ORGANIZARNOS Y LUCHAR
¡Las mujeres no pagaremos la crisis con nuestros cuerpos y nuestras vidas!
Mientras transcurre el XXIVº Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán, se cumple un año del inicio de la mayor crisis capitalista de las últimas décadas y está claro que los capitalistas nos han declarado la guerra, pretendiendo descargarla sobre nuestras espaldas. Y con la crisis también aumentan las penurias y miserias a las que somos condenadas las mujeres, especialmente las más pobres y jóvenes, secuestradas por las redes de trata y prostitución, sufriendo secuelas en nuestra salud y muriendo, incluso, por las consecuencias de los abortos clandestinos. Por eso, debemos aprovechar la oportunidad de este Encuentro, donde convergemos mujeres trabajadoras, amas de casa, estudiantes y activistas de todo el país, para organizarnos y luchar contra esta realidad que nos imponen las patronales, el gobierno, la oposición derechista y la Iglesia.
Después de la derrota del gobierno en las elecciones, lo que hay es una crisis de los de arriba, por la que se cuela la bronca y la resistencia de los de abajo. Y mientras el gobierno y la oposición se retuercen impotentes, sin lograr imponer los ajustes, los golpes al bolsillo para obtener millonarias ganancias que reclaman las patronales de la industria y el agro, las empresas intentan resolverlo directamente "sobre el terreno". Eso es lo que intentó la multinacional norteamericana Kraft-Terrabusi, que quiso deshacerse de la organización sindical en la fábrica con 160 despidos, para desbaratar las fuerzas obreras antes de pasar sus planes previstos de liquidación de un turno entero y de aumento de los ritmos de explotación: un ataque feroz de la patronal yanqui que las obreras y obreros están enfrentando con su lucha desde hace más de 45 días. En todo el país, tarifazos, aumentos e inflación; crisis de la vivienda, suspensiones con rebaja salarial, deterioro de la salud y la educación pública y más de 250 mil despidos que hoy afectan, fundamentalmente, a las trabajadoras y trabajadores contratados considerados "de segunda" para una dirigencia sindical burocrática que no los defiende.
Para nosotras, más penurias y nuevos ataques
Y en medio de la crisis, crece el accionar de las redes de trata y prostitución que, en nuestro país, ya llevan secuestradas a más de 600 mujeres y niñas que permanecen desaparecidas. Un suculento "negocio" para los proxenetas, que les permite comprar la complicidad y hasta la participación directa de funcionarios, jueces y fuerzas represivas, especialmente en las regiones más pobres de nuestro país, como el Noroeste, convertido en un epicentro de este aberrante delito.
Pero mientras estos delincuentes actúan con total impunidad, se sigue judicializando y criminalizando a las mujeres "especialmente jóvenes y pobres- que deben recurrir al aborto clandestino, incluso aun cuando fueron abusadas y violadas. Todo esto en el clima creado por una reaccionaria campaña de la Iglesia contra nuestros más elementales derechos, mientras más de 3 mil niñas de entre 10 y 14 años se convierten cada año en madres y el aborto clandestino pasó a ser la principal causa de muerte de mujeres gestantes y de más de 600 mil hospitalizaciones anuales. Esa campaña reaccionaria de la Iglesia y los grupos fundamentalistas y derechistas incluyó amenazas contra la comisión organizadora del Encuentro y las agrupaciones que luchamos por el derecho al aborto, mientras los curas organizaban el "Encuentro Regional de Vida y Familia" en Tucumán, demonizando a las feministas y luchadoras por los derechos de las mujeres. Un encuentro de chupacirios que declararon que "también sirvió como preparación para el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizará en Tucumán." -¿Cuáles pueden ser esos "preparativos" de la Iglesia que alberga entre sus filas a abusadores como Julio Grassi y otros tantos como él, o a curas genocidas como el obispo tucumano José Eloy Mijalchyk que, durante la dictadura militar, actuó en un Centro Clandestino tucumano, donde instaba a los secuestrados a "decir la verdad" y que, luego, fue capellán del Regimiento 19 de Infantería, convirtiéndose en el "confesor de los torturadores"?
Y si las amigas del cardenal Bergoglio, como Elisa Carrió o Gabriela Michetti, declaran a los cuatro vientos que están en contra de la despenalización del aborto, del gobierno de Cristina Fernández debemos decir que no sólo nombró como ministra de salud a Graciela Ocaña, con una muy buena relación con la Iglesia; sino que, después de su renuncia tras el escándalo del dengue y la gripe A, la sustituyó por un hombre más clerical aún: el ex ministro de Salud de Tucumán, Juan Manzur, famoso por bajar los índices de mortalidad materno-infantil de la provincia "dibujando" los datos.
