Hace tiempo, Claudia, una trabajadora del Hospital de Junín de los Andes que estaba siendo víctima de acoso y maltrato laboral, nos vino a ver para iniciar una acción legal pues la situación era insoportable: es psicóloga y especialista en violencia familiar y de género, y se daba cuenta que estaba siendo víctima de violencia laboral. El ataque estaba muy relacionado con su condición de mujer, pero sobre todo, de militante feminista, ya que "molestaba" en un hospital donde las autoridades querían trabajadores disciplinados y no mujeres que piensen y cuestionen.

El CeProDH decidió, entonces, presentar el primer amparo por mobbing contra la provincia de Neuquén, denunciando al Estado y exigiendo que se ordene a las autoridades del Hospital el cese del maltrato y que la trabajadora pudiera regresar sin sufrir daños psicológicos ni físicos. Y junto con ello, iniciamos una gran campaña de denuncia de este fenómeno que si bien no era nuevo, había que difundirlo como un ataque más del Estado a sus trabajadores y trabajadoras y llamar a organizarse para enfrentarlo.

Por esta lucha de Claudia y la campaña política y de difusión en la que demostramos que el maltrato laboral era una política de Estado, pudimos lograr un fallo de la Cámara en el que reconoce el acoso y maltrato laboral como un problema real y, lo más importante, que quienes lo sufren tienen derecho a reclamar, dejando un importante precedente. Pero sabemos que el ámbito legal nunca es el más favorable para quienes viven de su trabajo, y que los fallos que conseguimos van unidos a la lucha.

El valor que tiene este antecedente es que, todas y todos aquellos que se sientan identificados con Claudia no se desmoralicen frente al maltrato laboral y sepan que pueden organizarse y luchar para defender sus derechos.