Aunque con una participación mucho menor que la anunciada por las organizadoras, a causa del vaciamiento producido, durante los últimos años, por el accionar de la Iglesia, el gobierno y las agrupaciones reformistas como el PCR que hegemoniza la coordinación, se realizó el XXVII Encuentro Nacional de Mujeres. En estas páginas queremos reflejar las postales que trajimos de Posadas.
No pudieron evitar los debates políticos
La mayoría de las seis mil participantes, sin duda, fuimos las mujeres organizadas en partidos de izquierda, agrupaciones estudiantiles o sindicales, diversos grupos políticos de todas las tendencias, gremios, ong’s y colectivos feministas, lo que hizo inevitable que en los talleres se mezclaran los temas previstos con los debates políticos nacionales del momento.
Después de varios años, en este Encuentro se volvió a expresar el descontento con el gobierno que, paradójicamente apareció por primera vez representado por un grupo no muy numeroso de militantes K. Estas agrupaciones kirchneristas hicieron lo imposible por evitar que se criticara el “cajoneo” del gobierno al proyecto de legalización del aborto presentado por el movimiento de mujeres en el Congreso en tres oportunidades. Lo mismo intentaron cuando se nombraba el reclamo de justicia por Mariano Ferreyra, asesinado por una patota de la burocracia de Pedraza, amigo del gobierno.
Pero como el sol no se puede ocultar con la mano, ni la Comisión Organizadora ni las militantes K pudieron impedir que la inmensa mayoría de la marcha del domingo a la noche nos desprendiéramos del recorrido para manifestarnos contra la Iglesia y que, un nutrido sector, pronunciáramos nuestro repudio también frente a la casa de gobierno provincial.
Más de mil mujeres con Pan y Rosas
Pan y Rosas participó con una delegación de más de mil compañeras de todo el país. Y en la marcha fuimos muchas más aún, porque decenas de mujeres que nos conocieron en los talleres decidieron movilizarse con Pan y Rosas. Nuestras banderas fueron la lucha por el derecho al aborto, contra la violencia hacia las mujeres y por los derechos de la mujer trabajadora. Propusimos poner en pie un gran movimiento de lucha de las mujeres por todos nuestros derechos. Pero también debatimos nuestra posición frente al paro de la CTA y manifestamos por qué no apoyamos el reclamo de los represores, que se encontraban amotinados durante esos mismos días del Encuentro.
Como ya lo señalamos en estas páginas, sobran motivos y entusiasmo para luchar por nuestros derechos. Lo que falta es la voluntad política de quienes siguen impidiendo que los Encuentros Nacionales de Mujeres se transformen en una fuerza arrolladora de luchadoras de todo el país. Pero también de las distintas corrientes de izquierda que, sumergidas en el rutinarismo y la falta de iniciativas, no aportan ningún esfuerzo a la construcción de un verdadero movimiento amplio de mujeres en lucha por sus derechos.
Nosotras creemos que es posible construir un canal donde pueda expresarse el descontento de miles de mujeres agraviadas por las patronales explotadoras, por un gobierno responsable de la muerte de centenares de mujeres por abortos clandestinos, por una oposición derechista que se encolumna detrás de la reaccionaria Iglesia que nos oprime y los patrones rurales que nos humillan.
Las mujeres de Pan y Rosas volvemos del XXVII Encuentro Nacional de Mujeres dispuestas a que estas ideas empiecen a hacerse realidad, poniendo en pie un gran movimiento de miles de mujeres en lucha por nuestros derechos ¡Manos a la obra! |