(Pan y Rosas, 9/oct/2010) Mil quinientas mujeres de Pan y Rosas, entre las cuales se encuentran obreras de Kraft, PepsiCo, Felfort, trabajadoras del INDEC y otras dependencias estatales, docentes de Ademys, SUTEBA, AGMER, estudiantes secundarias y universitarias, participaron del acto de apertura del XXV Encuentro Nacional de Mujeres en Paraná.
“No podemos permitir que la Iglesia genocida, que en Paraná es conocida por el aval del cardenal Tortolo con la maternidad clandestina que funcionaba en el Hospital Militar, siga metiéndose en los Encuentros de Mujeres para impedir que debatamos sobre nuestro derecho al aborto.”, señaló Alejandrina Barry, hija de desaparecidos, quien recientemente presentó una querella contra la Editorial Atlántida por tergiversar su historia, en 1977, para legitimar el terrorismo de Estado.
Jesica Calcagno, de la Secretaría General del Centro de Estudiantes de Sociales, agregó: “El entusiasmo y el esfuerzo de miles de mujeres de todo el país que nos reunimos en este Encuentro, tiene que transformarse en el puntapié inicial de un movimiento de lucha por el derecho al aborto y por la separación de la Iglesia del Estado. No va más que la Iglesia se entrometa en los Encuentros para impedir que podamos avanzar verdaderamente en nuestros derechos. Esto no va más. Por eso, las mujeres de Pan y Rosas proponemos que se vote un plan de lucha nacional, para que no haya una mujer muerta más por abortos clandestinos.”
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