Del gobierno de Cristina no saldrá ni un solo gesto a favor de nuestros derechos y tampoco podemos esperarlo del parlamento. Por eso, -¡cuánto cinismo el de la Corte Suprema que ratificó la condena contra Romina Tejerina y ahora declara que hay que debatir el tema del aborto en el Congreso, sabiendo que la actual mayoría kirchnerista viene "cajoneando" el proyecto de legalización del aborto presentado hace más de dos años por el movimiento de mujeres con el aval de miles de firmas de apoyo de todo el país! -¿Esperarán que el próximo Congreso que asume en diciembre, con más diputadas y diputados macristas, del empresario De Nárvaez y la Coalición Cívica, avance en promulgar una ley a favor de los derechos y la vida de las mujeres? Lo mismo sucede en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, donde oficialistas de Macri y opositores kirchneristas se pusieron de acuerdo para frenar incluso hasta el mínimo proyecto de reglamentación de aborto no punible.
-¡Estamos de pie enfrentando la crisis!
Pero también, un importante proceso de luchas y organización de la clase trabajadora está emergiendo, rebasando en muchos casos a los viejos dirigentes de la burocracia sindical. En los últimos meses, surgieron la Comisión de Mujeres de las Automotrices de Córdoba, de Paraná Metal, de Tersuave y otras que motorizaron, expandieron y soldaron fuertemente cada una de esas luchas. En empresas y fábricas donde las mujeres son mayoría, las trabajadoras han mostrado gran decisión en la lucha por aumento de salarios y efectivización de las contratadas, como es el caso de Avon, donde hubo un mes y medio de quite de colaboración hasta que triunfaron. Ante el flagelo de la gripe A, las maestras del partido de General Sarmiento tomaron la Secretaría de Inspección, para imponer el cese de las clases en el distrito, mucho antes que el gobierno de Scioli decretara el asueto en toda la provincia de Buenos Aires.
Y en Tucumán, las trabajadoras de la salud son un verdadero ejemplo de lucha. -¡Dos enfermeras murieron por la gripe A en el Hospital de Niños de Tucumán y el gobernador Alperovich sigue diciendo que "no hay plata" para la salud mientras subsidia a las grandes empresas citrícolas y a los ingenios que amasan fortunas y pagan salarios de miseria a las trabajadoras y trabajadores! Más de 4 mil trabajadoras y trabajadores de la salud se autoconvocaron y salieron a la calle a pelear por sus derechos, aún contrariando al gobierno que decretó que era un "paro ilegal" y al sindicato que, pese a la bronca, sigue mirando para otro lado.
Y ante esta crisis capitalista, no hay mejor ejemplo de cómo enfrentarla que el de las obreras y obreros de Zanon que, después de nueve años de lucha, acaban de lograr la expropiación definitiva de la fábrica bajo control obrero. Allí, la comisión de mujeres no sólo fue protagonista de esta enorme gesta sino que, además, ha sido ejemplo para cientos de nosotras en todos los Encuentros Nacionales de Mujeres en los que participaron, incluyendo el del año pasado, realizado en Neuquén, donde abrieron las puertas de su fábrica para que miles de mujeres de todo el país nos encontráramos y conociéramos cómo se hacen los cerámicos en una FÁ brica SIN PATrones.
En algunos de estos lugares, las compañeras de Pan y Rosas hemos sido protagonistas e impulsoras de estas luchas; en todos, nos hemos solidarizado activamente. Por eso, hoy nos proponemos organizar comisiones de mujeres en todos los lugares de trabajo, para pelear por nuestros derechos. También nos sumamos a la convocatoria del Sindicato Ceramista de Neuquén que propone "reagrupar fuerzas para lanzar una corriente que intervenga en lo político y lo sindical con una política clasista que nos permita actuar; empezando por rodear de solidaridad cada lucha y participando activamente en los procesos de recuperación de sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados." Las mujeres trabajadoras debemos sostener una política independiente del gobierno, los partidos patronales y las burocracias sindicales que los apoyan en sus distintas variantes. En estas luchas hemos tenido un lugar fundamental, por eso, ahora debemos sumar nuestro esfuerzo para construir esta corriente que impulse la unidad de las trabajadoras y trabajadores para la lucha, como también la alianza con los demás sectores explotados y oprimidos de la sociedad, donde las mujeres llevamos la peor parte.
Rebelión en Kraft-Terrabusi
Pero una verdadera rebelión, que ya se convirtió en un ejemplo para toda la clase trabajadora, protagonizaron las obreras y obreros de la fábrica más grande de la industria alimenticia, cuando decidieron parar la producción exigiendo medidas de prevención ante la Gripe A: mientras la empresa Kraft-Terrabusi, con la prepotencia propia de una patronal imperialista, dijo que no pensaba darle licencia "a las trabajadoras que llevaban a sus hijos a la guardería hasta que no muriera alguien en la fábrica", más de 2500 obreras y obreros respondieron con cinco días de paro para evitar que se propagara la epidemia que ya había afectado a algunos trabajadores. Lo que siguió es por todas conocido: la pretensión patronal de despedir 160 trabajadoras y trabajadores, dejando afuera a la comisión interna y los delegados; una huelga que duró más de un mes; la policía bonaerense ocupando la planta y reprimiendo brutalmente con gases, balas de goma y caballería; obreras, obreros y estudiantes consiguiendo quebrar el cerco mediático con cortes de rutas y calles; el Ministerio de Trabajo y otros funcionarios de gobierno cediendo a las presiones de la embajada yanqui; macartismo de la podrida cúpula de la CGT contra los delegados elegidos democráticamente... Y lo fundamental: una feroz resistencia a tantos ataques y presiones que sólo puede explicarse por la unidad que primó en la fábrica durante tantas semanas de aprietes y represión.
