Patricia Bullrich y sus tropas federales, alrededor del Congreso.
No es casual tampoco, la decisión y valentía de las mujeres jubiladas. Ellas son parte de ese movimiento que, en Argentina, consiguió que se exponga a viva voz la violencia que antes se soportaba en silencio, consiguió el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y es el sector social que más repudia el autoritarismo y los discursos de odio del gobierno de Milei.
Construyamos nuestros futuros, colectivamente. Y no solamente el futuro de las jubiladas y jubilados de hoy, sino fundamentalmente, el de quienes hoy, con las políticas de ajuste de los últimos gobiernos, de Milei y las exigencias del Fondo Monetario, ya lo tienen hipotecado.
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Condenan a Néstor Simone por el femicidio y desaparición de Yamila Cuello
3 de abril, por Tras 16 años de lucha — Géneros y Sexualidades, Violencia de género, Córdoba, Yamila Cuello, Córdoba, Géneros y Sexualidades, Violencia de género, Córdoba, Yamila Cuello, CórdobaYamila Cuello desapareció el 25 de octubre del año 2009 en Córdoba. A lo largo de las audiencias se demostró que ese día Simone buscó a Yamila y luego la habría asesinado, ocultando el cuerpo.
Este jueves 3 de abril el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba, con la presidencia del juez José Fabián Asis, y las juezas María Noel Costa y Carolina Prado, condenó a Néstor Simone ex pareja de Yamila Cuello a 20 años en prisión por asesinato. Mientras que Horacio Palacios, el otro acusado fue declarado inocente.
La relación siempre estuvo atravesada por la violencia del Nestor, violencia que se expresaba en golpes, maltrato y explotación sexual, ya que pagaba deudas de juego con Yamila.
La justicia federal logra una condena, pero fracasa en responder la pregunta que movilizó a la familia todos estos años: ¿dónde está Yamila?. Tampoco pudo avanzar en el delito de trata ya que Simone había recibido un sobreseimiento en 2010 por el Juez Federal Sánchez Freites. Una decisión de mínima “llamativa”.
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Y esto sólo es un eslabón de una larga cadena de negligencias y complicidades del Estado, que lo convierten también en responsable. En la comisaría no sé tomó la denuncia a tiempo, no se investigó con celeridad y la familia no fue escuchada.
Soledad Cuello, hermana de Yamila fue quien estuvo motorizado la búsqueda e incluso aportando testigos y pistas. También coordinó con otras familias de desaparecidos en Córdoba, visibilizando una problemática que se pretende ocultar.
Afuera de Tribunales Federales se instaló una Radio Abierta con micrófono, canto Juli Rivarola y Norma Aguirre y actividades artísticas. Cómo en cada jornada desde el inicio del juicio una enorme cantidad de compañeras, organizaciones y personalidades se hicieron presentes.
Está condena implica un duro revés para la batalla negacionista de los femicidios que impulsa el gobierno nacional. También el fallo ilumina el abandono de las políticas en la materia de parte de la provincia. Esta condena arrancada a la Justicia tiene que alimentar con más fuerza el reclamo callejero contra los cotidianos asesinatos a mujeres por el hecho de serlo.
Foto Mafe Espejo
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La Justicia Federal dictará sentencia por la desaparición de Yamila Cuello tras 16 años de demora
1ro de abril, por Córdoba — Géneros y Sexualidades, Córdoba, Libertades Democráticas, Femicidio, Redes de trata, Personas desaparecidas, Córdoba, Géneros y Sexualidades, Córdoba, Libertades Democráticas, Femicidio, Redes de trata, Personas desaparecidas, CórdobaEste jueves 3 de abril, el Tribunal Federal Oral N.º 2 de Córdoba dará a conocer la sentencia en el caso de Yamila Cuello, en lo que constituye el principal juicio en la provincia por "posible trata de personas". Néstor Simone, expareja de la joven, enfrenta un pedido de pena máxima por homicidio agravado por violencia de género. Familiares y organizaciones feministas convocan a una concentración en la puerta del tribunal para exigir justicia.
Tras 16 años de incansable búsqueda, impulsada por Soledad Cuello, hermana de Yamila, y su familia, el proceso judicial llega a su etapa final. Además de Simone, también es juzgado Horacio Palacio, su hermano, acusado de trata de personas con fines de explotación sexual y homicidio.
El tribunal está presidido por Fabián Asís, con la participación de las vocales Noel Costa y Carolina Prado. La audiencia se llevará a cabo en la sede del Tribunal Federal Oral N.º 2, ubicada en avenida Hipólito Yrigoyen 670, a dos cuadras de Plaza España. La concentración está prevista para las 9 h.
