DECLARACIONES DEL PAPA
“Hagan lío”... (para mantener el orden)
El Papa dio una entrevista a un medio católico y provocó un revuelo en todo el mundo. Allí habló de acompañar con misericordia a los “heridos sociales”, como los homosexuales y las mujeres que hayan abortado.
El Papa dio una entrevista a un medio católico y provocó un revuelo en todo el mundo. Allí habló de acompañar con misericordia a los “heridos sociales”, como los homosexuales y las mujeres que hayan abortado. Dijo que la Iglesia no puede “seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos”. Claro, si la Iglesia no quiere seguir perdiendo fieles, como hasta ahora, desacreditada por las denuncias de miles de niños y niñas abusados por sacerdotes y obispos, por los desfalcos financieros y otros graves escándalos políticos, económicos y morales, tiene que mostrarse más amable.
Una institución medieval y oscurantista
Hay que detener la diáspora y, además, encarrilar a las ovejas que aún diciéndose católicos, no tienen ningún respeto por la institución de la Iglesia, sus jefes y su doctrina.
Sólo en Argentina, según una investigación del Conicet, el 80% de los fieles aprueba el uso de anticonceptivos, un 70% acepta las relaciones prematrimoniales y hasta un 60% aprueba el aborto en casos de violación, malformación del feto o peligro de vida para la madre, contrariando los férreos preceptos de la oscurantista institución que ahora preside el jesuita argentino. En países europeos, la diáspora es más aguda; tanto, que en algunos países se cierran capillas por falta de fieles.
Gatopardismo de sotana
Pero el discurso del Papa Francisco es sólo eso: un discurso. Hasta los propios aduladores de Francisco, como el periodista Sergio Rubin de Clarín, escribieron “y como aquellas revoluciones pacíficas que se hacen sin disparar un solo tiro, Jorge Bergoglio lleva adelante la suya sin cambiar –al menos hasta ahora- una sola coma de la doctrina”.
Ésa es la realidad. Algunas palabras que suenen amables para la prensa, pero sin tocar una sola coma de una doctrina misógina y homofóbica que seguirá intacta.
Bergoglio no actuó ingenuamente. Apenas se publicó esa entrevista y surgieron los saludos y beneplácitos por la “revolución” que estaba encabezando desde el trono del Vaticano, el Papa recibió a una delegación de médicos ginecólogos católicos y les reafirmó rechazo de la Iglesia al aborto.
Prepararse para mantener el orden dominante
Con sus mensajes a los jóvenes a que “hagan lío” y estas palabras de “misericordia” para homosexuales y mujeres que abortan, Bergoglio sólo pretende recomponer a la alicaída Iglesia para que, en momentos de mayor crisis económica, social y política y mayor radicalización del pueblo trabajador y la juventud, pueda actuar como una institución que contenga a las masas, evitando que emprendan un camino revolucionario.
Lo de hoy son apenas palabras engañosas. Cambiar algo en el discurso, pero para que nada cambie y, mientras tanto, recomponer la imagen de esa vieja institución de la reacción mundial al servicio de las clases dominantes.
• Por la separación de la Iglesia del Estado
• ¡Basta de subsidios a la educación religiosa!
• No al pago de salarios y jubilaciones de privilegio a los obispos. Que los curas vayan a trabajar.
• Expropiación de todos los bienes inmuebles de la Iglesia y que se destinen a crear casas para mujeres víctimas de violencia y otras instituciones públicas al servicio del pueblo trabajador.
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