Desde la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas insistimos para que este Día Contra la Violencia hacia las Mujeres sea un día de lucha. Que las mujeres que marchamos este miércoles fueramos la voz de todas las mujeres que sufren violencia, pero que también se organizan, se rebelan y luchan. Sí, denunciamos la violencia sexual, los femicidios, el trabajo precario, la represión a las luchadoras. Y denunciamos también a los responsables políticos, a quienes defienden este sistema de explotación y de opresión.

Desde Pan y Rosas como lo hicimos durante todo el año este 25 de noviembre marchamos reclamando nuestro derecho al aborto legal, seguro y gratuito, una vez más denunciamos los casos de niñas a las que se le negó su derecho al aborto no punible, los casos de mujueres muertas por aborto clandestino, marchamos contra la injerencia de la Iglesia, que con su oscurantismo defiende la muerte de miles de mujeres, el abuso infantil y las violaciones.

Fuimos parte también de las denuncias al gobierno provincial, que de la mano de la Justicia deja libres a los violadores como en el caso del Chacal de la 4ta Sección, un “monstruo” que lamentablemente es sólo un terrible ejemplo de lo que pasa todos los días. Denunciamos al Juzgado de Familia que absolvió al violador y asesino de Micaela Reina, en una sentencia más que escandalosa, que muestra quiénes son verdaderamente los jueces, y qué es lo que defienden.

Durante todo el año acompañamos la lucha de las mujeres trabajadoras, las que más sufren la explotación y la opresión en sus lugares de trabajo; apoyamos y dimos impulso a la Secretaría de la Mujer del Sindicato del Ajo, donde las mujeres, además de reclamar por el blanqueo y contra el trabajo esclavo, tomaron en sus manos la denuncia a la patronal del campo que tiene niños trabajando en las fincas mientras el gobierno mira para otro lado. Estuvimos en primera fila apoyando a las obreras y obreros de Terrabusi y escrachamos a la embajadora yanqui que ordenó la represión. Y en este 25 de noviembre, volvimos a repudiar la represión que sufrieron hace exactamente 2 años nuestras compañeras ajeras. Porque desde Pan y Rosas no damos sólo una pelea de género, sino también de clase.

Marchamos también por el triunfo del pueblo hondureño que enfrenta al golpe de Estado de Micheletti, un golpe sostenido por el imperialismo norteamericano, los empresarios y la cúpula de la Iglesia; y con los que el destituido Zelaya y los presidentes latinoamericanos “nacionales y populares” quieren negociar. Las mujeres feministas, trabajadoras, amas de casa, estudiantes, campesinas, indígenas han protagonizado la resistencia con la consigna “ni golpe de Estado, ni golpe a las mujeres”. Luchan contra la violencia del Estado, del imperialismo, igual que las Mariposas Mirabal, las hermanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la sangrienta dictadura de Trujillo.

Para terminar con la violencia que aun hoy sufrimos las mujeres es necesario poner en pie un gran movimiento por nuestros derechos, independiente quiener mantienen nuestra situación de opresion. Por eso desde Pan y Rosas peleamos por organizar a las mujeres trabajadoras junto a sus compañeros, a los estudiantes y al pueblo pobre para terminar con este sistema que nos condena al hambre, a la miseria y a la explotación.