"Pedimos que nos acompañen el día de la sentencia. Este juicio se realizó gracias a la lucha colectiva y porque hay muchas otras mujeres en la misma situación que Yamila", expresó Soledad Cuello. Además, se refirió a los tres femicidios ocurridos en menos de una semana en Córdoba: "Nos siguen matando y el sistema sigue sin protegernos. Siempre estamos expuestas a la violencia".
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La joven cordobesa desapareció el 25 de octubre de 2009. Según la investigación de la fiscalía, basada en declaraciones y peritajes telefónicos, Simone la buscó en su casa en barrio Las Magdalenas, la llevó a un domicilio de su propiedad y la asesinó en presencia de Horacio Palacio y Carina Da Silva, amiga de la víctima. Posteriormente, se deshicieron del cuerpo.
En la séptima audiencia del juicio, el Ministerio Público Fiscal solicitó la pena máxima para Simone. El fiscal general Carlos Gonella señaló que, aunque la figura de femicidio no estaba vigente en el momento de los hechos, "se trata de un homicidio en un contexto de violencia de género, un círculo de violencia que terminó en muerte".
Para seguir el desarrollo del juicio, se pueden consultar las crónicas de cada audiencia en la página de la Coordinadora por la Aparición con Vida de Yamila Cuello: "Justicia por Yamila".
Contactos de prensa:
● María Fernanda Espejo: 351-766 0310● Juan Pablo Cuello: 351-685 1768
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Legislatura: la izquierda insiste en que se trate el cupo laboral trans
31 de marzo, por Día de la visibilidad — Géneros y Sexualidades, Jujuy, Legislatura, Natalia Morales, Cupo laboral trans, Día de la visibilidad trans, Géneros y Sexualidades, Jujuy, Legislatura, Natalia Morales, Cupo laboral trans, Día de la visibilidad transNatalia Morales, diputada del PTS FIT, integrante de la Comisión de Igualdad de Oportunidades con perspectiva de género, afirmó que la provincia sigue sin adherir a la Ley Nacional de Cupo Laboral y en la Legislatura se archivan los proyectos para que Jujuy tenga su propia ley. "Es la quinta vez que la izquierda presenta un proyecto integral para garantizar el trabajo genuino con plenos derechos pero las vidas trans no son prioridad para Sadir y el bipartidismo, muy en sintonía con el gobierno de Milei".
El proyecto titulado "Plan de inserción laboral en planta permanente para personas transgéneros, transexuales y travestis" que tiene como objetivo la incorporación al trabajo formal establece:
Cupo mínimo del 5% de la planta permanente del Estado provincial para personas de Cupo Laboral de género no binario hayan o no accedido al cambio registral establecido en la Ley 26.743, tengan o no tengan antecedentes penales, y que reúnan las condiciones requeridas para ocupar el cargo.
Pleno derechos y salario que parta de la canasta familiar.
Capacitación obligatoria y remunerada a las personas aspirantes a cualquier puesto laboral requerido. La misma deberá ser garantizada por el Estado provincial y sus órganos dependientes
Informes públicos trimestrales y balances anuales sobre la aplicación de la presente ley.
No suplantación. La implementación del cupo laboral trans no puede implicar autorización para suplantar a trabajadores que ya cuentan con una relación laboral con el Estado y sus organismos.
Adhesión de municipios y sus organismos.La diputada del bloque PTS FIT afirmó que en la Legislatura de Jujuy todos los años se invita a las organizaciones y personas trans para que cuenten su situación y planteen su agenda en la Comisión de Igualdad de Oportunidades y Perspectiva de Género, sin embargo, no se tratan los proyectos presentados para dar respuesta a sus problemáticas que la expresan en las calles.
"Lo único que traba que Jujuy cuenta con una Ley de Cupo Laboral Trans en la voluntad política de los bloques mayoritarios en la Legislatura que tienen los votos necesarios para que se haga ley como sucede con la UCR que tiene mayoría absoluta. Sin embargo cada año que no se trata, condenadan a las personas trans a tener una expectativa de vida que no supera los 40 años porque no tienen ni siquiera garantizado el derecho al trabajo, a la educación, salud o vivienda, exponiendo sus vidas a crímenes de audio como sucedió con Ana Paula en el 2024".
En el Dia de la Visibilidad Trans presentamos en la Legislatura por quinta vez el proyecto de Cupo Laboral Trans.
Recordar que Jujuy ni siquiera adhirió a la Ley Nacional.
