Esto de la "inseguridad" que pasa hoy, no es nuevo. Hoy la prensa lo levanta como para hacer un poco de ruido contando que hay inseguridad acá y allá, pero no dice "hay muchos más pobres acá y allá, hay mucha más gente sin trabajo, hay mucha mas gente sin salud, hay muchos más chicos sin educación". (...). Yo creo que esto es como el reparto de la riqueza: mientras unos pocos tienen más, muchos más tienen poco, y con la seguridad es así también, hoy se trata de darle más seguridad a los que más tienen y eso implica mucha más inseguridad para los que menos tienen, porque, precisamente, esos que más tienen son los políticos y empresarios que viven del trabajo ajeno, de la explotación, y que necesitan todo un aparato represivo para su protección. Por eso se construyen semejantes ghettos, como son los barrios privados de la zona norte del Gran Buenos Aires, levantando muros.(...). En lugar de invertir millones de pesos en esos bloques de cemento -¿por qué no invierten en seguridad? Esto quiere decir, en reabrir fábricas cerradas, para que mucha más gente pueda acceder al trabajo y a la que ya tiene, defenderla para que las patronales no continúen consumiendo su vida, mediante la superexplotación. Esto del muro es discriminar más que protegerse: "que éste no se acerque por portación de rostro", discriminando a los jóvenes de los barrios humildes, los que escuchan determinada música, los que se visten de determinada manera... Acá en Tigre nosotros lo vivimos cotidianamente: hay un Tigre "peligroso" que es el de los jóvenes trabajadores, de las mujeres superexplotadas que trabajan en las fábricas hasta dejar sus cuerpos enfermos y, por otro lado, el Tigre detrás de los muros del country La Colina. (...). Pero la delincuencia existió y existirá siempre que este sistema político y económico subsista, y seguirá agudizándose a la par de la crisis. Yo soy conciente de que es posible que esto acabe si a los pibes les damos la posibilidad de una educación de calidad, con escuelas que no se caigan los techos, con maestras bien pagas. Que se invierta, no en muros, sino en educación, en salud real y no hospitales vacíos. (...). Mirá si yo estoy de pie y sigo luchando es porque todo el barrio me acompañó pidiendo justicia. La única manera de enfrentar y presionar ante el poder judicial, los medios, el aparato policial fue y es mediante la organización y la movilización. Si el tiro que mató a mi hijo hubiese salido del arma de un civil, seguramente hoy ya estaría en cana; pero a casi trece años del asesinato de mi hijo por el gatillo fácil, ningún policía está preso. No es por casualidad. Es por el encubrimiento y la impunidad.