Una de las causas centrales de la lucha del Casino ha sido (y es) por la mejora en las condiciones de trabajo (que los despidos, por el momento, obligan a poner en segundo plano). Sin embargo, uno de los ejes dinámicos y puntos más filosos (que la inmensa mayoría de los medios esconde), es la pelea contra la insalubridad y la lucha por la reducción de la jornada laboral a 6 horas. Su base surge a partir de estudios y encuestas hechas por los propios trabajadores que arrojan datos terribles. La pérdida de embarazos, lesiones físicas graves, daños en la columna, cervicales y articulaciones, se combinan con los maltratos psicológicos, las clásicas persecuciones y demás miserias patronales.
"Me quedé dura; no podía mover ni el brazo ni el cuello"
En este marco, las mujeres trabajadoras del Casino son las que más sufren la explotación en Puerto Madero. "En este trabajo -relata M., croupier- estás constantemente en una posición contra natura, mirando las fichas y apuestas. Yo tuve una hernia cervical entre la quinta y sexta vértebra; que me apretaba un nervio motor del brazo izquierdo. La operación fue muy difícil; me tuvieron que sacar el disco y pusieron una prótesis de platino. En este tipo de tareas, el 90% tienen problemas de columna vertebral y el 95% problemas de cervicales".
Tiempos modernos
"Los movimientos repetitivos y mecánicos -cuenta P., otra trabajadora del Casino- causan dolorosos problemas de articulación. Las jornadas largas y los descansos muy cortos no dejan que los músculos descansen. Siempre estás esforzando de mala forma y de manera excesiva el cuerpo." A la vez, las persecuciones de los jefes son constantes. "Los gerentes -cuenta G. supervisora de caja- nos vigilan permanentemente y presionan desde las cámaras. Nos imponen procedimientos y presiones por ser activistas; por ser parte de los compañeros que recuperamos el cuerpo de delegados (...) Te dicen: o estás de este lado o del otro".
El ambiente laboral
El Casino está montado sobre un barco y, este hecho pintoresco para algunos, produce otros tantos problemas en las condiciones de trabajo. "Los techos bajos -cuentan las compañeras- agudizan más la contaminación ambiental, que crece como la contaminación sonora de las miles de máquinas tragamonedas (...) Estas condiciones estructurales, edilicias, crean serios problemas en los pulmones, producto del humo del tabaco que se junta ahí adentro, que al combinarse con el aire acondicionado, agudiza los problemas respiratorios." Por causa de este "ambiente laboral", ritmos y explotación, una de cada seis trabajadoras pierde un embarazo; los hematomas y pérdidas se hacen corrientes; los partos suelen ser prematuros; y los niños recién nacidos tienen problemas respiratorios. |