En la Legislatura la UCR y el PJ la siguen pateando. ¿Hasta cuándo?
Cuesta vidas.— Natalia Morales (@NatuchaMorales) March 31, 2025
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Según el Censo de Población Trans Femenina y Masculina realizado en el 2023 realizado en el 2023, por la Fundación Damas de Hierro, Fondo de Mujeres del Sur, y Nuestros Derechos, Nuestro Orgullo en 8 departamentos, Dr. Manuel Belgrano, San Pedro, Ledesma, Perico, Palpalá, El Carmen Tilcara y Yavi, da cuenta de un total de 223 personas censadas, que en materia educativa sólo el 54% curso secundario, y el 30 % de los que sufrió un acto de discriminación decidió continuar con los estudios.
En materia de seguridad social, el 72% no tiene obra social, el 65% no recibe ningún beneficio del estado, el 82% no recibe ayuda económica familiar, y el 85% no percibe jubilación o pensión. Respecto a salud, el 49 % realiza algún tipo de tratamiento de hormonización. Si se trata de trabajo, el 49% de la población se encuentra desocupada y el 17% en relación de dependencia. El 84% sostuvo que es dificultuoso acceder a una vivienda, plan de vivienda, crédito bancario o tarjeta de crédito por razones de género. Respecto a la vivienda, sólo el 11% cuenta sólo cuenta con un servicio esencial como es el alumbrado público y sólo el 35% con alumbrado público, cordón cuneta, pavimento y recolección de residuos.
Integrantes de la Fundación Damas de Hierro y otras organizaciones trans que se hicieron presentes en la Legislatura manifestaron que tanto por los recortes de nación como en la provincia no están teniendo acceso a tratamiento de hormonización, a medicamentos, donde incluso recibieron vencidos afectando su salud y derecho a la identidad. Además ante la crisis y falta de empleo la población travesti trans están empujadas a la prostitución y ante la falta de expectativas al consumo problemático. Además de exponerse a situaciones de violencia y transfemicidios como el de Ana Paula Costas, trabajadora sexual que recibió un golpe mortal en la cabeza en el Barrio Alto Comedero.
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Adolescencia: la construcción de lo masculino en el laberinto digital
25 de marzo, por Alerta spoiler — Géneros y Sexualidades, Sociedad, Series, Educación sexual, Edición México, Edición Chile, Patriarcado, ESI (Educación Sexual Integral), Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, Niñez y Adolescencia, Géneros y Sexualidades, Sociedad, Series, Educación sexual, Edición México, Edición Chile, Patriarcado, ESI (Educación Sexual Integral), Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, Niñez y AdolescenciaLa serie disponible en Netflix explora la vida de un adolescente quien, tras sufrir bullying sistemático por parte de una compañera de escuela, comete un acto violento irreversible: asesinarla. La historia analiza las presiones de género, la hipersexualización en la era digital y la construcción de una masculinidad agresiva en un mundo donde las redes sociales amplifican las expectativas sociales y las frustraciones.
En un mundo donde la identidad se construye a golpe de likes y el acoso se esconde tras emojis, la serie británica Adolescence (Netflix) emerge como un relato descarnado sobre las consecuencias de educar a una generación en las tinieblas de lo virtual. Con una trama que parte de un hecho brutal —un adolescente de 13 años asesina a su compañera de escuela, quien lo hostigaba en redes sociales llamándolo "incel"—, la serie no solo narra una tragedia, sino que disecciona las fracturas de una sociedad que ha normalizado la crueldad en línea y la presión por encajar en roles de género imposibles.
Dirigida con un virtuosismo técnico que combina planos claustrofóbicos con secuencias de la vida cotidiana. Adolescence sumerge al espectador en la mente de Jamie, el protagonista, cuyo viaje de vulnerabilidad a violencia funciona como alegoría de una juventud atrapada entre la hipersexualización, el anonimato tóxico de internet y la soledad existencial.
Jamie es retratado como un joven introvertido, alejado del estereotipo del "chico fuerte y sexualmente seguro" que glorifica la cultura patriarcal y que las redes sociales amplifican. Su incapacidad para responder a las burlas de Katie (que lo humilla por su timidez, falta de experiencia sexual y aspecto físico) lo sumerge en una crisis de identidad.
La serie cuestiona cómo la sociedad exige a los varones adolescentes actuar con una "dominancia" irreal, asociada a la agresividad o la sexualización precoz. "¿Qué es ser hombre?", le pregunta la psicóloga, y él estalla en ira porque no sabe cómo responder que no sea actuando lo que le enseñaron que es con agresividad. Una mezcla de rabia, frustración e impotencia.