Pan y Rosas acompañó a la Comisión de Familiares hasta las puertas de la COPAL, la cámara que nuclea a las industrias alimenticias, y estuvo junto a las trabajadoras y sus familias, solidarizándose con el fondo de lucha, con los cortes y las protestas que se propagaron en todo el país. Por eso hoy, cuando estamos viajando a Tucumán y todavía siguen en curso las negociaciones que las obreras y obreros de Kraft lograron imponer después de una lucha colosal, decimos: -¡Todas y todos los despedidos y delegados adentro!
Fortalezcamos el Encuentro: -¡Fuera las instituciones que oprimen a la mujer!
Cada uno de los Encuentros de Mujeres nos ha permitido hablar, conocernos, compartir experiencias y, además, saber de las luchas y la organización de cientos de mujeres en los distintos rincones del país. A pesar de los ataques que, en cada lugar, siempre organiza la jerarquía eclesiástica con sus "patotas", agresiones e insultos, los Encuentros se siguen realizando. Los Encuentros nos permiten ver que lo que sufrimos diariamente no es meramente "algo personal"; que en realidad, miles de mujeres compartimos las mismas experiencias, que no estamos solas y que podemos organizarnos contra esta situación que padecemos. Sin embargo, tienen un límite infranqueable: pese a que, cada año, nos reunimos miles de mujeres en un mismo lugar, la única resolución que tomamos colectivamente es la de volver a encontrarnos al año siguiente.
Por eso, las trabajadoras, estudiantes y amas de casa de distintas regiones del país que integramos la agrupación de mujeres Pan y Rosas planteamos que este espacio que se ha consolidado durante sus veinticuatro años de existencia debe servirnos, también, para debatir entre nosotras cuáles son las campañas, las medidas de lucha para llevar adelante, en todo el país, por nuestros derechos. Creemos que el esfuerzo realizado por miles de mujeres para llegar hasta el Encuentro, tiene que aprovecharse también para organizarnos como una fuerza arrolladora en la lucha por nuestros derechos, sumando, en cada lugar donde vivimos, trabajamos o estudiamos, a otras tantas miles de mujeres que no pueden participar de esta experiencia.
Pero, obviamente, este planteo choca contra los intereses de las delegaciones de fundamentalistas concientemente organizadas, bajo precisas instrucciones dictadas por los obispos, para provocar y atacar a quienes luchamos por el derecho al aborto, a las compañeras lesbianas, feministas, militantes de la izquierda y a todas las que muestren interés en luchar por los derechos de las mujeres, que somos la gran mayoría de quienes participamos en los Encuentros. Por señalar esta realidad, hay quienes nos atacan diciendo que queremos romper el "espíritu de consenso". -¿Pero acaso es posible "consensuar" con la Iglesia genocida que apoyó la dictadura, que está en contra del uso de anticonceptivos y condena a las mujeres que recurren al aborto, que discrimina a lesbianas, gays, travestis, transexuales, que repudia a las feministas por su lucha contra el patriarcado mientras sigue encubriendo en sus filas a curas abusadores? Su belicosa presencia que, aún siendo minoritaria, termina imponiéndose paritariamente con la de miles de mujeres de todo el país que cotidianamente enfrentan la opresión, la discriminación, la explotación, es la que verdaderamente atenta contra el "espíritu" de nuestros Encuentros Nacionales de Mujeres.
Por eso, insistimos en nuestra propuesta de que los Encuentros también sean el puntapié inicial de un plan de lucha nacional por nuestros derechos, de la inmensa mayoría de las mujeres trabajadoras, desocupadas, amas de casa, estudiantes, activistas de todo el país.-¡Tenemos que mostrarles que somos más que una minoría reaccionaria que sólo tiene interés en destruir los Encuentros Nacionales de Mujeres e impedir que avancemos en conquistar nuestros derechos! Por eso, Pan y Rosas pone a consideración de las mujeres de las agrupaciones feministas, organizaciones sindicales y estudiantiles, organismos de DD.HH, organizaciones de mujeres, partidos de izquierda y todas las mujeres independientes que están participando de este XXIV-º Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán, la propuesta de lanzar unitariamente una campaña nacional contra la violencia hacia las mujeres que empiece apenas volvamos a nuestras ciudades, con pronunciamientos, petitorios, manifestaciones artísticas y culturales y que culmine, el 25 de noviembre, con grandes manifestaciones en todas las ciudades del país: -¡por el triunfo de la lucha de Kraft-Terrabusi! -¡Todas y todos los trabajadores y delegados adentro! Impulsemos comisiones de mujeres en todos los lugares de trabajo y estudio; contra las redes de trata y prostitución -¡aparición con vida ya de las mujeres secuestradas!; por el derecho al aborto libre y gratuito, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir; contra todas las formas de violencia que se ejercen contra las mujeres.
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