28 de junio. Madrugada. Un bar de la comunidad LGTB. Patada en la puerta. Encapuchados con placa, casco y porras entran en el local. Gritan, golpean, empujan, humillan. ¡Encended las luces! ¡Manos arriba! ¡Contra la pared! Afuera la calle está cortada en todos sus accesos. Diez furgonetas policiales de las unidades antidisturbios han tomado los alrededores. Cacheos, identificaciones... dos horas de humillaciones, agresiones, insultos homófobos... ¿Dónde estamos? ¿En qué época?
Podría ser Nueva York. Podría ser el barrio de Greenwich Village. Podría ser una noche de verano de 1969. El bar podría llamarse Stonewall...
Pero no. Está todo mucho más cerca. Estamos en Barcelona. En el barrio del Raval. En la calle Robadors. El bar es La Bata de Botainé. Un bar emblemático de la comunidad LGTB de la ciudad. Y no son los años grises y pardos de la Dictadura. Estamos en junio de 2013. Justamente en el bar se estaba celebrando una fiesta en conmemoración de los hechos de Stonewall. De lo que aquel asalto supuso de punto de inflexión para la lucha por los derechos de la comunidad LGTB. De las protestas y enfrentamientos con la Policía que se desataron y que convirtieron el 28 de junio en el día internacional de la lucha por los derechos de las personas lgtb.
Al mando del dispositivo el comandante sub-inspector Jordi Arasa. Un represor ya conocido en la ciudad. Partícipe y responsable de entre otras “gestas” el desalojo de la Plaza Catalunya el 27M o de la detención de un hombre en silla de ruedas en una manifestación en 2012.
La redada sobre La Bata, y más por producirse un 28J, es una agresión homófoba gravísima por parte de los Mossos d´Escuadra, el Govern de la derechona catalana de CiU - clerical y reaccionaria como la que más – que los comanda y el Ayuntamiento de la ciudad, que ese mismo día con Trias a la cabeza -también de CiU- se opuso a que se aprobara una declaración contra la homofobia.
Una agresión que coincide con la ofensiva que en el Estado español y en numerosos países europeos se está llevando adelante por fuerzas de la derecha contra los derechos de las personas LGTB y las mujeres. Lo vemos en Francia con el movimiento encabezado por la UMP de Sarkozy y el Frente Nacional de Le Pen contra la ley del matrimonio igualitario, que ha dado aire a los grupos de choque fascistas que han llevado adelante una gran cantidad de agresiones, algunas mortales como la del joven antifascista Clément. Lo vemos también aquí con las presiones de la Conferencia Episcopal, el Papa Francisco y la derecha mediática contra el matrimonio homosexual, y con la agresión al derecho al aborto de Gallardón.
CiU se suma ahora desde el Parlament -oponiéndose a la ley contra la homofobia junto al PP- y desde la calle -con sus Mossos d´Escuadra- a esta ola reaccionaria.
Desde Pan y Rosas y Clase contra Clase queremos mostrar todo nuestro apoyo y solidaridad a quienes padecieron en primera persona la agresión policial.
Exigimos la inmediata dimisión del Conseller de Interior y la creación de una comisión de investigación formada por las personas agredidas y representantes de las asociaciones LGTB que permita juzgar y castigar a los agresores, empezando por Jordi Arasa.
Para acabar con la LGTB-fobia, con quienes quieren que vayamos como los cangrejos en derechos conquistados como el matrimonio igualitario o el derecho al aborto, por conseguir el fin de la tutela católica de nuestras vidas, cuerpos y sexualidad, será necesario imponer la separación efectiva de la Iglesia y el Estado, el fin del Concordato, de la subvención a la educación religiosa y expropiar todas las propiedades que aún conserva la Iglesia Católica fruto de siglos de expolio a las masas populares.
Barcelona, 30 de junio de 2013
Agrupación Pan y Rosas
Clase contra Clase |