Ellas enseñan, ellos dirigen
Si bien en los orígenes de la profesión las maestras cobraban un tercio de lo que percibían los varones por la misma labor, las luchas de maestras y profesoras permitieron alcanzar una mayor ’igualdad’ de salarios y condiciones laborales.
Si bien en los orígenes de la profesión las maestras cobraban un tercio de lo que percibían los varones por la misma labor, las luchas de maestras y profesoras permitieron alcanzar una mayor "igualdad" de salarios y condiciones laborales. No obstante, hoy como ayer, aún cuando las mujeres seguimos siendo una abrumadora mayoría en la actividad docente, la distribución de géneros en el sistema educativo muestra que somos mayoría en la educación inicial y primaria, y que nuestra presencia disminuye en cargos de niveles o jerarquías superiores, donde crece la presencia de los varones. En textos sobre educación del siglo XIX, se plantea que "es deplorable, por no decir inmoral, que una mujer abandone su hogar para ir a inspeccionar escuelas" o "que las maestras nunca consentirían ser inspeccionadas por mujeres". Hoy, ya comenzado el siglo XXI, vemos que los varones han aumentado su presencia en el ámbito educativo aunque han "salido de las aulas". Ellos son, mayoritariamente, directivos, supervisores, administradores, políticos de la educación y hasta ministros del área. Lo que es peor aún es que en los sindicatos que pretenden representar los intereses de las trabajadoras y trabajadores de la educación, también los secretarios generales y principales dirigentes son varones.
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