La mayoría de los trabajadores de la educación somos mujeres. En el caso de las docentes, somos el 80% y más de la mitad somos jefas de hogar y debemos ocuparnos de nuestros hijos y tareas domésticas al llegar a casa. El sueldo no nos alcanza, por eso reclamamos un salario básico de emergencia de $1.200, en el camino de pelear por un salario equivalente a la canasta familiar, que hoy es de $2.300. Además, rechazamos las sumas en negro y denunciamos las precarias condiciones de trabajo a las que estamos sometidas diariamente. Las escuelas están en condiciones deplorables, con problemas edilicios y de mantenimiento, y esto pone en riesgo nuestra salud y la de los alumnos, desfavoreciendo las condiciones de enseñanza " aprendizaje.
La sobreexigencia que implica trabajar en aulas abarrotadas, soportar las presiones de los directivos, correr de escuela en escuela para poder llegar a fin de mes, atenta contra nuestra salud psicofísica. No por casualidad, en nuestro gremio, abunda el síndrome de burnout, que es una manifestación extrema de stress y las carpetas psiquiátricas.
En medio de esta situación, nos encontramos con que el anunciado aumento es una mentira ya que solamente recibirán algo los que hoy cobran los escasos $ 840.
Ante el levantamiento del paro por televisión que hicieron Solá y Baradel, el viernes por la noche, en el que nos enteramos el aumento de miseria que nos correspondería, se convocó a una asamblea de urgencia en SUTEBA La Plata para definir los pasos a seguir.
Si bien fue poco el tiempo de convocatoria, se trató de una asamblea numerosa, donde se notaba la bronca de las maestras que querían salir a la lucha. Se votó por unanimidad el no inicio de 48 hs, medida que tomaron también otras seccionales opositoras.
Esto desencadenó una crisis provincial, -¡hasta el ministro de Economía de la provincia, Otero, tuvo que renunciar alegando diferencias con el "monto a desembolsar"!
Este hecho deja al descubierto el doble discurso del gobierno de Kirchner, que mientras hace gala de la nueva ley de educación, nos sigue destinando a vivir bajo la línea de pobreza y deteriorando la educación pública. -¡Debemos enfrentarlo! Por eso llamamos a la que se podría concretar con un gran plenario nacional de delegados con todos los sectores opositores y las provincias que están en lucha. |