“Muy bien la piba…” dijo un obrero de una importante fábrica de jabones de la zona oeste de Gran Buenos Aires, sorprendido por la elocuente intervención de una joven trabajadora, delegada de la Comisión Interna de Kraft-Terrabusi, que tomó la palabra durante el Segundo Encuentro de Trabajadores de Zona Norte que se realizó el sábado 31 de julio.

“Espectacular la chica de Kraft…”, se le escuchó decir a un trabajador despedido de Felfort que minutos antes había tomado el micrófono para reivindicar, con orgullo, la lucha contra la precarización laboral y proponer a todos los presentes la realización de un encuentro nacional de trabajadores.

Acostumbrados a ver a las mujeres como meros objetos, o poco habituados a tener delante a una obrera que alce su voz con tanta firmeza y profundidad -a la vez que sencillez-, fueron varios los que, luego de un instante de asombro, no pudieron más que dedicarse a escuchar…y asentir…

Es que Lorena Gentile, con sus 29 años -casi 30-, una de las 5 mujeres que forman parte de la Interna de Kraft-Terrabusi, logró captar la atención de un auditorio atento. Ese sábado, en la Sociedad de Fomento “El Zorzal”, de General Pacheco, a sólo una cuadra y media de la ex Ruta-9, no se vio gente jugando al fútbol, como es habitual, sino un salón con más de 800 representantes de lasprincipales luchas de la clase trabajadora, delegados de las comisiones internas combativas, activistas que empiezan a pelear, trabajadores y trabajadoras sueltos, y muchas mujeres de la zona norte del Gran Buenos Aires.

“Me reivindico militante de la clase obrera”….empezó diciendo Lorena. “¿Cómo hacemos fuertes a esos compañeros para que se animen a pelear …y que en Kraft, Pepsico, Stani, y la fábrica que sea, cuando te golpeen no te van a golpear a vos sólo sino a todos los trabajadores… ¿Cómo hacemos para convencerlos?”, se preguntó. “Lo hacemos así: luchando y llamando a encuentros donde hay otros trabajadores que necesitan organizarse, que necesitan verse referenciados en trabajadores que luchan.” La preocupación por organizar a los sectoresclasistas y antiburocráticos que pelean contra las condiciones laborales impuestas durante los ‘90 que todavía siguen perdurando y por las conquistas perdidas “en manos de Menem y de burócratas como Daer y Moyano” es enorme. “Si no nos organizamos van a seguir estando”, decía Lorena. ”Nosotros solos, luchando sólo la Interna de Kraft no va a cambiar la historia, tiene que ser con el conjunto de lasy los trabajadores y las demás internas independientes…por eso es muy importante que estén los compañeros del Roca, de Felfort y de muchos otros lugares que están en lucha en estos momentos. Eso es lo que queríamos trasmitir. Organicémonos y luchemos. Tenemos una oportunidad única”.

No es la primera vez que ella toma la palabra ante cientos de trabajadores y trabajadoras. Durante el año pasado la vimos protagonizando junto a sus compañeras la lucha de Kraft-Terrabusi. Fueron las mujeres las primeras que salieron a pelear por sus derechos y le dijeron basta a esa patronal yanqui explotadora. Y no es de extrañar ya que en Kraft-Terrabusi como en el conjunto de las fábricas alimenticias, la mayoría de las empleadas son mujeres.

De a poco, enfrentando todas las dificultades que imponen las patronales y esta sociedad capitalista-patriarcal para que las trabajadoras se organicen política y sindicalmente, en las organizaciones de base del movimiento obrero las mujeresempiezan a tomar la palabra.

En las fábricas, la discriminación con las trabajadoras es total. Ni siquiera hay guarderías en la mayoría de los lugares de trabajo y además las patronales persiguen a las trabajadoras embarazadas –sobre todo si son contratadas- como bien denuncian las y los trabajadores de Felfort, aunque, lamentablemente, esto no termina ahí. Cuando las obreras salen del trabajo, empieza una nueva jornada laboral en el hogar. ¡Cuánto más difícil para una mujer trabajadora poder dedicarse a la actividad sindical o a hacer política! Todo está hecho para que lasobreras no sean sujetos que defiendan sus derechos y luchen por una nueva sociedad sin explotados ni oprimidos. Pero son cada vez más las trabajadoras que se ponen de pie y se empiezan a organizar.

Una de las pioneras es Catalina Balaguer, delegada de la Comisión Interna de Pepsico, quien estuvo sentada en la mesa del encuentro. Ella tiene historia en defender los derechos de las trabajadoras y a los contratados, motivo por el cual fue despedida por la multinacional en 2002 y luego de más de un año y una gran campaña por su reincorporación, logró su reinstalación. A partir de ahí, siguió luchando contra los maltratos a las mujeres y a las embarazadas en la fábrica. Ardua tardea ya que las mujeres son mayoría en la alimentación y son el sector más oprimido. Hacen los peores trabajos y son las que menos ganan porque les cuesta infinitamente más que a los varones poder ascender de categoría.

En el encuentro también se escuchó, entre otras, la voz de Silvina Pesce, trabajadora de la Educación llamando a impulsar “una gran campaña por los derechos de las mujeres trabajadoras, porque haya educación sexual en lasescuelas, anticonceptivos gratuitos y por el aborto libre y gratuito para todas lasmujeres”.

Es Lorena, Katy, Pamela, Estela, Nilda, María de los Angeles y tantos nombres que podamos imaginar como Susana, Marcela, Romina, Clara, Julieta, Soledad, Marisa, Ana, Rosa, Luciana, Lidia, Marta, Juana, Silvina….

Estas son las voces que se empiezan a escuchar en este proceso que los grandes medios de comunicación llamaron “sindicalismo de base”. Pero como dijo Lorena al finalizar su intervención “Hay ‘sindicalismo de base’, no es una teoría, no necesito un libro que me diga que hay ‘sindicalismo de base’, lo vivo día a día, caminando la planta con compañeros que se animan.” Las obreras, en ese sindicalismo de base, empiezan a tomar la palabra.