Formemos Comisiones de Mujeres en los lugares de trabajo y los barrios para organizarnos

El 25 de Noviembre es el Día Internacional Contra la Violencia Hacia las Mujeres. Por el simple hecho de ser mujeres vivimos cotidianamente situaciones de violencia como: violencia en el hogar, femicidios, violaciones y abusos, somos victimas de las redes de trata de niñas y mujeres, cada año mueren 500 mujeres por abortos clandestinos, maltrato y acoso en los lugares de trabajo, nos acosan con estereotipos de belleza a los que no podemos llegar que hace que miles de mujeres caigan en enfermedades como la bulimia y anorexia.…

Pero también consideramos violencia aquella que sufrimos por ser trabajadoras tales como: salarios de hambre, tener que trabajar dos y hasta tres turnos, inestabilidad laboral, ya que estamos durante varios años como maestras provisionales o suplentes, sin que se nos otorgue la titularidad en el cargo, jornadas de trabajo doméstico no remunerado, sufrir enfermedades laborales como disfonía, reumatismo, gastritis, lumbago, problemas de la visión, várices, problemas posturales, síndrome de Burnout (no reconocido por la Dirección de Escuelas como enfermedad laboral), cuyos síntomas son cansancio y desgaste emocional, pérdida de energía, desmotivación, desorientación, incapacidad de concentración y sentimientos depresivos a diario, trabajar en escuelas con edificios en mal estado, suciedad, humedad, sin calefacción, pérdidas de gas, agua contaminada, etc.

La docencia es visiblemente una actividad laboral en la que, mayoritariamente, se desempeñan mujeres: en Argentina hay más de 800 mil docentes y las mujeres somos el 85%. Sin embargo vemos que la distribución de géneros en el sistema educativo muestra que nuestra presencia disminuye en cargos de niveles o jerarquías superiores, donde crece la presencia de los varones. Lo que es peor aún es que en los sindicatos que pretenden representar los intereses de las trabajadoras y trabajadores de la educación, también los secretarios generales y principales dirigentes son varones. Es hora de que las docentes tomemos nuestros destinos en nuestras manos y nos organicemos para luchar por nuestros derechos como mujeres y como trabajadoras.

¡Sigamos el ejemplo de l@s obrer@s de Kraft- Terrabusi y de las docentes de Córdoba!

Para organizarnos y salir a la lucha tenemos el gran ejemplo de miles de docentes que salieron a la lucha en todo el país por el salario y en defensa de la educación pública. Con paros en Capital, Bs. As., Santa Fe, Chaco y Neuquén. En particular tenemos que imitar a l@s docentes de Córdoba, que confluyeron con l@s estatales, rechazaron la conciliación obligatoria y se organizaron en asambleas de 600 delegados/as de escuelas enfrentando a la conducción burocrática del gremio. Este fenómeno no es casual, es el espíritu que esparció la lucha de Kraft- Terrabusi entre millones de trabajadoras/es. Los y las obreras de Kraft- Terrabusi nos enseñaron que la clase trabajadora no tiene porque resignarse a los despidos, suspensiones y persecuciones a delegados y activistas de base. Y aún más, con el reciente triunfo de la Lista 1 (que representa a las trabajadoras/es que se negaron a entregar la lucha en el acuerdo con el ministerio de Trabajo para dejar a 53 compañer@s en la calle que hoy siguen peleándola), nos muestran como desarrollar la participación y organización de toda la clase trabajadora levantando en su programa la reorganización del Cuerpo de Delegados y la puesta en pie de una Comisión de Mujeres en la fábrica.

La organización desde las bases mediante la democracia directa es el método para luchar por nuestros derechos y enfrentar a quienes nos los niegan: el gobierno, las patronales, la policía, la burocracia sindical. Este 25 de Noviembre llamamos a marchar contra la violencia hacia las mujeres en una columna de miles de mujeres que sea encabezada por las combativas obreras despedidas y la nueva Comisión Interna de Kraft- Terrabusi integrada por 5 mujeres.

Las docentes que somos parte de la agrupación NOSOTRAS en Pan y Rosas somos parte de la lucha de las docentes por el salario y en defensa de la educación pública. Debemos exigir que un cargo tenga un salario equivalente a la canasta familiar, el reconocimiento de todas las enfermedades laborales y sus correspondientes licencias y mejores condiciones de trabajo, la estabilidad de todos los docentes, por el nombramiento inmediato de nuevas trabajadoras y trabajadores para cubrir todos los cargos que sean necesarios eliminando las aulas “superpobladas” y la falta de cupos para niñas y niños en las escuelas. Por jardines maternales gratuitos atendidas por trabajadoras y trabajadores idóneos en las escuelas para sus trabajadoras y estudiantes, financiadas por el Estado y las patronales del sistema educativo privado.

Pero también impulsamos la organización en las escuelas de Comisiones de Mujeres para empezar a discutir como organizarnos por nuestros derechos y empezar a impulsar ya una Campaña Contra la Violencia Hacia las Mujeres realizando en las escuelas charlas, video debates, jornadas culturales y de reflexión, etc. para las docentes, auxiliares, estudiantes y sus madres.

¡Luchemos por el salario y la educación pública!

Asambleas y organización desde las bases.

¡Que la CTERA llame a un paro nacional ya por aumento salarial y en defensa de la educación pública!

¡Basta de violencia hacia las mujeres! Por Comisiones de Mujeres en los sindicatos, lugares de trabajo y estudio y en los barrios para organizarnos.