MENDOZA - BASTA DE DICTADURA CLERICAL
No es el “Padre Pato”, es toda la institución
Desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas -PTS e independientes-, repudiamos la censura ejercida hacia la Coral Lutherieces por parte del sacerdote Jorge Gómez. No es la primera vez que en Malargüe, la tierra de Jaque, se ejerce la censura.
Desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas -PTS e independientes-, repudiamos la censura ejercida hacia la Coral Lutherieces por parte del sacerdote Jorge Gómez. No es la primera vez que en Malargüe, la tierra de Jaque, se ejerce la censura: ya el cura párroco Ramiro Sáenz (bautizado por los medios como “el Torquemada mendocino”) había prohibido la película ángeles y Demonios y los espectáculos de Víctor Heredia y de La Bersuit Vergarabat. Lo que intentan hacer pasar como un desliz, en realidad es una muestra más de que la Iglesia gobierna la provincia con puño de hierro. El escándalo ha repercutido en todo el país.
“Violar la fe es diez mil veces peor que violar a una hija”, dijo Jorge Gómez, en sintonía con la práctica de la Iglesia mendocina, que a través de la presión ejercida sobre las víctimas de abusos sexuales ha encabezado una verdadera cruzada contra los abortos no punibles, mientras que el Arzobispado de Mendoza ha negado sistemáticamente las denuncias de pedofilia en la provincia, sin poder evitar que salieran a la luz casos como el del párroco Luis Sabarre, imputado por abusar de una niña de 11 años en Carrodilla, o el de un adolescente en San Martín que venía denunciando a un sacerdote abusador desde 2001. Sus declaraciones son una verdadera apología del delito cuando el Vaticano se encuentra envuelto en un escándalo mundial por encubrir a miles de pederastas en las filas de la Iglesia.
Todos estos atropellos se realizan con la complicidad del gobierno de Jaque, ex intendente de Malargüe, que mantiene relaciones carnales con el obispado de San Rafael dirigido por Eduardo María Taussig, el distrito donde se asienta el grupo ultraconservador integrista del Instituto del Verbo Encarnado. Jaque asumió en 2008 otorgando a la Iglesia de Malargüe decenas de miles de pesos en subsidios para escuelas religiosas y construcciones, además de promover a funcionarios ultrarreligiosos en áreas de gobierno como Educación, Salud y Desarrollo Humano, responsables de que hoy se nieguen derechos básicos como la educación sexual en las escuelas y el cumplimiento del protocolo de abortos no punibles. Aunque se analiza sancionar a Jorge Gómez a raíz de sus aberrantes declaraciones, no se trata de una “manzana podrida”, sino de una institución con peso decisivo a la hora de decidir contra los derechos de las mujeres, los niños y la juventud, que ejerce una verdadera dictadura clerical. Exigimos la separación total y definitiva de la Iglesia del Estado y la ruptura de todos los lazos económicos y políticos con esta nefasta institución.
Pan y Rosas – PTS e independientes
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