ANTE LA VISITA DE PUTIN A LA ARGENTINA
¡Abajo las leyes homofóbicas de Putin! ¡Abajo los ataques a la comunidad LGBTI en Rusia!
Este 10 de julio, desde la Juventud del PTS y la agrupación de mujeres Pan y Rosas (en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores) nos sumamos a la convocatoria de distintas organizaciones LGBTI frente a la embajada Rusa en Argentina, para repudiar la "visita" de Vladimir Putin a nuestro país, en el marco de su gira por América Latina para conseguir apoyo en su puja con Estados Unidos y la Unión Europea por el conflicto en Ucrania, muy distante de las necesidades del pueblo ruso.
Este 10 de julio, desde la Juventud del PTS y la agrupación de mujeres Pan y Rosas (en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores) nos sumamos a la convocatoria de distintas organizaciones LGBTI frente a la embajada Rusa en Argentina, para repudiar la "visita" de Vladimir Putin a nuestro país, en el marco de su gira por América Latina para conseguir apoyo en su puja con Estados Unidos y la Unión Europea por el conflicto en Ucrania, muy distante de las necesidades del pueblo ruso.
En Rusia, el autoritarismo y la homofobia del gobierno de Putin se ha incrementado en los últimos años despertando numerosas protestas. En 2013, se aprobó una ley contra la “propaganda homosexual”. Esta ley represiva prohíbe y establece multas a “los actos gays en lugares públicos o en los medios de comunicación”. Incluso se encuentra prohibida en Moscú la Marcha del Orgullo LGBT que de todas formas el movimiento LGBT ruso lleva a cabo cada año, enfrentando duras represiones policiales y detenciones. Esta política contraria a los derechos democráticos de las personas LGBT, a su vez, significa un aval a la violencia por orientación sexual e identidad de género y al accionar de los grupos de ultraderecha, como vimos con los asesinatos y torturas cometidos impunemente por los neonazis de Occupy Pedofilya.
Estas medidas son una expresión de la alianza de la Iglesia Ortodoxa rusa y el gobierno de Putin, quien le devolvió una gran parte de las propiedades expropiadas por la Revolución de octubre de 1917, mostrando que en pleno siglo XXI los gobiernos capitalistas pueden estar muy lejos de los avances que lograron las y los trabajadores cuando tomaron el poder, posibilitando la conquista de derechos como el divorcio, la patria potestad compartida o el aborto legal mucho antes que en la Europa moderna, y terminando con la criminalización de la homosexualidad.
La situación de opresión y discriminación sexual no es un fenómeno exclusivo de Rusia: en más de 70 países se encuentran vigentes leyes que intentan prohibir la homosexualidad y en muchos se producen persecuciones y asesinatos de activistas y personas LGBT.
¡Fuera Putin de Argentina!
En nuestro país, a pesar de las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género, conquistadas tras años de lucha del movimiento LGBT, vemos que la igualdad ante la ley de la que se jacta el Gobierno de Cristina no es igualdad ante la vida para la comunidad LGBT. Aún hoy, la ley de Identidad no se ha implementado en el ámbito de la salud, y es menester derogar los códigos contravencionales. En el último mes se sucedieron los ataques a personas LGTBI sólo por su condición sexual, incluso en la “gay friendly” Buenos Aires. Fue conocido el caso de Tucumán donde una joven mujer trans fue violada por 5 policías y obligada a limpiar la comisaría. Y la lista sigue. La precarización laboral que golpea a la juventud en general (con la ayuda de las leyes de precarización laboral menemistas que siguen vigentes) se profundiza para las personas trans. El promedio de vida de las mujeres trans es de 35 años y en su mayoría al no conseguir trabajo viven en situación de prostitución, lo que las deja a expensas de ataques de todo tipo, además de la violencia policial.
Mientras tanto, existe una Santa Alianza entre el gobierno y la Iglesia Católica, que más allá de los aires de renovación que intenta mostrar el Papa, alienta estos ataques con personalidades como el monseñor Aguer que se refirió a los homosexuales como “abominaciones amparadas por la ley”.
A la vez, pese al discurso de derechos humanos (que va quedando cada vez más atrás con hechos como la represión de la Gendarmería en la jornada de lucha por los trabajadores de Lear), el kirchnerismo avala la visita de Putin. Para el gobierno es una buena noticia mantener diálogos para profundizar los vínculos comerciales y para una pronta participación en el grupo de los BRICS. Tenemos que exigir que el gobierno argentino rompa relaciones hasta que liberen a todos los LGBT detenidos en Rusia, cesen las persecuciones y deroguen todas las reaccionarias leyes homofóbicas.
Conquistemos un movimiento LGBTI independiente del estado y sus partidos patronales
Muchas de las organizaciones LGBTI que apoyan al gobierno K, en sus comunicados evocan Stonewall pero no se pronuncian en repudio a la visita de un mandatario que da el aval a la cacería a nuestra comunidad con leyes anti-propaganda cuando las agresiones son constantes en las calles de Rusia.
Tenemos que conquistar un movimiento LGBTI combativo e independiente del Estado y sus partidos patronales para salir a las calles a luchar por nuestros derechos, contra todos los oprobios oscurantistas. Esta batalla la tenemos que dar junto a la juventud precarizada, las mujeres combativas y los inmigrantes. Porque la opresión y la violencia a la que estamos sometidos son producto de este nefasto sistema capitalista que pretende conformarnos con migajas.
Llamamos a movilizar, porque sólo la movilización independiente de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud puede quebrar el régimen represivo de Vladimir Putin y sus instituciones reaccionarias.
¡Que el gobierno argentino rompa relaciones con el gobierno ruso hasta que cese la persecución a las personas LGBT!
¡Basta de violencia por orientación sexual e identidad de género!
Derogación de los códigos contravencionales.
Reglamentación en salud de la Ley de Identidad de Género.
Trabajo genuino para las personas LGBT.
Derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Separación de la Iglesia del Estado. ¡Basta de subsidiar al clero!
Educación sexual en todas las escuelas: gratuita, laica y de calidad.
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