El 28 de setiembre de 1888 se decretó en Brasil la libertad de vientres. Esto significaba la abolición de la esclavitud para todos los descendientes de las mujeres esclavas hasta ese momento. Pero, desde el Vº Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, realizado en Argentina en 1990, ese día adquirió un nuevo significado porque se decidió conmemorar, en esa fecha, la lucha por la libertad de decidir sobre nuestros vientres y convertirlo en un día de lucha por la despenalización del aborto en todo el continente.
Sin embargo, tanto en la región como en nuestro país este derecho elemental nos sigue siendo negado. En la Argentina, por las más diversas razones, se realizan 500mil abortos al año en la clandestinidad con secuelas irreversibles para la salud de decenas de miles de mujeres jóvenes y pobres. Mientras tanto Kristina, al igual que los políticos de la oposición patronal como Macri en la CABA, sigue subsidiando con millones de pesos a la Iglesia Católica, y le permiten a esta institución retrógrada y arcaica entrometerse en los planes de educación sexual, asegurándole que no se aprobará ninguna ley que nos permita decidir sobre nuestros cuerpos, ni siquiera en los casos donde contemplados en el artículo 86.
Mientras las jóvenes engrosan las dramáticas estadísticas de muertes por abortos clandestinos, ¡6 de cada 10 mujeres que llegan a los hospitales con riesgos causados por abortos, tienen entre 15 y 18 años! Pero Cristina, que se jacta de la “ampliación de derechos”, se mantiene junto a los reaccionarios jerarcas de la Iglesia, en acuerdo con la oposición derechista, en contra de legalizar este derecho ¡que hubiera impedido que murieran más de 2500 mujeres en los años de gobierno K!
Desde Pan y Rosas, el PTS y su Juventud, nos organizamos en facultades y colegios, en las fábricas y todos los lugares de trabajo, en los barrios junto a las jóvenes inmigrantes, confiando solo en nuestras propias fuerzas para conquistar el derecho al aborto libre, seguro y gratuito. Pero también denunciamos que en la Argentina K, luego de nueve años de crecimiento, la mitad de las trabajadoras está precarizada y sin derecho a organizarse, recibiendo los peores salarios y sufriendo el acoso y abuso de jefes y supervisores; y son también las que cuando quieren ser madres son despedidas o sufren abortos espontáneos por las terribles condiciones de trabajo. ¡Por eso impulsamos un gran movimiento por el derecho al aborto y los derechos de las mujeres trabajadoras!
¡Por un gran movimiento por los derechos de la mujer trabajadora y la juventud!
Tras nueve años de gobierno K, en el que amplios sectores del movimiento de mujeres depositó confianza, cambiando la lucha en las calles por el lobby parlamentario, las mujeres no solo no hemos conquistado este derecho elemental, sino que la reaccionaria Iglesia, con el aval de gobernadores oficialistas y opositores, avanzó en imponer la educación religiosa en Salta y Córdoba y sigue entrometiéndose en nuestras vidas, nuestra educación y nuestra salud.
Y como si eso fuera poco, las jóvenes son víctimas de secuestros por redes de trata y prostitución que operan con total impunidad, con la complicidad de las fuerzas represivas, funcionarios políticos y judiciales. Cada 30 horas, una mujer es asesinada: el último y letal eslabón de una larga cadena de violencias contra las mujeres.
Por eso, en todo el país, desde Pan y Rosas, el PTS y su Juventud luchamos por la separación de la Iglesia del Estado, por educación sexual, acceso a los anticonceptivos y derecho al aborto. Exigimos el desmantelamiento de las redes de trata y las fuerzas represivas del Estado. ¡Basta de violencia contra las mujeres! Esas son, también, las banderas que llevaremos al próximo Encuentro Nacional de Mujeres en Posadas.
Pero el derecho al aborto no sólo tiene en contra a la jerarquía eclesiástica, los fundamentalistas de otros credos y los grupos más derechistas y reaccionarios, sino también a la Presidenta, la mayoría de los diputados, ministros de salud, gobernadores y otros funcionarios del kirchnerismo y demás bloques.
Lamentablemente, la Campaña por el Derecho al Aborto, que en sus inicios movilizó a centenares de mujeres, recogió miles de firmas en todo el país y concitó el apoyo de decenas de organizaciones y agrupaciones, quedó reducida a una estrategia de lobby parlamentario con funcionarias, legisladoras y dirigentes de ONG’s. Pero mientras en el parlamento el debate se posterga, la muerte de las mujeres, no. La estrategia “parlamentarista”, que privilegian tanto kirchneristas como anti-kirchneristas de la centroizquierda sojera en lugar de la movilización para arrancar este derecho, se ha demostrado impotente, no sólo porque el Proyecto de Ley de la Campaña (que desde Pan y Rosas apoyamos desde el primer momento) se presentó 3 veces! durante los gobiernos K, sino también porque permitió a los sectores más derechistas, como el macrismo en la CABA, envalentonarse e intentar restringir lo conquistado, como la implementación de la guía para los abortos no punibles.
Por eso es hora de sincerar que estamos en un verdadero callejón sin salida si no planteamos claramente la necesidad de poner en pie un verdadero y masivo movimiento de lucha en las calles, bajo las banderas que siempre ha levantado el movimiento de mujeres: ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir! Con esta perspectiva, una delegación de Pan y Rosas – PTS en el Frente de Izquierda, participará del próximo Encuentro Nacional de Mujeres, a realizarse en Posadas el 6, 7 y 8 de octubre. |