El domingo 5 ocurrió otro caso de femicidio que invadía las pantallas de los televisores. Ocurrió en la localidad bonaerense de San Miguel. Tamara fue asesinada por su ex pareja. Pero para sus compañeras de trabajo no es un caso más.
Siempre que te enterás de un caso de estos y te indignas, pero esta vez nos tocó de cerca. Era una compañera, auxiliar de enfermería, a la que le faltaba pocos días para recibirse de enfermera profesional. Así comenzaban a ponerle palabras a lo que tanto les duele. Y continúan: Con Marilina hablamos que cuando te separas tenés que resolver conflictos como: hijos, familia, vivienda y las angustias que te implican todo esto. En estos casos deberían darnos días de licencia. En el hospital trabajamos muchas mujeres que somos único sostén de familia. Marilina asiente y agrega: Es cierto lo que dice Elsa. Con mis compañeros de sector hicimos una colecta para las hijas de Tamara, ellas son de una familia muy humilde.
Elsa recuerda a Tamara como una mujer luchadora: Trabajó de mucama, después estudio para auxiliar de enfermería y ahora estaba estudiando por la profesionalización de la carrera. Las dos firmamos contrato hace dos meses. Ella estaba contenta de empezar a trabajar en el hospital aunque las condiciones no eran muy buenas. Trabajamos sin los derechos que tienen los de planta permanente. Hay un plan de ajuste en el municipio, entonces los nuevos ingresan precarizados.
Tamara no se animó a plantear el calvario que estaba viviendo, recién conseguía un buen trabajo y no podía arriesgarse a perderlo. Poco se sabía de ella. Estaba separada, pero seguía viviendo bajo el mismo techo con su ex pareja. No tenían posibilidades de mudarse con sus dos hijas. El ex marido puso mucha saña a la hora de matarla, la golpeó brutalmente en el rostro, la degolló y después la tapó con una frazada. A la mañana siguiente despertó a sus hijas y les dijo que la mamá no se sentía bien, las llevó a la casa de la abuela, él se iba a trabajar. E: Si hubiera podido acudir a sus compañeras, si la institución diera respuestas a estos casos de vulnerabilidad, probablemente Tamara quizás se hubiera salvado. Si las mujeres estuviéramos organizadas en el hospital sería diferente.
M: Una médica sufrió una situación de violencia. Empezó a contarme y después les contó a otros compañeros. La ayudamos a que se separe de esa persona que la agredía.
Ellas como trabajadoras de la salud, proponen que en los lugares de trabajo sean consideradas las situaciones de violencia que sufre las mujeres. Pero también plantean la necesidad de organizarse. Seguramente con la organización se podrá enfrentar y desnaturalizar la violencia y opresión que somete a las mujeres. |