Luego de dos semanas de conflicto, con piquetes acuáticos y terrestres al puerto de Ingeniero White, y en medio de amenazas de desalojo, los pescadores artesanales y sus familias obtuvieron lo que reclamaban.
Este es otro conflicto donde una vez más, las mujeres con sus familias cumplieron un rol central acompañando a sus compañeros y fortaleciendo así la lucha.
El conflicto fue resuelto, con el pago de un subsidio a los pescadores y promesas de nuevas zonas para desplegar su actividad. Pan y Rosas estuvo presente en los piquetes solidarizándose con esta lucha, donde las mujeres demostraron la importancia de la unidad y la organización para fortalecer la pelea de sus compañeros, sentando un precedente en la ciudad y convirtiéndose en un ejemplo para todas las mujeres que hoy están atadas a largas jornadas de trabajo en una fábrica y a las tareas en sus hogares, a los trabajos en negro y a la prepotencia capitalista, y que mañana serán protagonistas de nuevos conflictos, cuando los empresarios ya comienzan a descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo pobre.
Al inicio del conflicto dialogamos con Zulma, esposa de un pescador artesanal, para difundir su lucha. |
-¿Por qué están luchando y realizando los piquetes?
Estamos en lucha porque cada vez nos están sacando más. En la ría los pescadores ya no tienen lugar ni para poner las lanchas, están todos amontonados, no son dueños de nada, porque cuando se les ocurre a los de Prefectura les piden documentos y no los dejan entrar. No tenemos cómo sobrevivir, porque al no haber pesca y con todo el dragado para hacer el puerto más profundo, taparon todos los canales que se usaban para la pesca. La gente se tiene que ir más afuera, mi marido no puede ir, ni ninguno de los que están acá pueden, porque no tienen cómo, el que tiene lancha por ahí puede salir más afuera, pero los que salen con los motores fuera de borda, son motores chicos, embarcaciones muy precarias que no pueden llegar a donde ellos nos quieren mandar a pescar. Parece que acá siempre está la ley del más fuerte; vos tenés, tanto valés, si no tenés nada, hacé de cuenta que no valés nada.
Te cuento mi caso, yo hace seis años estaba manteniendo mi casa. Desde que vinieron las empresas, todo se volvió más ruín para nosotros. Yo estaba trabajando, hacía pasteles, empanadas, trabajaba para mi casa. Mi esposo a raíz de todo esto tiene úlceras en el estómago, está bastante delgado, no es la persona que era. Pero bueno, salimos adelante, le dije: vamos a salir adelante como podamos. A mi me llegó la carta de jubilación y un mes antes me había salido un bulto en el pecho, me hice estudios, tenía cáncer. Gracias a la jubilación me pude operar y pude salir adelante con quimio y rayos, y ahora estoy acá apoyando a mi marido, pero no puedo trabajar y no sé por cuánto tiempo Si todo sale bien, quizás sí, y si no? Gasto $150 en remedios. Uno no sabe qué hacer, yo vine decidida a tirarme en el puerto, pero pensé en mis hijos.
Yo estoy acá apoyando a mi marido y todos los compañeros, pero tendría que estar haciendo reposo en mi casa. Acá hay chicos jóvenes que tienen hijos, y qué van a hacer? Y si caen en la delincuencia? "es culpa de ellos".
-¿Qué están demandando concretamente?
Por ahora, que nos den un subsidio por unos meses. Pero un subsidio sabemos que no nos sirve, nosotros lo que queremos es trabajar, que solucionen el problema, y si ellos quieren que nos vayamos, que nos compren las embarcaciones que corresponden, para poder salir a trabajar. Porque ellos tienen suficiente, nunca les importó cuando vinieron acá a hacer todas las empresas. La gente de White tiene que apoyar más, porque se le están rajando las casas por el Polo, y cuando vengan las demás empresas que dicen que van a venir, ahí los quiero ver.
Se dice que no hay contaminación en el aire, incluso en Bahía se sienten olores fuertes a la tardecita, como a amoníaco.
Hay cada vez más casos de cáncer, en gente joven. Mujeres de 31- 32 años que mueren de cáncer, y chicos. Nadie dice nada. |