La Iglesia y la derecha reaccionaria están en contra de nuestros derechos. El gobierno de Cristina Kirchner también se ha mostrado firme en contra del derecho al aborto. La centroizquierda se encuentra atravesada por las más diversas contradicciones, tironeada por el gobierno y también por la oposición “sojera”.
Sin embargo, este año, después de la aprobación del matrimonio igualitario, un reclamo de IGUALDAD se extendió por todo el país... Hoy, miles de estudiantes que tomaron escuelas y facultades, que se organizaron en asambleas interestudiantiles de Buenos Aires y Córdoba, trabajadoras de comisiones internas combativas que enfrentan a la burocracia sindical como las de Kraft, Pepsico y Zanon, miles de mujeres de todo el país se reúnen en este XXV Encuentro Nacional de Paraná.
Por eso, este año, no podemos permitir que sea igual a los anteriores: ¡fuera la Iglesia de nuestros Encuentros! ¡No queremos más discusiones estériles con quienes nos quieren mantener en la sumisión y la opresión! Estas miles de jóvenes estudiantes y trabajadoras, mujeres de todos los puntos del país que nos reunimos hoy en Paraná, somos la fuerza con la que contamos para derrotar al oscurantismo y votar un plan de lucha nacional por nuestro derecho al aborto libre, seguro y gratuito.
¡Derrotemos al oscurantismo clerical!
Los que abusan de nuestros hijos e hijas debajo de sus oscuras sotanas; los que “confesaron” a los desaparecidos en los centros clandestinos de detención de la dictadura y comulgaron con los milicos genocidas como el cura Von Wernich; los obispos que cobran más de 13 mil pesos de “salario” pagados por el Estado, mientras millones soportamos contratos precarios y no cubrimos la canasta familiar; los que reciben subsidios millonarios para sus escuelas privadas, mientras las de nuestras hijas e hijos se caen a pedazos… Ellos, los que organizan brutales campañas de agresión contra los Encuentros Nacionales de Mujeres y empapelaron Paraná con imágenes trucadas de fetos para sembrar el terror, sufrieron una derrota hace apenas tres meses: ¡a pesar de las reaccionarias y homofóbicas demostraciones de la Iglesia, se aprobó la ley de matrimonio igualitario, con enorme apoyo popular! Y no sólo eso: inmediatamente, se alzaron las voces de miles de personas, reclamando el derecho al aborto. “¡Ahora vamos por más!” –parecía escucharse en las calles, en las oficinas, en las escuelas, en los comedores y los vestuarios de las fábricas y en las universidades- “¡vamos por el derecho al aborto y por la separación de la Iglesia del Estado!”.
Junto con la Curia reaccionaria, los que salieron perdiendo fueron, también, los políticos derechistas del PRO y el Peronismo Federal, que en su mayoría, no sólo estuvieron en contra del matrimonio igualitario, sino también del derecho al aborto ¡y de la educación sexual! Mientras tanto, la chupacirios de Elisa Carrió se abstuvo de pronunciarse sobre uno de los derechos democráticos elementales que la mayoría de la población consideraba que debía aprobarse sin dilaciones.
Hay que terminar con esta dictadura eclesiástica. ¡Basta de subsidios al clero y la educación religiosa! ¡Que el gobierno de Cristina rompa relaciones con el Vaticano! ¡Por la separación total y definitiva de la Iglesia y el Estado! ¡Fuera de nuestro Encuentro Nacional de Mujeres los defensores de este orden que nos mantiene sumidas en la opresión, los inquisidores que pretenden darnos lecciones de “moral” mientras amparan a abusadores y criminales entre sus “santas” filas!
¡Que nuestros derechos no se jueguen en malabarismos parlamentarios!
Sin embargo, Cristina Kirchner, que quiso aprovechar la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en su beneficio –con grandilocuentes actos en la Casa Rosada, hablando de la igualdad que se vive en Argentina-, que ya ha manifestado claramente en contra de avanzar en el derecho al aborto.
