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Pan y Rosas
27 de junio de 2010 Twitter Faceboock

LA PROHIBICIÓN DELA BURQA Y EL NIQAB EN E ESTADO ESPAÑOL
¿Defensa de los derechos de la mujer o hipocresía imperialista?
Cynthia Lub, desde Barcelona
Link: http://panyrosas.org.ar/Defensa-de-los-derechos-de-la-mujer-o-hipocresia-imperialista

Tras un intenso debate en el último mes sobre la prohibición del “velo integral”- burqa y niqab- las ciudades catalanas han liderado el veto al burqa en edificios municipales. En Lleida fue donde primero se aprobó con votos de CiU, PSC y PP. También se aprobó en Tarragona, Manresa, y L’Hospitalet. En Barcelona y Reus, se aprobó el veto por decreto, en Girona fracasó la moción y en Terrassa quieren una norma estatal. También en Coín (Málaga), primer municipio andaluz se busca la regulación. La votación ha sido propuesta primero por el PP, y ha sido apoyada por todos los partidos catalanes.

El argumento esgrimido por el PP es que el uso del ’burka’ y del ’niqab’ atenta contra la “dignidad” de las mujeres. La concejal de Servicios Sociales de L´Hospitalet, Dolors Fernández del PSC ha planteado que el uso del velo “va contra los derechos de las mujeres y las hace invisibles”. El portavoz del PP, Juan Carlos del Río de la misma ciudad, ha explicado que “va en contra de la democracia y de la libertad” (El País, 22/06). Por otro lado, en Barcelona se alegan argumentos de “seguridad” por lo que se ha prohibido por decreto, en bibliotecas, oficinas de atención al ciudadano, edificios e instalaciones municipales, guarderías, escuelas de música, servicios sociales y mercados. Al respecto el alcalde Jordi Hereu ha planteando que la prohibición “no es un asunto religioso” y que también incluye prendas como los pasamontañas o los cascos como medida de seguridad por ser una expresión “de sentido común”, “No es posible entrar en un equipamiento y que no se permita la identificación”, (El País, 23/ 06).

Pero la realidad es que todos estos discursos no son más que la cobertura para, en nombre de lucha “por los derechos de la mujer”, avanzar con leyes que implican una mayor discriminación a los inmigrantes, en este caso las mujeres, que con velo o sin velo ya eran invisibles para el acceso a la educación, a trabajos dignos y con los peores contratos laborales; si es que tienen, ya que a ellas como a todas las mujeres inmigrantes de cualquier nacionalidad, les tocan aquellos trabajos invisibles como el cuidado de niños y ancianos, empleadas domésticas, entre otras. Por otro lado, el argumento de que es una medida de “seguridad”, no hace más que aumentar las políticas represivas no sólo a los inmigrantes, sino, como viene siendo sistemáticamente, a la juventud y a los activistas de izquierda y de los movimientos sociales y luchadores.

En diversos medios, el presidente de la Junta Islámica Catalana, Abdennur Prado, ha planteado que no hay apenas mujeres que vistan el burqa en el país y que por tanto el debate es falso y sirve para cubrir los problemas reales de las comunidades musulmanas que son muchos y muy graves. Esta prohibición ha creado toda una corriente de opinión en la población que es utilizada para atacar a toda la comunidad árabe musulmana. Según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) la comunidad marroquí es la más numerosa en Cataluña y Andalucía, y el 75,51% de los paquistaníes inmigrantes en el Estado español se encuentran en Cataluña y se ha incrementado la población musulmana en los últimos diez años. De Marruecos, constituyen más de un 70% del total de musulmanes residentes en España. Le siguen en importancia Argelia, Pakistán, Irán, Líbano, Siria, Egipto y Palestina, Túnez.

