El tema del aborto dejó de ser algo de lo que no se habla. En la Argentina del 2007 del aborto SI se habla.
Si la Iglesia habla de aborto es porque, en gran parte producto de la lucha de miles de mujeres que venimos peleando por este derecho, las encuestas expresan una cada vez mayor aceptación de la despenalización del aborto y esto le preocupa porque atenta contra sus intereses.
Si el gobierno habla de aborto es porque más de un 80% de la población está a favor de la despenalización del aborto en casos de violación y más de un 50% está a favor en todos los casos.
Si el ministro de Salud habla de aborto es porque la ilegalidad es, entre otras cuestiones, un problema importante de "salud pública", como lo denominan los gobiernos "progres" que no saben cómo afrontar las muertes de más de 400 mujeres, las cientos de internaciones post-abortos y las terribles secuelas en la salud que sufren las mujeres pobres, condenadas a los abortos clandestinos, practicados en condiciones insalubres y riesgosas.
La Iglesia, llena de sangre
Este año, la Iglesia lanzó su cruzada "antiabortista", con la que piensa desembarcar en el Encuentro Nacional de Mujeres de Córdoba. En esta ciudad, donde la jerarquía eclesiástica tiene mucho poder, un grupo de católicos fundamentalistas destruyó, meses atrás, la muestra del artista Alfonso Barbieri. Al grito de "-¡Viva la Patria y Viva la Virgen!" arremetieron contra las obras de arte que se presentaban en el Centro Cultural España.
El último 28 de Septiembre, Día de Lucha por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe, ciento de feligreses se manifestaron "por la vida", mientras el cardenal Bergoglio "que hoy posa de dirigente opositor, alternando sus encuentros con Duhalde y Elisa Carrió- llamó a "poner freno al desenfreno abortista" y el siniestro monseñor Aguer de La Plata dijo que "el totalitarismo de los abortistas se cierne sobre la Argentina como una siniestra amenaza, como la sombra de Herodes." -¡Hipócritas! Dicen esto mientras el cura Von Wernich está siendo juzgado por su participación en los centros de extermino de la dictadura. Una participación que contó con el aval de la jerarquía eclesiástica, cómplice de los militares genocidas.
Ya ni hace falta contar lo siniestro de una institución que mientras dice proteger a los niños, alberga en su seno a miles de sacerdotes abusadores en todo el mundo. Como ya se hizo costumbre cantar en los Encuentros de Mujeres: "sí señoras, sí señores, prohíben el aborto los curas abusadores."
La Iglesia que dice defender la vida, tiene una historia llena de sangre. Y sin embargo, aún hoy, el Estado mantiene esta institución con los impuestos de la clase trabajadora y el pueblo. Los obispos ganan más de 7.000 pesos, reciben enormes subsidios para sus colegios privados mientras las escuelas estatales se caen a pedazos y viajan a Roma gratis, con los pasajes que les da el Estado.
La derecha, asesina de maestros y luchadores
Por su parte, la derecha encabezada por Mauricio Macri, con las bancadas dirigidas por los asesinos de Sobisch y Bussi, impulsa un proyecto para evitar que se permita abortar a las mujeres víctimas de violación. No tienen descaro, Bussi que fue el responsable del asesinato de cientos de tucumanas y tucumanos durante la dictadura militar y el facho de Sobisch que, siendo gobernador de Neuquén fue el responsable del asesinato del maestro Carlos Fuentealba ahora aparecen de la mano del derechista Mauricio Macri para decir que quieren defender la vida de los no nacidos.
El gobierno de los Kirchner, poco ruido y nada de nueces
Hasta ahora el gobierno de los Kirchner mantiene la promesa que le hicieran al Vaticano de no despenalizar el aborto en Argentina mientras durara su mandato. El gobierno de Néstor no hizo nada para evitar que sigan muriendo más de 400 mujeres cada año por las consecuencias de los abortos clandestinos y todavía, cuando ya están contando las semanas para las elecciones nacionales, sigue debatiendo de qué manera reglamentar el aborto no punible que está estipulado en el Código Penal, sin dar un paso en concreto.
Los que sí avanzan son la Iglesia y la derecha que, anidando en los despachos de los tribunales, aprovechan esta situación para entrometerse en cada uno de los casos de adolescentes discapacitadas que deben soportar embarazos forzosos, después de haber sido abusadas, a quienes supuestamente se les debería permitir el aborto terapéutico. Pero de este avance es responsable el gobierno que ahora les dará más lugar a las presiones de los sectores reaccionarios, introduciendo la figura de la "objeción de conciencia" en la reglamentación de los abortos no punibles.