La masculinidad, entendida como un concepto relacional y moderno, se define en oposición a lo femenino y se consolida bajo los valores jerárquicos del patriarcado, intrínsecamente ligado al sistema capitalista. Este sistema no solo estructura relaciones económicas, sino que también reproduce normas de género que perpetúan la dominación masculina, la explotación y la exclusión de lo asociado a la feminidad o a identidades no heteronormativas. La masculinidad, lejos de ser una esencia universal, es un conjunto de prácticas históricas y culturalmente situadas que se reinventan para sostener el poder de la figura del "hombre proveedor" —productivo, competitivo y emocionalmente restringido— como pilar del orden capitalista.
En nuestro país, en una investigación (MSAL, 2018) con adolescentes varones, se observó la violencia entre ellos como un modo de socialización. Una corporeidad brusca en que la agresividad se impone como forma naturalizada de vincularse entre varones e, inclusive, es decodificada por ellos como una manera de expresar afecto (mediada por los golpes). Se manifiesta frecuentemente en el trato, en los juegos y hasta en el saludo cotidiano, y tiene un papel muy importante en la construcción de la masculinidad, precisamente, en el alejarse de lo “femenino” y en no ser o parecer homosexual.
El bullying en la era de los discursos de odio
El término "incel" (célibe involuntario), originado en foros misóginos de internet, es aquí utilizado como arma por Katie, la víctima del crimen, para humillar a Jamie en Instagram.
La serie introduce varios conceptos populares dentro de la comunidad incel:
- “Regla del 80-20”: plantea que solo el 20% de los hombres son deseados por el 80% de las mujeres.
- “Píldora negra”: una creencia fatalista según la cual su destino está marcado por la biología y el feminismo, sin posibilidad de cambio.
- “Chad” y “Stacey”: los ‘Chad' son hombres hegemónicos que consiguen pareja fácilmente, mientras que las ‘Stacey' son mujeres consideradas inalcanzables para los ‘incels'.
La serie explora cómo estas etiquetas, lejos de ser "bromas de adolescentes", condensan una cultura que patologiza la falta de éxito sexual masculino. Katie encarna la doble cara de la hipersexualización: mientras la describen como una joven liberada, ella misma fue víctima de bullying —un compañero de escuela comparte con sus conocidos fotos de ella sin remera—; internaliza y reproduce la violencia sexual contra Jamie cuando en sus redes le dice: “Incel de mierda, ni tu madre te quiere”. Ella también es víctima de este sistema: utiliza su sexualidad como arma para ganar estatus, imitando roles que son propios de quienes la humillaron en redes sociales. Las frases que le dice a Jamie no son solo frases descalificantes: es un síntoma de un sistema que enseña a los jóvenes a medir su valor en función de su capacidad para dominar, seducir o destruir.
La pantalla como cómplice: redes sociales y deshumanización
El gran acierto de Adolescence es mostrar cómo las redes sociales no son un "espacio paralelo", sino el tejido mismo donde se libran las batallas por el reconocimiento. Las conversaciones entre Jamie y Katie ocurren en las redes sociales donde los testigos reaccionan con emojis de risa o fuego, trivializando el abuso. Mientras Jamie intenta cumplir con el mandato de la "virilidad" (sigue cuentas de modelos mayores que él, pero no logra algún tipo de encuentro sexual con mujeres), cada fracaso lo hunde más en la vergüenza.
El acto violento de Jamie no se presenta como una justificación, sino como un síntoma de la desconexión emocional en una generación que crece bajo presiones: se les exige ser "hombres" (agresivos, sexualmente activos); y se les niega espacio para expresar vulnerabilidad. La serie sugiere que su crimen es, en parte, un intento desesperado de reafirmar el control en un mundo donde se siente invisible y fracasado según los parámetros hipersexualizados de su entorno.
Sin culpables fáciles: la tragedia como síntoma colectivo
En cuanto a los adultos en Adolescence, son espectros. Los padres de Jamie, trabajadores que cuidan de sus hijos, pero que desconocen el lenguaje de las redes, representan la brecha entre un mundo que se comunica con códigos crípticos y otro que sigue pensando en términos de "chicos siendo chicos".
La serie critica la complacencia de una generación que subestima el poder corrosivo de lo digital: mientras Jamie se derrumba, su padre le recomienda "hacer deporte para sacarse lo negativo", ignorando que el deporte, en su mundo, es otro campo de batalla para demostrar virilidad.