Tras la prohibición del “velo integral”, más racismo imperialista

Con la prohibición del burqa y del niqab[1] que procede de Afganistán, -donde la ocupación militar de la OTAN incluyendo tropas españolas, lejos ha estado de liberar a las mujeres-, se está encubriendo una política racista y xenófoba utilizando un debate en cierta medida falso y que se ha extendido a toda Europa. Junto a los municipios ya nombrados del Estado español, Bélgica fue el país pionero en aprobar la prohibición a finales de abril, y Francia está pendiente de un debate parlamentario que se celebrará en julio para definir esta cuestión. De ser aprobado en el Parlamento, entrará en vigor a partir de marzo del 2011, tras un periodo “pedagógico” de seis meses.[2] Otros países europeos como Holanda, Dinamarca, Italia y Alemania estudian adoptar una prohibición similar en su territorio. Todo este discurso “feminista” lo sostienen los mismos partidos y gobiernos que apoyaron la “guerra contra el terrorismo islámico” en Afganistán y la política asesina del Estado de Israel. Un gobierno que pretende aleccionar moralmente a los países que viven en terribles condiciones producto principalmente de la explotación y la opresión de los países imperialistas. El Estado español conserva enclaves como Ceuta y Melilla pertenecientes a Marruecos, Francia bombardeó Costa de Marfil sin ningún prurito, África, con guerras civiles y conflictos étnicos financiados por EEUU o las potencias europeas, o América Latina cargando sobre sus espaldas la política expoliadora de las multinacionales. Por tanto, ¿con qué autoridad pueden hablar el Estado español o Francia de “libertad y democracia”?, cuando su política imperialista se ha sostenido con el saqueo de las masas de los países oprimidos y su consecuente represión, donde las mujeres no fueron una excepción. Estos países responsables de la dominación económica y niveles de saqueo imperialista, lejos han estado en efecto, de ocuparse de los derechos de las mujeres.

Menos libertad para las mujeres, más discriminación a los inmigrantes.

Las políticas de represión y persecución a los inmigrantes en el Estado español han ido en aumento. Desde los intentos del Ayuntamiento de Vic de Catalunya de aplicar una xenofobia institucional al intentar prohibir el empadronamiento a los inmigrantes sin papeles con el argumento de la insuficiencia de recursos para sostener los servicios de sanidad y educación. Hasta las renovadas Leyes de Extranjería, y la orden pública a la policía para detener inmigrantes a la salida de los transportes públicos y en horario laboral. Esto ya es parte del paisaje de las turísticas calles barcelonesas, pero sobre todo del sufrimiento de las familias de inmigrantes que no pueden llevar una vida normal al ser perseguidos en los barrios de las ciudades periféricas. La crisis económica es el telón de fondo de las políticas xenófobas y anti-obreras en curso, y el gobierno de ZP ha girado cada vez más a la derecha también en este tema aumentando la represión y negación de derechos a los inmigrantes. A esto hay que sumar el trato inhumano que sufren los inmigrantes al ser detenidos en los Centros de Internamiento con un saldo en este mismo año, de dos jóvenes inmigrantes encontrados muertos, uno ecuatoriano y otro marroquí.

Ahora les toca a las mujeres. Pero con un discurso de género hipócrita que se cae ante las escalofriantes cifras de mujeres asesinadas por violencia de género, y que según los datos del INE son en su mayoría nativas. Y con la violencia ejercida por este país hacia las mujeres inmigrantes quienes son las que más están sufriendo las consecuencias de la crisis, y que nunca han tenido derechos básicos como trabajos dignos y reconocidos; además de que son ellas las que viven la explotación de la trata de mujeres, obligadas a estar en situación de prostitución. Por tanto, con estas leyes prohibitivas lejos de avanzar en los derechos de las mujeres inmigrantes, se avanza en la discriminación, imposibilitándolas al acceso a lugares públicos, es decir creándoles más fronteras para mejoras laborales, el acceso a la educación; una medida que las llevará al aislamiento social y a recluirse en sus casas. No es más que la continuidad de las políticas discriminatorias y racistas que este Estado opresor ha aplicado sobre los inmigrantes y las mujeres inmigrantes, en un contexto de crisis sin precedentes en el que las ideas xenófobas se acrecientan, esta vez convertidas en ley tanto por el PP y los partidos de derecha, como ERC y el PSOE. Como vemos, el discurso anti-inmigración ya no es exclusivo de los grupos de ultra derecha, sino que son impulsados por los partidos parlamentarios tradicionales.
La invisibilidad de las mujeres inmigrantes y su doble opresión de clase

