Entre los que murieron en la masacre de Cromañón había niños de entre 10 meses y 10 años, que habían ido al recital junto a sus familiares. Inmediatamente, muchas voces acusadoras se alzaron contra las madres de estas criaturas, tildando su actitud de "irresponsable".
Pero la realidad que asomó detrás de la masacre es la que vivimos todos los días y que nadie quería ver: cada vez son más las niñas y adolescentes que tienen hijos.
Existen 900.000 madres adolescentes, la mayoría son de hogares pobres.
Cada 5 minutos hay un parto de una menor de 20 años.
Sólo 1 de cada 3 adolescentes conoce métodos anticonceptivos seguros y los utiliza.
Casi 1 de cada 3 mujeres pobres fueron madres antes de los 20 años.
1 de cada 3 muertes de adolescentes se debe a las consecuencias de abortos clandestinos.
Las jóvenes están condenadas a decisiones dolorosas: cuando quedan embarazadas deben «elegir» entre tener un hijo, al que probablemente no puedan mantener, o arriesgar su vida en un aborto clandestino. Luego, deben «elegir» entre llevar a sus hijos consigo a todos lados o renunciar a su juventud, y en muchos casos también a su educación y al trabajo.
No tienen dinero para pagar niñeras y, en la mayoría de los casos, ni siquiera hay familiares en condiciones de asistirlas.
La mayoría de las veces, los embarazos son resultado de la violación o el abuso. Y ni siquiera en estos casos, los jueces permiten la realización de un aborto.
Para las jóvenes y adolescentes, en esta podrida democracia capitalista, no hay derecho a la educación ni al trabajo ni a la salud ni a la diversión ni a nada...
Ibarra y Macri, los mismos responsables políticos de la masacre, pocos días antes, habían impedido que se promulgara una Ley de Educación Sexual en la Legislatura porteña. Kirchner tampoco tiene gran preocupación. Le dio garantías a la Iglesia de que él se opone a toda ley que despenalice el aborto... mientras en nuestro país mueren 400 mujeres por año, especialmente jóvenes pobres, por los abortos clandestinos.
Nuestras vidas y nuestros derechos no tienen ningún valor para el estado capitalista, ni para los políticos patronales de este régimen de democracia sólo para ricos, ni para los curas...
Por eso, las mujeres de la agrupación PAN y ROSAS acompañamos el reclamo de justicia de los familiares y amigos de las víctimas de Cromañón, reclamando una Comisión Investigadora independiente, conformada por familiares y amigos de las víctimas junto a organismos de Derechos Humanos.
Denunciamos el Pacto de Impunidad. -¡Que renuncie Ibarra! No queremos a Macri, ni la intervención. Impongamos una Asamblea Constituyente de la Ciudad.
Y acompañamos especialmente a todas las jóvenes y adolescentes exigiendo:
Guarderías en las fábricas, las escuelas y los barrios, a cargo de las patronales y el Estado.
Educación sexual en las escuelas y lugares de trabajo.
Provisión gratuita de anticonceptivos en los hospitales.
Derecho al aborto libre y gratuito.
Agrupación PAN y ROSAS
no pedimos, -¡exigimos! nuestro derecho al pan... pero también a las rosas | 