Adolescence evade el maniqueísmo. Katie no es una villana, sino una víctima más de los estándares de hipersexualización: su acoso surge de su propio miedo a ser excluida. Jamie, por su parte, no es un monstruo, sino un chico roto por un sistema que le exige ser "hombre" sin darle herramientas para gestionar el rechazo. La serie señala a un entorno que patrocina la crueldad: algoritmos que recomiendan contenido violento a adolescentes, escuelas que priorizan la reputación sobre el bienestar emocional y una cultura pop que romantiza la agresividad masculina (desde el rap hasta los influencers de la alt-right: derecha alternatica).
El final de Adolescence no ofrece catarsis. No hay discursos redentores, solo el eco de una pregunta: ¿Cómo “desenganchar” a una generación que crece creyendo que su valor depende de su visibilidad en línea o de lo que se dice en las redes?
Adolescence funciona como un espejo de un modelo de la masculinidad adolescente en la cultura digital. Expone cómo la hipersexualización no solo afecta a las mujeres, sino que también encierra a los varones en roles imposibles: si no son "exitosos" sexualmente, son marginados. La serie vincula esta presión con la deshumanización que facilita la violencia, tanto simbólica (el bullying de Katie) como física (el asesinato).
Las redes sociales actúan como un catalizador de inseguridades, donde la vida íntima se vuelve un espectáculo y la validación depende de performances en línea. Al final, la tragedia de los dos adolescentes refleja un sistema que patologiza la adolescencia sin ofrecer rutas alternativas para construir identidades fuera de los mandatos de género.
Para la investigadora Paula Sibilia [1], la popularidad de las redes sociales como Facebook, Instagram, Orkut y Twitter se justifica por el deseo de las personas de estar visibles para los otros."
Este fenómeno responde a una serie de transformaciones que han ocurrido en las últimas décadas, que envuelven un conjunto extremadamente complejo de factores económicos, políticos y socioculturales, que convirtieron el mundo en un escenario donde todos debemos mostrarnos. Si queremos "ser alguien", precisamos exhibir permanentemente aquello que supuestamente somos, o lo que la cultura nos demanda. En los últimos años, por lo tanto, han cristalizado una serie de transformaciones profundas en las creencias y valores en los cuales se basan nuestros modos de vida y la "espectacularización del yo" forma parte de esa trama.
Resignificando las masculinidades
No son las redes sociales las responsables de la violencia, sino una cultura neoliberal que impone una masculinidad tóxica, competitiva y autodestructiva, donde los hombres son tanto opresores como oprimidos por el sistema.
La escuela tiene un lugar destacado en la construcción de identidades de las infancias y adolescencias. La identidad, tanto individual como colectiva, es un proceso de construcción social. Es falsa la dicotomía “lo virtual versus lo real”.
En ese sentido, Internet es otra dimensión que es necesario tener en cuenta para indagar en qué relaciones los chicos están sosteniendo en ese plano. Es importante remarcar que la escuela enseña a cuidarse y a cuidar al otro en esos espacios. Por eso, en nuestro país, desde la sanción de la Ley de ESI, su implementación buscó visibilizar la reproducción de mecanismos patriarcales que ponen el acento en la socialización machista y sexista a través de diferentes agentes (familias, instituciones, medios de comunicación y redes sociales). El desfinanciamiento y el ataque sistemático por parte de los gobiernos de derecha tiene como objetivo sostener una sociedad patriarcal.
La solución no está en regresar a modelos tradicionales, sino en construir identidades libres de lógicas de mercado, basadas en la cooperación, la diversidad y el cuidado colectivo. La crisis de las masculinidades es, en última instancia, un síntoma de la insostenibilidad de una cultura patriarcal de la que se nutre el sistema capitalista. Bajo el capitalismo, esta performatividad violenta no es casual. El sistema se beneficia de la división binaria de géneros, donde lo masculino se vincula a la productividad, la fuerza y la dominación —valores funcionales a la acumulación de capital—, mientras lo femenino se subordina a roles de cuidado, emocionalidad y servicio, actividades históricamente devaluadas y no remuneradas.
Así, la violencia entre varones no solo reproduce el patriarcado, sino que también disciplina cuerpos para un mercado laboral que exige sumisión a jerarquías y competencia deshumanizante.
[1] Autora de "Sociedad del espectáculo". Graduada en Ciencias de la Comunicación, por la Universidad de Buenos Aires (UBA), master en la misma área, por la Universidad Federal Fluminense (UFF), y doctora en Salud Colectiva, por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UFRJ)
Foto: imágenes de la serie “Adolescence” que se puede ver en la plataforma Netflix