Todas las compañeras estábamos preparadas. Partimos desde la capital porteña, y el camino tiene como destino la ciudad de La Plata, más precisamente el encuentro con los trabajadores de la textil MAFISSA que van a realizar una marcha a la gobernación. Llevan más de 130 días de movilización, de lucha, de resistencia... Es una pelea doble: contra la patronal de los Curi, cómplices del golpe de Estado del 76, pero también contra la burocracia sindical de la AOT que traiciona el genuino reclamo de los trabajadores. Lock out patronal, despidos, la supuesta "quiebra" del grupo Curi, pésimas condiciones de salubridad laboral, salarios de miseria, el desafuero de los delegados y 500 compañeros, 500 familias que no van a dejarse pisotear una vez más por la ferocidad del capital. La fábrica está tomada por los trabajadores y, junto a ellos, a la par, se han puesto de pie las mujeres, aquellas que entienden que esta lucha es compartida; como dejan oír en sus cánticos, ’si te tocan, me tocan’.
Mujeres que no temen avanzar, se ponen al frente del reclamo. Se encadenan al Ministerio de Trabajo o a la Gobernación; llevan adelante cualquier acción que ayude a que sean escuchadas. No tienen miedo, son fuertes, cantan con sus hijos en brazos, se emocionan al calor de la euforia de esos.. sus hombres.
La marcha es larga pero ahí están, firmes y con sus antorchas en la mano. Pero no es el fuego el que ilumina, es su perseverancia... Eso le demuestran a sus compañeros cada vez que entran a la fábrica y ven el mural que ellas mismas levantaron: "Cuando una mujer avanza, ningún hombre retrocede". Ellos se emocionan también y les agradecen el apoyo con voces temblorosas.
Las puertas de la Gobernación son inmensas pero todo se convierte en nimiedad cuando la convicción inunda las voluntades. Las mujeres están convencidas de que en este conflicto el final lo escriben ellas también y no se rendirán ahora que acabaron con los prejuicios. Ya no más "andá a lavar vos, dejá de cortar la calle", como supieron tener que escuchar al principio de la lucha. Están orgullosas de ese gran paso que fue conformar la comisión de mujeres, que puede percibirse cuando cantan y saltan como si la fábrica fuera también de ellas, es que de ellas también es la lucha. Se confunden los abrazos, no se contienen lágrimas pero, por sobre todo, parecen imparables.
Si quieren apagar las antorchas de MAFISSA tendrán que luchar contra los trabajadores, pero también contra estas mujeres? |