"Esta lucha es la de todos" fueron las palabras de las mujeres compañeras de los trabajadores de Mafissa en lucha hace más de 150 días. Esas mujeres que no dudaron en acompañar la pelea que vienen dando en la textil de La Plata, y se bancaron no sólo que este gobierno deje a sus familias en la calle, sino una brutal represión y ahora una acusación de "coacción agravada". Aunque la presidenta diga que todo "le cuesta más por ser mujer", parece no ser el caso cuando se trata de despedir o reprimir trabajadores y trabajadoras. Sí cuesta sin embargo, que Cristina y la jueza Argibay, defiendan a sus "compañeras de género" como lo demostraron en la ratificación de la condena a 14 años de prisión a Romina Tejerina, mientras su violador sigue libre. Nada podemos esperar de quienes defienden los intereses de empresarios contra las y los trabajadores, aunque sean mujeres.
Este Día Internacional de los y las Trabajadoras se da además en el marco de una crisis política nacional originada por el lock out agrario, que sigue abierta y en medio de la cual acaba de renunciar el ex ministro de Economía Martín Lousteau. Mientras el gobierno y el "campo" se pelean por sacar más tajada y obtener cada vez mayores ganancias, la inflación que crece día a día sigue absorbiendo los sueldos de millones de trabajadoras y trabajadores, que con los topes salariales impuestos por la burocracia sindical están muy por detrás del aumento de precios. El gobierno quiere las retenciones para aumentar la recaudación y destinarla a seguir pagando la deuda externa subsidiando a las grandes empresas; y las cuatro entidades del campo buscan seguir ganando con el actual modelo, a costa de desabastecer al pueblo y superexplotar a más de un millón de peones rurales y sus familias.
Bajo este gobierno, las mujeres seguimos trabajando en las peores condiciones como denunciaron las trabajadoras del Casino que sufren los abortos espontáneos; el 54% cobra su salario en negro sin jubilación ni obra social, no tenemos guarderías en los lugares de trabajo y estudio como reclamaron las trabajadoras de Fresenius, las patronales no quieren que nos tomemos licencias por maternidad como denuncian las trabajadoras del Subte, y con el aumento generalizado de los precios y los sueldos miserables no podemos cubrir siquiera la canasta básica de alimentos. Y cuando las trabajadoras salimos a luchar junto a nuestros compañeros, lo único que tiene este gobierno son palos y represión. Así lo hizo a principios de año en el Casino y recientemente en la textil Mafissa, en alianza con la patronal y la burocracia sindical.
En el "siglo de las mujeres" como le gusta decir a Cristina Fernández, las mujeres trabajadoras y de los sectores populares siguen muriendo por aborto clandestino y son cada vez más las víctimas de las redes de trata y prostitución y de la violencia. Como señalamos antes, en las últimas semanas la Corte Suprema de Justicia ratificó la condena a Romina Tejerina, mientras habilitaba al genocida y torturador Patti a que asumiera su rol como funcionario público; además, el Congreso aprueba una ley que define a la trata como un delito federal pero sólo si la víctima mayor de dieciocho años denuncia que ha sido amenazada, coaccionada, raptada o extorsionada, cuando todos sabemos que nadie que esté esclavizada y amenazada va a denunciar que está por obligación, ya que corre riesgo su propia vida y la de sus seres queridos. -¿A qué mujeres defiende Cristina?
Esto nos demuestra que para avanzar en la conquista de nuestros derechos tenemos que empezar a organizarnos en los lugares de trabajo y estudio, y que nuestra lucha tiene que ser en forma independiente del gobierno, de la burocracia sindical, y de todos los sectores empresariales, porque sean del campo o la ciudad sólo defienden sus intereses a costa de los y las trabajadoras.
Por eso, quienes formamos parte de la Agrupación Pan y Rosas, creemos que este 1-º de Mayo tenemos que expresar una posición independiente del gobierno y de las cuatro entidades del campo que impulsan el lock out patronal agrario. Desde esta perspectiva tenemos que levantar bien alto también nuestras demandas como mujeres trabajadoras como trabajo para todos/as, salario básico igual a la canasta familiar y no a los topes salariales, cese del trabajo precarizado, a igual trabajo igual salario, licencias por maternidad, guarderías en todos los lugares de trabajo y estudio e igualdad de condiciones para la participación sindical, entre tantas otras. Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y derecho al aborto legal, seguro y gratuito para no morir; basta de violencia hacia las mujeres y desmantelamiento inmediato de las redes de trata y prostitución.
Por todo esto y para luchar por nuestras reivindicaciones, desde Pan y Rosas te llamamos participar junto con nuestros compañeros trabajadores y trabajadoras del Casino, Fresenius, Subte, Pepsico, de la Comisión de Mujeres de Mafissa, entre otras, del único acto que este 1-º de Mayo se pronuncia claramente con la consigna:
Ni con el gobierno K, las patronales, ni las ’entidades’ impulsoras del lock out agropecuario. Por la independencia política de los y las trabajadoras |
