Desde Pan y Rosas, REPUDIAMOS el fallo dictado por la Sala I del Tribunal de Casación Penal bonaerense, que redujo a la mitad la pena impuesta a Francisco Avalos, un pastor evangélico condenado por abuso sexual de dos adolescentes, de 14 y 16 años, argumentando que el delito no se configura al tratarse de “mujeres que viven en comunidades en las que el nivel social acepta relaciones a edades muy bajas” y que “además poseían experiencia sexual”. La sentencia de los jueces Horacio Piombo y Ramón Sal Llargués muestra a las claras no solo el carácter patriarcal de la Justicia a través de la arbitrariedad, complicidad y omisión frente a estos tipos de abusos sino, también su clarísimo carácter de clase; sentando un antecedente terriblemente discriminatorio para las miles de mujeres jóvenes, trabajadoras y pobres, que justamente son las principales víctimas de la violencia en este sistema capitalista y patriarcal.
En septiembre de 2004, el Tribunal Criminal Nº 4 de Morón había condenado a 18 años de cárcel a Avalos “por cuádruple abuso sexual con acceso carnal agravado por ser el imputado un ministro de culto, en concurso ideal con dos hechos de promoción de la corrupción a menor de edad calificados por intimidación, todos en concurso real entre sí”. Avalos había creado la “Iglesia Evangélica Jesús es el Camino” cuya sede se encontraba en Merlo, y allí sometía a las mujeres a tener relaciones sexuales con la idea de un inminente “fin del mundo” y que sólo se salvarían aquellas que tenían un hijo con él, por ser “elegidas de Dios”. El pastor habría tenido 18 hijos con fieles que concurrían a su iglesia. Este caso es uno de los tantos donde vemos como la religión es utilizada para dominar y manipular la voluntad y deseos de las personas, y así seguir reproduciendo relaciones de opresión.
Es fundamental destacar que la resolución que hoy pretende reducir a la mitad la condena de un abusador fue adoptada por jueces como Horacio Piombo, quien es conocido por ser Profesor Titular de Derecho Internacional Privado y Derecho Internacional Público, y formar parte del Instituto de Derecho Internacional de la Facultad de Cs. Jurídicas y Sociales de la UNLP; pero a su vez, ejerció la magistratura durante la última dictadura militar y es parte de los tantos jueces platenses propuestos a ser investigados por posibles encubrimientos y otros delitos en casos de secuestros, torturas y asesinatos de detenidos ilegales durante la última dictadura militar.
Con referencia a esto, en el año 2007, fue el juez Schiffrin, integrante de la Cámara Federal de La Plata, quien propuso en el marco de las investigaciones a integrantes del Poder Judicial por su presunta complicidad con el régimen que gobernó el país entre 1976 y 1983, que se investigue a otros magistrados y ex magistrados de nuestra ciudad, como Eduardo Hortel, Eduardo Sanucci, Horacio Piombo y Carlos Mayón, al considerar que "resulta altamente llamativo que algunos jueces y funcionarios penales del fuero ordinario platense no hayan ordenado ningún tipo de autopsia en los procesos iniciados por torturas y homicidios perpetrados en la Unidad 9 durante la dictadura, y que, hayan sobreseído provisionalmente y archivado las actuaciones sin producir ningún tipo de prueba". Esta investigación finalmente no se efectuó.
No lo podemos dejar pasar! Debe salir a la luz que profesores como Piombo siguen dando clases en las aulas; y jueces como él siguen ejerciendo funciones, dictando fallos aberrantes y haciendo “justicia”, su justicia de clase y patriarcal.
Mientras el Gobierno de Cristina habla de los DDHH, en nuestro país estos sujetos siguen siendo funcionarios estatales con total descaro. Y son solo 200 los genocidas condenados por la última dictadura militar mientras somos 4000 los estudiantes y trabajadores procesados por luchar! Esta es la justicia de CFK, que favorece a curas pedófilos, empresarios y genocidas, prohíbe el derecho al aborto y encarcela a los que luchan.
Desde Pan y Rosas, exigimos justicia y llamamos a todas las mujeres, estudiantes y trabajadoras, a organizarnos de manera independiente del Estado, la Iglesia, y los partidos patronales, contra tanta impunidad! |