El miércoles 19 la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la reforma a la Ley de Trata. Su aprobación ocurre en tiempo récord, a una semana del escandaloso fallo que absolvió a los 13 imputados por el caso Marita Verón. Una clara maniobra para intentar canalizar por vía institucional la bronca generalizada, y al mismo tiempo evitar mayores costos políticos ya que el fallo desnudó el encubrimiento del gobernador K Alperovich a empresarios poderosos como la “Chancha Alé”, y la connivencia de los políticos de turno, la Policía y la Justicia con las redes de trata. La presidenta convocó a sesiones extraordinarias para debatir las reformas a la ley. ¡Luego de que el proyecto estuviese parado 16 meses y casi perdiera estado parlamentario!

Dicha ley -sancionada y vigente desde 2008 a propuesta del kirchnerismo- fue desde sus inicios duramente cuestionada por diversas organizaciones de mujeres y feministas. Con las reformas que se incorporarían, se estaría dando respuesta a algunas de las principales críticas: en primer lugar, que la definición de trata como delito federal en el caso de las mujeres mayores de 18 años ya no depende de que éstas denuncien explícitamente que se encuentran secuestradas o bajo coacción. Este era uno de los puntos más reaccionarios de la ley que votaron los K y la oposición parlamentaria hace más de 4 años, ya que como bien denunciamos varias organizaciones, ninguna mujer esclavizada va a animarse a decir que está en ese lugar por obligación. Se sabe que las mujeres en esas condiciones reciben amenazas no sólo sobre su vida sino también sobre la de sus familiares y seres queridos. La reforma prevé, además, un aumento de las penas; que la promoción de la prostitución, la reducción a la servidumbre y la trata sexual serán delitos no excarcelables; y que los proxenetas serán condenados con penas de entre 2 y 4 años de prisión, y de entre 5 y 15 años en caso que las víctimas queden embarazadas o sean menores de edad.

El gobierno nacional con esta reforma pretende lavarse la cara y aparecer “enfrentando” a las redes de trata. Pero no se puede tapar el sol con las manos: en los últimos 10 años con el crecimiento de la “ruta de la soja y el petróleo”, bajo el kirchnerismo, aumentaron las redes de trata y prostitución y son más de 600 las mujeres secuestradas y desaparecidas. Todo esto bajo el amparo de la ley K. Según datos de la Procuración bonaerense del 2008 al 2012 se rescataron 2.048 por «trata sexual» y ¡solo tres personas! fueron condenadas por estos delitos.

Días atrás, la procuradora General de PBA, María del Carmen Falbo, reclamó “más compromiso y esfuerzo a los políticos y jueces para combatir la trata” y se quejó de las “filtraciones” de las fuerzas de seguridad. “Cuando se tiene toda la investigación previa, se realiza el allanamiento y cuando uno llega encuentra gente tomando mate”, a la vez que afirmaba que “Vamos, cerramos los prostíbulos, decomisamos y a los 20 días están abiertos de nuevo”.

Una muestra más del entramado de corrupción y mafia que envuelve a las redes de trata: gobernadores, policía, empresarios, justicia y proxenetas, todos bajo el acuerdo de mantener uno de los negocios más exitosos del mundo que genera ganancia sin costo: la reducción a la esclavitud sexual de personas, pura ganancia.

Mientras terminaban las sesiones en el Congreso, el kirchnerista Agustín Rossi confraternizaba con el radical Gil Laavedra afirmando que “falta un debate cultural” sobre la falta de condena social a la prostitución y la costumbre de “pagar por sexo”. Cinismo de oficialistas y opositores que sostienen este sistema capitalista y patriarcal. La presidenta Cristina Fernández se comprometió “a seguir acompañando” a Susana Trimarco, en la lucha contra los responsables de la trata. Sólo palabras ya que no se puede luchar contra las redes de trata sosteniendo al mismo régimen podrido y sus fuerzas represivas, directamente implicadas en la trata y el narcotráfico.

Está planteado pelear por el desmantelamiento de todas las redes de trata y prostitución y para ello, como quedó demostrado esta última semana, tenemos que organizar un gran movimiento de mujeres independiente del gobierno nacional, los gobernadores provinciales y la Justicia. Si se realizó la reforma a la Ley de trata fue producto de la movilización popular y no gracias a ningún gobierno. Este es el camino que tenemos que seguir pero para acabar de una vez por todas con las redes de trata y prostitución. ¡Por Marita Verón y todas las mujeres secuestradas y desaparecidas!