Por un movimiento de lucha independiente del Estado, el gobierno y los partidos patronales
Frente a este estado de cosas, es necesario un franco debate entre quienes reclamamos el derecho al aborto. La agrupación Pan y Rosas, polemizando con la posición de muchas compañeras, desde que asumió el actual gobierno viene planteando que de ninguna manera podíamos confiar en que fuera a legalizar el aborto. Si bien podía entenderse "aunque no compartirse- la expectativa de algunas compañeras apenas había asumido el gobierno, hoy, cuando ya está finalizando su mandato, seguir esperando que nos otorgue alguna concesión no es más que un apoyo explícito a un gobierno que incluso, en los próximos cuatro años, con Cristina Fernández a la cabeza, se vislumbra como más pro-empresarial, contrario a la legalización del aborto y preocupado por garantizar un pacto social entre empresarios y burócratas sindicales.
Hace más de dos años, cuando se lanzó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, planteábamos nuestra adhesión pero agregando que "NO tenemos ninguna esperanza en el gobierno de Kirchner (o en algunos de sus ministros), lo que nos diferencia de muchas de las convocantes de esta campaña."1 Luego, ante el lanzamiento de la "Segunda Etapa" de la Campaña denunciábamos "la entrega "en el nombre de la Campaña por el Derecho al Aborto- de un petitorio al Ministro de Salud -¡en el que no mencionan el derecho al aborto legal, seguro y gratuito!" y afirmábamos que "lo que se presenta como segunda etapa es, en realidad, el abandono de la lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en aras de apoyar a un verborrágico ministro de Salud que -¡también! señaló que no iba a presentar ningún proyecto de despenalización."2 Este último 28 de Septiembre, las organizaciones que integran la Campaña y otros grupos afines al gobierno decidieron no impulsar ninguna gran movilización unitaria, después de haber limitado el gran apoyo que obtuvieron en sus inicios, al mero reclamo de conseguir "lo posible" "como la reglamentación del aborto no punible que impulsa el gobierno- en los pasillos de los ministerios.
No hay nada, sino esto, que pueda explicar por qué pese a que son cada vez quienes se pronuncian a favor de la despenalización del aborto, desde la Campaña no se realice una sola exigencia al gobierno, convocando a esas miles de personas que apoyan esta lucha a manifestarse para que apruebe el proyecto de ley que la misma Campaña presentó en el Congreso de la Nación el 28 de mayo pasado.
Para avanzar en serio en la conquista de nuestros legítimos derechos, tenemos que hacer un balance honesto: supeditar el reclamo del aborto al apoyo a un gobierno contrario a los intereses populares nos lleva a un callejón sin salida. Esta experiencia nos deja una lección: tenemos que poner en pie un movimiento de mujeres que luche por el derecho al aborto en forma independiente de la Iglesia, del Estado, el gobierno y los partidos que defienden este sistema de explotación y opresión. Para empezar, tenemos que discutir en nuestros lugares de trabajo, estudio y militancia con cientos de compañeras y compañeros que apoyan, aún pasivamente, este reclamo. Hablar incluso con quienes aún no ven la importancia de apoyar esta iniciativa, explicarles por qué es necesaria una lucha activa para imponer lo que nos corresponde invitándolos a sumarse a la pelea por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. En los gremios docentes, de sanidad y alimentación, donde somos mayoría mujeres, tenemos que pelear porque los cuerpos de delegados combativos, las comisiones internas recuperadas, los sindicatos impulsen la lucha por el derecho al aborto.
En lo inmediato, en este XXII-º Encuentro Nacional de Mujeres, tenemos que unir nuestras voces en un claro pronunciamiento de repudio a la Iglesia y la derecha, responsabilizando al gobierno por las muertes que aún sufren las mujeres por consecuencia de los abortos clandestinos.
Invitamos a todas las compañeras a votar un plan de lucha nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito que comience con marchas, actos y movilizaciones en las principales ciudades del país el día 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
-¿Socialismo del siglo XXI?
En el retórico "socialismo del siglo XXI" de Chávez, las paredes aparecieron pintadas, en las últimas semanas con esta leyenda "las ricas abortan, las pobres mueren". La inmensa mayoría de las venezolanas abortan en condiciones de clandestinidad, exponiendo su salud y su vida, mientras que sólo una minoría de privilegiadas puede recurrir a la interrupción de un embarazo en una clínica privada. Hoy, distintas organizaciones de mujeres están haciendo circular una carta con firmas de mujeres y hombres que dice "Nosotras abortamos y nosotros también" en la que reclaman "educación sexual en la escuela básica, métodos anticonceptivos y la interrupción voluntaria del embarazo en forma segura y gratuita." |