No importa que se provoque medio millón de abortos por año en la clandestinidad; no importa que, por esa razón mueran más de 400 mujeres cada año y otras 6 mil sufran lesiones y consecuencias para su salud; no importa que el 20% de los embarazos sean de niñas y adolescentes; no importa que el aborto sea la primera causa de muerte en mujeres en edad reproductiva en Argentina. Tanto “cacareo” de los Kirchner contra el cardenal Bergoglio y los jerarcas del reaccionario y perverso clero, acabó en un santiamén, cuando se trató el tema del derecho al aborto que impediría estas injustas y crueles muertes de mujeres trabajadoras, jóvenes, pobres.
De la mano de Cristina, que se llena la boca hablando de la igualdad, la Iglesia llegó al Ministerio de Salud de la Nación: primero fue la ministra Graciela Ocaña, que en su momento declaró que el aborto era un tema de “política criminal”; después vino el clerical ministro Juan Manzur, que desautorizó el reglamento que permite la práctica de los llamados “abortos terapéuticos” o no punibles. La Iglesia se congració rápidamente con esta medida del gobierno kirchnerista que, de este modo, le bajó el tono al enfrentamiento que se había suscitado por la aprobación del matrimonio igualitario.
Por más que haya una pequeña minoría de diputadas y diputados kirchneristas que apoyen el proyecto de ley de la Campaña por el Derecho al Aborto; por más que los intelectuales ultra-K de Carta Abierta hagan foros y debates por la despenalización del aborto… lo cierto es que el gobierno ha sido suficientemente claro al respecto. Recordemos que ya con el matrimonio igualitario, con un 70% de la opinión pública a favor, la aprobación de la ley pendió de un hilo hasta el último minuto, cuando fue aprobada por un escaso margen en el reaccionario Senado.
Por eso, el movimiento de mujeres y todas las organizaciones feministas, sociales y políticas que apoyamos este justo reclamo por el derecho al aborto irrestricto, seguro y gratuito, debemos movilizarnos hasta conseguir que la ley se apruebe sin dilaciones.
¡No podemos confiar en que estos partidos patronales de la oposición y el oficialismo aprobarán la ley si no es por nuestra lucha activa, en las calles! Por eso, tenemos que ser miles de trabajadoras, amas de casa, estudiantes, artistas, intelectuales, las que nos movilicemos para arrancarle al Congreso, la legalización del aborto YA. Que el XXV Encuentro Nacional de Mujeres sea el primer paso para poner en pie ese movimiento, votando un plan de lucha nacional que consiga conquistar nuestro derecho a decidir.
¡Nuestra lucha en nuestras manos!
La CTA, que es parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que firma el proyecto de ley que este año se presentó nuevamente para ser tratado en el Congreso y que participa en los Encuentros Nacionales de Mujeres, acaba de tener elecciones en las que dieron por tierra con su propia definición de “central alternativa, autónoma y democrática”. Manejo a discreción de las urnas y los votos, prácticas clientelares y acusaciones cruzadas de maniobras fraudulentas para dirimir el poder de la Central entre los dos sectores que representan proyectos políticos enfrentados: por un lado, el derrotado pro-kirchnerista Hugo Yasky, referenciado en el centroizquierdista Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y Vilma Ibarra –los que se encuentran “apretados” entre una “agenda progresista” y su completo alineamiento con el gobierno K-; por otro lado, Pablo Micheli, alineado con el cristiano De Gennaro y el Proyecto Sur de Pino Solanas y Cecilia Merchán, que apoyan al campo y los ruralistas junto a los derechistas del Congreso.
Son las dos alas que en medio de las elecciones de la CTA dejaron abandonados a su suerte a las familias trabajadoras de Paraná Metal, cuyos trabajadores junto a sus esposas e hijos, habían cortado durante más de un mes una de las rutas más importantes del país, poniendo toda su energía en la lucha contra los despidos y el cierre que proponía el empresario K, Cristóbal López. Mientras estos dirigentes de la CTA, después de que Micheli prometiera un paro que nunca cumplió, llevaron esta lucha al desgaste, terminando por imponer que se aceptaran 600 despidos.
Todos se encuentran sumidos en sus propias contradicciones para llevar adelante una verdadera campaña activa, de lucha para conquistar nuestro derecho al aborto. El sector pro-K propone “patear” el tema para el año próximo, para no confrontar abiertamente con el gobierno de Cristina. Los otros, no aúnan sus propias fuerzas porque tienen profundas diferencias que van desde la conocida relación de De Gennaro con la Iglesia hasta el apoyo de Pino Solanas a los sectores más derechistas del Congreso, que representan a las patronales agrarias. Por su lado, la diputada Cecilia Merchán encabezó una presentación colectiva de habeas corpus en la justicia, para pedir que legalicen el aborto, que ya fue rechazado en distintos tribunales.
