Desde la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas, nos sumamos al acto homenaje a nuestro compañero Leopoldo Denaday que hoy rinden en Neuquén los y las compañeras del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ce.Pro.Dh.) y del Sindicato Ceramista de Neuquén.

Junto a su compañera Ivana Dal Bianco y el Ce.Pro.Dh, Leopoldo impulsó el primer juicio provincial contra los civiles y militares neuquinos que impulsaron el golpe del `76, del que pronto se cumplirá su 35 aniversario. Las mujeres que luchamos por nuestros derechos, que peleamos contra la impunidad y que seguimos exigiendo la apertura de los archivos de la dictadura para saber dónde están los hijos e hijas de nuestras compañeras detenidas desaparecidas, no olvidamos que horas antes que ese histórico juicio se iniciara, la casa de Leopoldo e Ivana fue violentada por desconocidos y que entonces, con convicción y valentía, el compañero declaró: “ningún acto intimidatorio impedirá que pongamos todas nuestras fuerzas en lograr la cárcel común y la condena por genocidio a todos los miembros de las fuerzas armadas, de seguridad e inteligencia de la dictadura y a sus cómplices civiles y eclesiásticos, por todos los compañeros.”

Ese mismo año, y con esa misma convicción, Leopoldo acompañó a la importante delegación de Pan y Rosas - Argentina que participó del XXIIIº Encuentro Nacional de Mujeres de Neuquén. Sabemos que lo hizo porque en su pelea por terminar con este sistema de explotación y opresión, reconocía sin duda alguna que las mujeres debían ocupar su puesto de lucha. Así lo había demostrado en las innumerables causas en que intervino como abogado laboral, colaborando con precedentes históricos para la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras, como sucedió con el fallo a favor de la reincorporación y el reconocimiento como delegada de hecho de María Inés Cabrera, trabajadora de la Textil Pastora; con la conquista del primer fallo de mobing de la provincia a favor de Claudia Barrionuevo, trabajadora del Hospital de Junín de los Andes; o en la defensa de las tercerizadas de cocina del Hospital Bouquet Roldán, logrando la legítima continuidad de sus fuentes de trabajo.

Como lo homenajearon sus compañeros y compañeras de Zanón y el Sindicato Ceramista de Neuquén, de quienes también fue su abogado, Leopoldo fue un “compañero que tenía la firme convicción de poner sus conocimientos y militancia al servicio de nuestra clase”. Hoy, su entrega y militancia revolucionaria son un ejemplo para cientos de varones y mujeres jóvenes, estudiantes y trabajadores que vamos a empeñarnos en multiplicar para continuar su lucha.

En estos momentos tan duros, las mujeres que impulsamos Pan y Rosas en todo el país abrazamos a nuestra compañera Ivana Dal Bianco con todas nuestras fuerzas y decimos: ¡Leopoldo “Polo” Denaday, PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE!

Agrupación de Mujeres

Pan y Rosas

(PTS + independientes)

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