Esta marcha por el Día del Orgullo LGTB tiene un gran significado: miles de nosotrxs celebramos a lo ancho del país que el día 15 de Julio se logró el matrimonio igualitario. La aprobación de la ley representa un avance en la conquista de derechos democráticos, alcanzados principalmente con la lucha y organización del movimiento. Así un gran sentimiento de igualdad se hace sentir… es sólo el punto de partida para imponer en las calles la lucha por “las libertades que faltan”. Redoblamos nuestras fuerzas por la aprobación de una ley que dé a las personas trans una identidad elegida por ellxs, un documento nacional de identidad, y primordialmente, el derecho a que el Estado Nacional brinde de manera gratuita en los hospitales públicos la posibilidad de realizar las operaciones de cambio de sexo de quienes lo deseen. A su vez que nos pronunciamos en contra de que esta ley implique toda intromisión estatal, así como todo tipo de medicalización o patologización hacia el reconocimiento de la identidad o bloquee el libre acceso a las intervenciones quirúrgicas. ¡¡Las identidades trans no son una enfermedad!!
Por la separación de la Iglesia del Estado
La Iglesia católica encabezó la oposición al reconocimiento del matrimonio igualitario y ahora lo hace con acceso a la igualdad jurídica de todxs. La misma que apoyó a la dictadura militar y que ampara a los curas abusadores de menores, se levanta contra derechos fundamentales por los que luchamos como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito para las mujeres; como así también contra todxs aquellxs que quieren tener acceso a un reconocimiento legal de su identidad. Pese al duro revés sufrido la Iglesia continúa imponiendo sus dogmas en la educación de millones de hombres y mujeres de los sectores populares. Esto es posible ya que el Estado Nacional sigue financiando con millones de pesos a la Iglesia y subvencionando sus actividades y colegios. Este vínculo histórico entre el Estado y la Iglesia fue reforzado por la última dictadura militar. Las leyes sancionadas por Videla, como la Ley 21.950, siguen vigentes y garantizan que el Estado pague anualmente millones de pesos provenientes de los impuestos que pagamos los. El gobierno nacional no ha tocado ni uno solo de los intereses económicos de la Iglesia ni ha tomado una sola medida para que se efectivice la separación de esta reaccionaria institución del Estado.
En el origen de nuestra lucha, está el deseo de todas las libertades
Sectores mayoritarios del movimiento LGTB influenciados -e incluso integrados- por la política del gobierno nacional y por una visión pragmática de que sólo se pueden lograr más derechos democráticos haciendo lobby parlamentario, lo cual no se propone trastocar en nada el orden reinante en su raíces más profundas. Por ello nuestra pelea es por un movimiento LGTB autoorganizado e independiente del Estado, los gobiernos de turno y los partidos del régimen.
Para nosotrxs que militamos por una izquierda socialista revolucionaria -en la lucha estudiantil de los universitarios y los secundarios, desde las fábricas y lugares de trabajo, en la juventud trabajadora y especialmente contra el trabajo en negro y tercerizado, e impulsando con miles de compañeras la lucha por el derecho al aborto- se vuelve necesaria una perspectiva política anticapitalista que acabe con la brutal miseria de la sociedad que asesina -a manos de la policía- a las travestis en situación de prostitución, las trabajadoras que pierden su vida en las fabricas de la esclavitud y a los jóvenes que apoyan las luchas de los tercerizados, como nuestro compañero Mariano Ferreyra asesinado a manos de la burocracia sindical, en la que este gobierno se apoya.
Por ello creemos que la lucha del movimiento LGTB no es solo contra la opresión y la represión, la violencia policial, las redes de trata, por el acceso al trabajo, la salud, la educación y la vivienda digna, sino que debe ir más allá, uniendo a todxs lxs explotadxs y oprimidxs en una salida de conjunto, la única posible para lograr una verdadera libertad sexual y mejorar efectivamente nuestras condiciones de vida y de trabajo, derribando este sistema capitalista y patriarcal que no puede persistir si no es sometiendo a la gran mayoría de la población a la más brutal explotación y opresión. Nuestro Orgullo, no es sólo el orgullo de nuestras diferencias sexuales, es a su vez el orgullo de una perspectiva política para los oprimidos y los explotados que sienten embrionariamente las bases de una nueva sociedad por venir.
¡Ley de Identidad de Género YA!
¡Derecho al aborto legal, seguro y gratuito ya!
¡Separación absoluta y definitiva del Estado y la Iglesia!
¡Derogación Inmediata del Código Contravencional y los edictos policiales!
¡Por un movimiento LGTB autoorganizado e independiente del Estado, los gobiernos y los partidos de los empresarios!
¡Justicia para Natalia Gaitan!
¡Juicio y castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra. Fuera toda la burocracia sindical!
Pan y Rosas / Militantes LGTB del PTS |