Una cadena de aberraciones oprime la vida de una niña de 12 años en Mendoza. El primer eslabón de esa cadena es que la niña ha sido abusada reiteradamente por su padre y quedó embarazada, a su corta edad y bajo esa desgarradora experiencia. Su madre solicitó lo que debiera ser un derecho que ni siquiera hiciera falta pedir: autorización para que, en un hospital público, se practicara un aborto no punible, esto es, un derecho que ya existe por ley. Pero actuó el segundo eslabón de esa cadena para mantener a la niña esclavizada por el maltrato y el abuso: el hospital se negó.
Tercer eslabón: la propia ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, se negó a hacer las gestiones necesarias para que el aborto pudiera realizarse en otro servicio médico. Para ella, este caso "no cumple" con los requisitos necesarios que indica la ley, es decir, que llevar adelante el embarazo afecte, agrave, lesione o atente contra la salud psicofísica de la mujer. -¿Qué no afecta a su salud y a su vida? -¡La ministra se burla de una de las situaciones más infernales que puede vivir una mujer... y en este caso, agravada por el hecho de que se trata de una niña de apenas 12 años!
Pero hay otros eslabones más, que se enganchan en la cadena con una celeridad inaudita. En la propia habitación de la niña "y con la complicidad de autoridades del hospital-, irrumpió un grupo de fundamentalistas católicos fascistas para mostrarle panfletos con fetos mutilados, asustándola con el propósito de que su madre desista de la decisión de solicitar la interrupción de la gestación. Son los mismos grupos que dos años atrás, ante el caso de una adolescente con retraso mental que había sido abusada, se entrevistaron con el entonces gobernador Julio Cobos (hoy vicepresidente) para expresarle su repudio a que se le practicara un aborto no punible. Así como recientemente se inclinó a favor de los intereses de los derechistas de la Sociedad Rural, Cobos, en ese entonces, recibió -¡en su casa! a los derechistas que habían amenazado con poner una bomba en el hospital donde se realizara esta intervención quirúrgica. Compungido, les había expresado que él también estaba en contra del derecho al aborto. -¡Aquí sí que tiene acuerdo el Poder Ejecutivo! La ministra de Salud considera que el aborto es tema de "política criminal", el vicepresidente Cobos coincide con los violentos "pro-vida" que amenazan con bombas en los hospitales y aterrorizan a la niña violada y la presidenta Cristina Fernández no se cansa de repetir que no va a legalizar este derecho fundamental de las mujeres!
Con su habitual hipocresía, la Iglesia también salió a hacer declaraciones en defensa de la "vida inocente" del sujeto "por nacer", sumando su pesado grillete a esta larga cadena de opresión. -¿Acaso no se ha vulnerado violentamente la inocencia de esta niña de apenas 12 años a quien estos "monseñores" que protegen a los curas abusadores de menores entre sus filas, pretenden acusar de "homicida"? Ellos también están detrás de los violentos grupos ultraconservadores que actúan como fuerza de choque bajo la denominación hipócrita de "grupos pro-vida".
El eslabón de la (in)justicia tampoco faltó a la cita, para hacer más pesada la cadena: el juez de Familia N-º 1 de Mendoza, Germán Ferrer, le quitó a la madre "que había presentado el pedido de aborto no punible- la guarda de su hija para dársela a la abuela, contraria a este pedido. Se pidió la externación de la niña del hospital, pero el juez lo rechazó. Un experto en bioética advirtió que, llamativamente, la terminología que usa el juez es muy similar a la de los grupos fundamentalistas... -¡Cuánta imparcialidad la del juez alegando que "La niña no quiere matar al bebé" y diciendo que las compañeras feministas mendocinas que están acompañando a la madre en su decisión son "un grupo abortista"!
Mientras tanto, transcurrieron diez semanas... los fachos, los médicos, el gobernador de Mendoza, la justicia, la ministra de Salud y la presidenta... todos siguen apretando las cadenas que oprimen a esta niña, todos siguen revictimizando a quien ha sido víctima de un delito, de un abuso, de un atropello, de una tragedia, de la barbarie. -¡Debemos romperlas con urgencia! Por su derecho a la salud, por su derecho a la vida... por su derecho vulnerado a ser una niña de 12 años.
El gobierno y las instituciones del Estado tienen hoy aprisionados en sus manos los derechos de esta niña de 12 años. Arranquemos esta decisión que no puede hacerse esperar, luchemos por el derecho al aborto, para que pueda ser legal, seguro y gratuito, para que pueda realizarse en los hospitales públicos sin la ingerencia de la Iglesia, los grupos violentos que presionan a las autoridades y a los profesionales médicos, ni la parcialidad de una "justicia" que siempre se inclina por los ricos y poderosos, redoblando las cadenas que nos oprimen. |