Esto dice la revista católica española Aleluya sobre las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas: "Nadie ha confesado qué hicieron las víctimas, que más de una vez provocan con su lengua (el varón no pierde los estribos por dominio sino por debilidad: no aguanta más y reacciona descargando su fuerza, que aplasta a la provocadora)."
La Iglesia reivindica el "algo habrán hecho", generando sospechas y afirmando que somos culpables de desatar la furia del varón. Esta institución fue cómplice de cuanto régimen autoritario hubo, y en la última dictadura en Argentina, bendijo a los milicos que violaron y asesinaron a miles de compañeras, robándoles sus bebés. Pero los curas siguen dándonos sermones sobre qué podemos o no hacer, sobre nuestros deberes como madres y esposas, obedeciendo siempre, mientras ellos protegen a sus colegas abusadores de niños como Grassi y tantos otros! Muchos de estos "santos varones", son protegidos por sus superiores y por una justicia que nunca toca a los poderosos.
– ¡Separación de la Iglesia y el Estado!
– ¡Castigo a los curas violadores y a los cómplices de la dictadura!
– ¡Fuera la Iglesia de las vidas de las mujeres! |