Los diputados del PP no están haciendo una crítica ascética, sino desde un punto de vista occidental, en un país en el que Iglesia católica tiene un gran peso en el Estado y se inmiscuye activamente en la vida de las mujeres como lo vivimos en la cuestión del aborto. Las mujeres son invisibilizadas en la cultura occidental, quizás por otros medios más sofisticados y, lo peor, más naturalizados. La mujer del mundo árabe ha sido históricamente el blanco de ataque del mundo imperialista occidental, como cobertura para cuestionar a todo el mundo árabe y musulmán en sus puntos de atraso, y justificar ideológicamente su penetración política, económica, social y militar. Será a través del trato a la mujer que se puede ver el “atraso” de estas sociedades. Esta dimensión cultural- religiosa, también será adoptada por sectores de mujeres feministas europeas que no ven el carácter de “doble opresión de la mujer”, y se dirigen a estas mujeres con supuestos falsos y prejuicios raciales transmitiendo así su superioridad, sus modelos racistas e imperialistas; dejando a estas mujeres como pasivas y dóciles respecto a sus regímenes autóctonos. Esta forma ideológica que adquieren los diferentes imperialismos dominantes recae sobre las mujeres del mundo árabe con todo su peso, sufriendo esta opresión colonial ligada a la opresión de la mujer por los poderes autóctonos. En los países del mundo árabe musulmán, históricamente, la opresión ejercida por los poderes autóctonos estuvo acompañada por la ejercida por el poder colonial occidental, lo que dio como resultado variadas estrategias de emancipación contra la opresión de género, muy ligadas a la lucha contra la marginación social y política, y el legado colonial. Una reconocida escritora marroquí e intelectual del feminismo árabe, Fátima Mernissi,[3] explica cómo tanto los poderes autóctonos como algunos sectores de feministas occidentales subestiman su poder de actuación contra la opresión: “Por todo esto, que algunas feministas occidentales vean a las mujeres árabes como esclavas serviles y obedientes, incapaces de tomar conciencia o de desarrollar ideas revolucionarlas propias, sin seguir al dictado de las mujeres más liberadas del mundo (de Nueva York, París y Londres), a primera vista parece más difícil de entender que una postura similar en los patriarcas árabes.”[4] Esta autora explica cómo estos procesos de rebelión estuvieron ligados de los procesos de lucha por la independencia nacional y antiimperialista antes, durante y después de los procesos de descolonización.

La opresión de la mujer es doble: como mujeres y como trabajadoras. Y la opresión de clase se intensifica para las mujeres de los países coloniales o semi- coloniales. Mientras luchan contra la opresión de sus propios gobiernos, deben luchar contra la explotación y opresión imperialista. Por tanto, ningún gobierno de los países imperialistas como el Estado español o Francia deben entrometerse en las vidas de estas mujeres: son ellas las que con sus propias organizaciones que deben luchar por sus derechos, como ha sido durante los procesos de lucha de carácter antiimperialista que se dieron tanto en el Magreb, África o América Latina. Por ello rechazamos toda medida de prohibición, y cualquier política represiva hacia las comunidades nacionales, culturales y religiosas oprimidas en el Estado español; más aún cuando vienen de parte de un Estado responsable de la dominación imperialista de sus países de origen y su explotación y persecución aquí. La lucha por la emancipación de la mujer vendrá de la mano de la lucha contra la opresión y explotación, y no de la mano de quien la condena a la exclusión social y la sobre-explotación laboral y sexual.

 
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