Trabajo: mujeres preKarizadas
A pesar de los 8 años de crecimiento, los Kirchner dejaron incólume una de las más grandes conquistas de la clase capitalista, consolidada en los ’90: la tercerización y precarización masiva de la fuerza de trabajo, un 40% del total de la fuerza de trabajo, cifra que asciende a más del 50% entre las mujeres. Pero si éste es el sector más vulnerable de la clase trabajadora, para los demás tampoco hay buenas noticias: el gobierno ya anunció que las pautas salariales para las próximas paritarias entre los empresarios y la CGT serán más bajas.
Todo indica que las aspiraciones de igualdad que tienen millones de personas que votarán el “nunca menos” oficialista se chocarán, tarde o temprano, con un gobierno que, con esos millones de votos, se prepara para el “ya no más” para la clase trabajadora y el pueblo.
Por eso, ante estos aprestos de la clase capitalista, Pan y Rosas –que cuenta entre sus filas con obreras de la industria alimenticia, de la fruta y el ajo, docentes, trabajadoras de la salud y del Estado- te llama a organizarte para luchar por los derechos de las mujeres trabajadoras y a votar al Frente de Izquierda que, de obtener bancas en el Congreso, las pondrá al servicio de las luchas por los reclamos más vitales y para fortalecer la construcción de una alternativa política de la clase trabajadora en todo el país.
Aborto: condenadas a la Klandestinidad
Pocos días antes de este Encuentro Nacional de Mujeres, la oposición derechista –derrotada en las primarias- intentó embretar al kirchnerismo metiendo el dedo en una de sus llagas: el derecho al aborto. Un tema sobre el que la mayoría de los gobernadores, intendentes y diputados K y hasta la mismísima presidenta están en contra.
Aprovechando esa brecha, el diputado Vega de la Coalición Cívica, convocó al debate repentinamente en la Comisión de Legislación Penal que preside en el Congreso, introduciendo un proyecto de su autoría que proponía retroceder aun más de lo establecido en el artículo 86 del Código Penal vigente, sobre aborto no punible.
Aunque finalmente se postergó esta maniobra, también hay que decir que esto no significó ningún triunfo para quienes defendemos el derecho a decidir. Ya vimos años atrás cómo el proyecto de la Campaña por el Derecho al Aborto caducaba sin ser tratado en el Congreso. Ahora, presentado nuevamente y con apoyo de cincuenta legisladores de distintas bancadas, su debate queda nuevamente postergado, porque ni siquiera quienes lo firmaron tienen interés en abordarlo en medio de la campaña electoral.
Mientras tanto, siguen muriendo más de 300 mujeres cada año por las consecuencias del aborto clandestino y festejan la derecha más recalcitrante, los fundamentalistas como Cynthia Hotton y los jerarcas de la Iglesia, dispuestos a iniciar una nueva cruzada reaccionaria contra nuestros derechos, como ya hicieron cuando se trató la ley de matrimonio igualitario.
Los progres K y de la centroizquierda, incluso la misma Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, quedaron entrampadas en el juego que propuso la derecha, que después de cajonear durante años distintos proyectos para que caducaran y de aplazar los tiempos para el tratamiento de este reclamo, lo sacaron a la luz en medio de la campaña electoral. Ni los K ni sus aliados están dispuestos, ahora, a tratar un tema controversial que saben que generará un debate nacional que podría alterar las tranquilas aguas de una campaña electoral con resultado cantado para el gobierno.
Si la ley de matrimonio igualitario, que contó con el espaldarazo oficialista desde la mismísima Casa Rosada, salió finalmente con una diferencia exigua de votos, después de una maratónica sesión... ¿qué podemos esperar ahora de ese parlamento? Porque a diferencia de la ley de matrimonio igualitario –que contaba con el aval del poder ejecutivo y, según se señaló en ese momento, con la presión del entonces diputado Néstor Kirchner sobre un sector de su bloque-, el derecho al aborto no sólo tiene en contra a la jerarquía eclesiástica, los fundamentalistas de otros credos y los grupos más derechistas y reaccionarios, sino también a la Presidenta, la mayoría de los diputados, ministros de salud, gobernadores y otros funcionarios del kirchnerismo y demás bloques mayoritarios.
Pero la Iglesia ya fue derrotada por la amplia simpatía que tuvo la ley de matrimonio igualitario y, recientemente, la oposición derechista salió derrotada, también, de las primarias. Por eso, no podemos permitir que estos sectores reaccionarios se salgan con la suya. ¡Que nada impida que podamos conquistar el derecho al aborto! No dejemos en manos de un puñado de legisladores, el destino de nuestros derechos.
El movimiento de mujeres, las organizaciones feministas, sociales y políticas, y todos los trabajadores y trabajadoras, intelectuales, artistas y estudiantes que apoyamos este justo reclamo debemos poner en pie un movimiento de lucha, para movilizarnos –con independencia del gobierno y los bloques opositores- y hacer oír nuestra voz. Tenemos que conseguir que el proyecto presentado por la Campaña sea aprobado sin maniobras ni dilaciones.
Como lo decimos cada 28 de setiembre, en cada Encuentro Nacional de Mujeres, incluso en las elecciones, las compañeras de Pan y Rosas, que integramos el Frente de Izquierda, estamos convencidas de que este derecho no saldrá del Congreso si no es por la demostración de voluntad de lucha y movilización de las miles de mujeres que no quieren ni una muerta más por abortos clandestinos. Con esta perspectiva, las compañeras de Pan y Rosas que integramos las listas de diputadas y diputados del Frente de Izquierda, asumimos el compromiso de pelear por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.
Encuentro para pocas
Lamentablemente, este año, el Encuentro se realiza en una bella ciudad turística pero que queda muy lejos para las compañeras del Noroeste, del Litoral e incluso de Buenos Aires. Intentando alejar lo más posible al Encuentro Nacional de Mujeres del escenario político nacional que se concentra en la Ciudad de Buenos Aires, en medio de la campaña electoral, se terminó limitando enormemente la participación democrática de miles de mujeres de todo el país.
El tiempo, los costos y la enorme distancia dejó a miles de mujeres trabajadoras, desocupadas, estudiantes y amas de casa sin poder asistir.
Por esta razón, Pan y Rosas –que el año pasado participó con una delegación de un millar de mujeres- participa esta vez con maestras, estudiantes, obreras y trabajadoras estatales de Neuquén y una reducida delegación de compañeras de otros lugares del país. |