Martes 31 de agosto de 2010

UNGS

Carta abierta a las estudiantes y trabajadoras de la Universidad Nacional de General Sarmiento

Compañeras, estamos preocupadas, estamos realmente preocupadas: nuestro enemigo es invisible y está en todas partes. Mata, hiere, subestima, abusa, somete y perturba a las mujeres desde hace siglos y si bien su fuerza ha disminuido, aún pueden sentirse sus odiosos vestigios.

Los Polvorines, Bs. As., agosto de 2010

A las estudiantes y trabajadoras de la Universidad Nacional de General Sarmiento:

Compañeras, estamos preocupadas, estamos realmente preocupadas: nuestro enemigo es invisible y está en todas partes. Mata, hiere, subestima, abusa, somete y perturba a las mujeres desde hace siglos y si bien su fuerza ha disminuido, aún pueden sentirse sus odiosos vestigios. Se presenta bajo múltiples formas: aborto clandestino, violencia doméstica, hostigamiento, femicidio, misoginia, Iglesia, redes de trata, menor salario por igual trabajo, trabajo en negro, doble jornada laboral (ama de casa y trabajadora a la vez), abuso sexual, fomento de estereotipos estéticos y banales, cosificación: mujer como un producto sexual, como una mercancía más, silenciamiento…

A este enemigo se lo llama de muchas maneras, pero su verdadero nombre es Opresión y su forma básica es la de un tumor maligno y enraizado en este sistema que no se deja ver desde afuera, pero cuyos síntomas son innegables.

Cada año en Argentina aproximadamente medio millón de mujeres se realizan abortos clandestinos, de estas mujeres 400 mueren en las peores condiciones, por ser pobres y no poder pagar un aborto aséptico y miles son afectadas por infertilidad, perforaciones uterinas, infecciones, traumas psicológicos, condena social y otras desgracias que son el producto, por un lado, de una conciente y activa opresión que tanto los gobiernos como la Iglesia llevan a cabo contra las mujeres con el fin de mantener este retrógrado status quo y, por otro lado, son el producto de la indiferencia y de la cómoda pasividad ante las problemáticas femeninas que nuestra sociedad patriarcal mantiene.

Los gobiernos de turno no buscan soluciones porque estas incidirían negativamente sobre sus intereses, es decir, porque deberían invertir mucho más presupuesto en el área de la salud, porque reciben coimas de las miles de clínicas clandestinas que cobran más de $3000 para realizar un aborto, y porque no quieren soltarle la mano a la Iglesia, ya que obtienen votos de sus fieles. La Iglesia, por su parte, es una institución reaccionaria ante la mínima acción que emprenden los oprimidos para cambiar el status quo, es una institución retrógrada y patriarcal que sigue sosteniendo que la mujer es un ser inferior, al servicio del hombre según el orden natural que “Dios” nos habría determinado. Para colmo, también se opone a la educación sexual en las escuelas y al uso de anticonceptivos… nosotras nos preguntamos, compañeras ¿en qué místico, inmóvil y estéril planeta vive la “santa Iglesia” hoy?

Estas instituciones nos gritan “Sí al aborto clandestino”, “Que todo quede como está”, muy poco les importa cambiar la cruda realidad de las estudiantes, trabajadoras y amas de casa.

Desde Pan y Rosas luchamos por la conquista del derecho al aborto legal, seguro y gratuito realizado en hospitales públicos. Sabemos que la ilegalidad del aborto no elimina la práctica de este, sino que lo que en realidad elimina es la vida de 400 mujeres al año en Argentina. Queremos una política integral que prevenga y actúe positivamente frente a las problemáticas femeninas: es necesaria la educación sexual para decidir, los anticonceptivos para no abortar y el aborto legal, seguro y gratuito para no morir.

Por eso, nosotras gritamos en respuesta “¡No aceptamos ni una sola muerte más por aborto clandestino! ¡No aceptamos que nos sigan oprimiendo!”. Gritamos fuerte y te invitamos a gritar con nosotras, porque es tiempo de formar una conciencia colectiva y organizarnos, porque sólo las mujeres podemos liberarnos a nosotras mismas de la opresión en la que vivimos, porque es tiempo de combatir, de extirpar este tumor de nuestra sociedad, este tumor que se llama Opresión.

Te proponemos organizarte con nosotras y a participar en las actividades de nuestra agrupación. Durante este mes podés acompañarnos en nuestra lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito realizado en hospitales públicos firmando el petitorio en el que llamamos al Consejo Superior de la UNGS a pronunciarse a favor de este derecho.

Si te interesa sumarte, envianos tu e-mail a [email protected]




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