El sábado 27 de abril, distintas organizaciones de mujeres de zona norte, realizaron una reunión común para discutir la situación política, cuál es la importancia de organizarse, y por qué decidieron asistir, este 1° de mayo, al locro y acto por el día de los trabajadores. La Verdad Obrera compartió la mesa del locro con Mariela, Paola y Graciela, que son parte de la Comisión de Mujeres de Lear, que nos contaron lo más relevante de esta reunión.

Mariela, trabajadora de Lear, es una de las protagonistas de la lucha contra los despidos en su fábrica. Nos contó que “hace un año formamos la Comisión de Mujeres de Familiares y trabajadoras de Lear, después de sufrir tanta discriminación nos organizamos. Ahora comenzamos a reunirnos junto a otras organizaciones de mujeres de zona norte: Donneley, Kraft, PepSico, con las que convocamos a una reunión en la cual participaron compañeras del Hospital Garrahan y del INDEC, además las estudiantes de las universidades de Lujan y General Sarmiento, docentes, y algunas compañeras de Pan y Rosa de Pilar y Campana. Hablamos de la actualidad y los conflictos como los de Kraft, Lear. La compañera del Garrahan nos contó lo que fue la represión y lucha del Borda”. Para Graciela, mamá del Matu, uno de los delegados de Lear, la reunión del sábado fue muy importante: “Me gusta mucho como hablan las mujeres cuando luchan, son mujeres con mucho coraje, por eso me encanta participar, además porque vengo de una familia de luchadores”.

Paola es la esposa de uno de los delegados de Lear, una de las primeras en organizar la Comisión de Mujeres de Lear. Con su entusiasmo nos contó cómo se prepararon para asistir a las actividades por el día de los trabajadores: “Hicimos una bandera que identifica a la Comisión de Mujeres y familiares de Lear, además remeras con la misma inscripción”. Mariela nos cuenta que ayer habló con su hija de 8 años sobre qué significa el 1° de mayo, le explicó “que hubo trabajadores que lucharon por las 8 horas de trabajo, por sus derechos, y me hija me dice, ‘ah, como ustedes mamá, que cortan la Panamericana’, así es.” Paola asocia el relato de Mariela a la lucha valiente que hoy llevan adelante los trabajadores y se refirió a lo que ocurrió en la fábrica Lear uno de los días más críticos del conflicto. “Un grupo de trabajadoras y trabajadores se tiraron bajo un camión para impedir que puedan moverlo y retirar toda la producción, si lograban llevarse ese cargamento era más fácil que no acepten reincorporar a los despedidos. Esa fue una lucha de trabajadores, mujeres y familiares. Después los despedidos acamparon frente al portón de la fábrica para impedir que los camiones salieran”. Mariela no duda en afirmar la importancia que tienen estas comisiones de mujeres y familiares: “Para nosotros es muy importante, porque mientras las leyes no nos favorecen y los jefes intentan desmoralizarnos, lo único que tenemos es la unidad de estas organizaciones. Eso moraliza”. Graciela sostiene que no va a dejar sólo a su hijo, reconoce el valor de acompañarlo en esta lucha que lo ha hecho bajar mucho de peso y que “es importante unificarnos todas, cada una con su comisión” Paola agrega que ella no está dentro de la fábrica, pero “apoyo a mi marido porque él me cuenta los atropellos que sufren. El apoyo que le podemos dar sirve para que continúen en la lucha contra esos atropellos. Estoy muy orgullosa de mi marido por la lucha que lleva adelante”. Mariela termina destacando la importancia del apoyo de Paola y Graciela, como del resto de los familiares que no los dejan solos en los momentos más tensos de su lucha. Recuerda que una lucha no sólo afecta a los trabajadores en conflicto sino a toda su familia.

Estas experiencias que están encarnando las mujeres de zona norte son muy alentadoras para la clase obrera. En la actualidad un alto número de mujeres están proletarizadas. Ninguna lucha se podrá llevar adelante sin la participación decida de este sector, estratégico para que la clase obrera pueda vencer su división y debilidad actual.