Jueves 6 de mayo de 2010

“LOS MISMOS DERECHOS, CON LOS MISMOS NOMBRES”

Matrimonios y algo más … (3ra parte)

Después de doce horas de debate y con libertad de conciencia dictada por todos los bloques, la Cámara de Diputados dio media sanción a la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo con, 125 votos a favor, 109 en contra, 6 abstenciones y 16 ausentes.

Andrea D'Atri@andreadatri

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Después de doce horas de debate y con libertad de conciencia dictada por todos los bloques, la Cámara de Diputados dio media sanción a la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo con, 125 votos a favor, 109 en contra, 6 abstenciones y 16 ausentes. Ahora, deberá ser aprobada en el Senado donde -a pesar de las expectativas de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT)- siempre se trabaron los proyectos más progresistas.

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Los sectores derechistas que se opusieron con argumentos reaccionarios provistos por la Iglesia que, en los días previos, redobló su furibunda campaña con cartas y visitas a los diputados para interiorizarlos de su preocupación. Sin embargo, las fuerzas políticas que hace unos años impidieron que se aprobara la ley nacional de unión civil en el Senado esta vez tuvieron que pronunciarse a favor de la “unión civil” para manifestar su rechazo al matrimonio y no quedar como discriminadores.

El tema de la adopción ocupó el centro de los debates derechistas. Ivana Bianchi, del Peronismo Federal, adujo que su negativa era porque “ese niño estaría en conflicto con otros niños, consigo mismo y su entorno”. Para discriminar a los homosexuales, la diputada se mostró preocupada por la supuesta discriminación que sufrirían sus hijos. Pero todos los días vemos cómo se discrimina a los niños de familias migrantes de los países vecinos ¡y a nadie se le ocurriría prohibir que bolivianos y paraguayos tengan hijos para que no sean discriminados! La diputada tendría que preocuparse, más bien, para avanzar en desterrar los prejuicios y la discriminación de la que son víctimas muchísimas personas por el color de su piel, por sus ideas, por su identidad sexual, por su nacionalidad o por ser pobres.

Otro diputado del mismo bloque, Mario Merlo, señaló que el matrimonio es “una celebración milenaria entre hombres y mujeres en las distintas culturas del mundo”. Pero esto no es verdad: como todas las instituciones sociales ha sufrido cambios. ¿Acaso en EE.UU. el matrimonio no debía ser entre personas del mismo color hasta que recién en la década del ’60 se permitieron los matrimonios interraciales?

Pinedo, del PRO, también habló de la importancia de que los niños tengan madre y padre. Pero en Argentina, uno de cada tres hogares es sostenido por una mujer ¿Cuántas de ellas están solas, separadas o viudas? ¿Tendrían que dar en adopción a sus hijos para que crezcan en hogares con madre y padre? Más descarada fue la “diputada evangélica”, Cynthia Hotton. La amiga de Julio Cobos lanzó sus ridículos argumentos: “Vamos a permitir ahora parejas de tres o cuatro personas…” . No estaríamos en contra de que se permita. Pero la realidad es que no hay personas que reclamen este derecho y, por el contrario, sí hay miles de gays y lesbianas que quieren que sus parejas tengan los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales. La diputada hace aspaviento por lo que no existe para evitar pronunciarse a favor de un reclamo que existe delante de sus narices.

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Entre las abstenciones, la de Carrió fue la más resonante. Habló de la “tensión” que existía en su conciencia entre no discriminar a los homosexuales y respetar a su Iglesia, para la que el matrimonio “es un sacramento, como la eucaristía”. Luego dijo: “no quiero ir en contra de mi Iglesia”. ¿Carrió no sabía que estaba adentro de un parlamento y no en la catedral? El matrimonio es un contrato civil, ¡incluso desde mucho antes de que se fundara la Iglesia! Tuvieron que pasar muchos siglos para que la Iglesia lo transformara en un sacramento y muchos siglos más para que el casamiento por iglesia perdiera valor ante la ley y volviera a ser un trámite civil, como actualmente. Mientras la diputada no quiere ir contra Bergoglio y su Iglesia, miles de personas homosexuales que son judías, musulmanas, ateas ¡o católicas!, reclaman que ya no se los discrimine. La chupacirios de Carrió, que pretendió cubrirse “por izquierda” con su discurso para no quedar tan mal con la comunidad gay y terminó absteniéndose para no quedar tan mal con su amigo cardenal, debería saber que el refrán dice que a los tibios los vomita dios.

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Que hayan votado favorablemente 125 diputados no puede confundirse con la ilusión de que el recinto está repleto de progresistas. Entre quienes aprobaron el proyecto se encuentran derechistas del PRO y del Peronismo Federal, opositores sojeros radicales y de la Coalición Cívica, además de la mayoría del bloque kirchnerista –aunque algunos votaron en contra o decidieron no bajar al recinto para no enfrentarse con Néstor Kirchner. Como ya señalamos anteriormente, el tratamiento de la ley ha sido maniobrado por el kirchnerismo en su intento de imponer debates que rompan la polarización “oficialismo vs. oposición”, dividiendo transversalmente a todos los bloques. Ya habían evitado que se tratara la ley, a fines del año pasado, porque Cristina Kirchner viajaba al Vaticano. Y hace apenas una semana frustraron el debate negándose a dar quórum.

Por eso debemos organizar un gran movimiento de lucha, con independencia del Estado y los partidos del régimen, para conquistar igualdad ante la ley sin distinción de identidad u orientación sexual. Así podremos arrancarle al Congreso, definitivamente, la ley que tiene media sanción y que debe tratarse aún en el Senado, exigiendo, además, que el gobierno rompa relaciones con el Vaticano y encarcele a todos los curas abusadores y también a los vinculados con el genocidio; que se expropien las propiedades de la Iglesia y que se termine los subsidios a esa reaccionaria institución y la educación religiosa, para alcanzar la separación absoluta y definitiva de la Iglesia del Estado y avanzar en todos nuestros derechos.