Mientras el gobierno festejaba por la “década ganada”, Andrea D’Atri demostraba que las mujeres no hemos ganado tanto en estos 10 años de Kirchnerismo: Comenzó planteando que si bien el Kirchenrismo generó expectativas en millones de mujeres en la Argentina, las mujeres aun no tenemos derecho a decidir y denunció las muertes por abortos clandestinos como un “brutal e indignante femicidio perpetrado por el Estado y cuyo responsable es el gobierno que siempre se negó a dar tratamiento a esta ley.”
También hizo un recorrido por la situación de la mujeres trabajadoras; contrastó las declaraciones de la presidenta en la Ciudad de La Plata donde dijo que “nadie puede desaparecer de ningún lado” con las cifras escalofriantes de las redes de trata y prostitución que “hacen desaparecer” a las mujeres, bajo la mirada cómplice o la participación directa de las fuerzas represivas del Estado y los funcionarios políticos
Valoró las luchas dadas por las obreras en las fábricas, las trabajadoras de la salud, las docentes por aumento salarial, en defensa de la salud y la educación públicas.Las decenas de miles de mujeres que se han movilizado a lo largo y ancho del país contra la trata, la violencia y por el derecho al aborto, enfrentando a la iglesia oscurantista en los Encuentros Nacionales de Mujeres.
Partiendo de esta situación y las peleas que venimos protagonizando las mujeres, abrió una reflexión y un debate acerca de la política hegemónica en el movimiento de mujeres y LGTB actual. Sostuvo que esa política pone en un primer plano “la idea de una emancipación individual, engañosamente asimilada a las posibilidades de consumo y apropiación-transformación subjetiva del propio cuerpo”. Así, limitan el objetivo político a “la creación de una ‘contracultura’ reducida a pequeños grupos o para presionar a través del lobby a las instituciones del Estado para la política de ‘ampliación de ciudadanía’”. De este modo se impide poner en pie un poderoso movimiento de mujeres que pelee en las calles por nuestros derechos.
Terminó planteando que desde Pan y Rosas y el PTS, “ponemos todas nuestras energías militantes al servicio de la construcción de un gran movimiento de mujeres que pelee en las calles y se una a la clase trabajadora y el pueblo pobre, constituyendo una fuerza social capaz de torcer la balanza a favor del conjunto de los oprimidos y explotados, derrotando a los capitalistas y sentando las bases para una verdadera emancipación de las mujeres de todas las cadenas que hoy nos aprisionan”. |