Lo que necesitamos miles de trabajadoras estatales, docentes, de la salud, mujeres de las organizaciones sociales y territoriales que pertenecen a la CTA es que se organice un gran plenario abierto donde participemos delegadas, activistas, afiliadas o no, para que votemos un plan de lucha por nuestros derechos, impulsando comisiones de mujeres en todos los lugares de trabajo, sin distinción de afiliación, uniendo las filas de las trabajadoras efectivas y contratadas.
Los acuerdos interbloques, el lobby parlamentario y las expectativas en la justicia ya demostraron que dejaron pendiendo de un hilo la ley por el matrimonio igualitario a pesar del enorme apoyo popular. Por eso, para que, efectivamente, el Congreso trate el proyecto de ley que permita la interrupción voluntaria del embarazo, es necesaria la más amplia movilización.
¡Que las diputadas que impulsan el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, pongan sus bancas al servicio de convocar a un amplio movimiento de lucha, independiente del Estado y los partidos del régimen, que arranque al Congreso el derecho al aborto libre, seguro y gratuito! Las diputadas, dirigentes sindicales, comisiones internas combativas, dirigentes estudiantiles y otras compañeras reconocidas que participan de este Encuentro Nacional de Mujeres deben encabezar la convocatoria a votar, aquí en Paraná, un plan de lucha nacional que podamos llevar adelante en todas las ciudades del país.
¡Ya se escucha, votemos plan de lucha!
Este año, después de la aprobación del matrimonio igualitario, un reclamo de IGUALDAD se extendió a los más diversos sectores. Vimos cómo irrumpieron miles de estudiantes, que tomaron escuelas y facultades, en defensa de la educación pública. En esas asambleas multitudinarias, las estudiantes también reclamamos nuestro derecho a la educación sexual, a la anticoncepción y al aborto legal. Los Centros de Estudiantes de Ciencias Sociales, Psicología, Filosofía y Letras de la UBA se pronunciaron por el derecho al aborto, lo mismo hicieron las asambleas inter-estudiantiles en las que participaron más de 2 mil estudiantes secundarios, terciarios y universitarios de la Ciudad de Buenos Aires, los consejeros y consejeras estudiantiles de Bellas Artes de la La Plata, que además impulsaron movilizaciones para que el Consejo Superior de esa universidad se pronunciara también a favor del derecho al aborto.
También vimos, nuevamente, a las obreras de Kraft, que junto a sus compañeros, pararon la fábrica ante la muerte de una compañera, cuya enfermedad había sido desestimada por el servicio médico, en complicidad con la patronal, que sólo está ahí para garantizar que la planta no se paralice y se siga acumulando la ganancia de los capitalistas… aunque haya que dejar la vida para eso. Estas trabajadoras, también pusieron en pie una Comisión de Mujeres –con la que están participando de este Encuentro de Paraná-, para pelear por sus derechos.
Contra las oscurantistas fuerzas clericales que pretenden imponerse sobre nuestras vidas, mientras cubren con su manto de impunidad a los curas abusadores, y a pesar de lo que digan las corrientes como el PCR-CCC que pretende erigirse en “dueña” de nuestros Encuentros Nacionales de Mujeres, este año, tenemos que unificar nuestros esfuerzos, para que en Paraná se oiga un solo grito, la decisión democrática de miles de mujeres que resolvamos llevar adelante un plan de lucha nacional por el derecho al aborto libre, seguro y gratuito.
Tomemos en nuestras manos esta oportunidad. Seamos miles las que en este Encuentro Nacional de Mujeres digamos ¡Fuera la Iglesia de los Encuentros! Y votemos una gran marcha nacional por el derecho al aborto YA.
Estas miles de jóvenes estudiantes y trabajadoras somos la fuerza que, desde todo el país, converge en este XXV Encuentro Nacional de Mujeres para exigir nuestro derecho a decidir, poniendo en pie un gran movimiento de lucha en todas las ciudades del país hasta conseguir de una vez por todas el derecho al aborto libre, seguro y gratuito. |