LAS MUJERES Y LA REVOLUCION
Trascender el horizonte impuesto de ’lo posible’
Transcribimos fragmentos de la intervención de Andrea D’Atri en el encuentro regional de Pan y Rosas, realizado en Buenos Aires, el sábado 9 de agosto.
Hace un par de años, con un equipo de compañeras, publicamos un libro que se llama Luchadoras. Historias de mujeres que hicieron historia, donde contamos historias de distintas mujeres, de distintas épocas, como la de Rosa Luxemburgo. Mujer, judía, polaca, renga? tuvo que luchar contra todos los prejuicios. Pero Rosa no sólo se sobrepuso a eso, recibiéndose en la universidad de Zurich con una tesis sobre Economía e incorporándose a las filas del Partido Socialdemócrata Alemán, sino que además fue una de las más acérrimas enemigas de los dirigentes de ese partido cuando sus diputados en el Parlamento aprobaron los créditos que llevaron a la masacre de millones de obreros en la Primera Guerra Mundial. -¿Y saben qué decían de Rosa esos falsos dirigentes socialistas? "Es una perra rabiosa". -¡Tanto odio contra esta mujer sólo se puede explicar porque, mientras ellos decían que el capitalismo se podía reformar, que los trabajadores podían conseguir mejoras, que para eso había que tener más diputados en el parlamento? Rosa les decía "Socialismo o Barbarie"? "no hay salida en el capitalismo con algunas reformas"?! Por eso, estos traidores del que había sido su propio partido, la secuestraron, la fusilaron y tiraron su cuerpo al río? Pero justo la noche antes, Rosa había escrito un artículo muy bello en el que se burlaba del "orden" que los socialdemócratas le querían imponer a la clase obrera alemana que había desatado una revolución. Rosa les decía, justo esa noche antes de ser asesinada: "Estúpidos? -¿ustedes creen que el orden reina en Berlín? Yo me río de ese orden? por encima de ese orden la revolución seguirá diciendo FUI SOY Y SERÉ."
Allí, en ese libro, también contamos la historia de una huelga en EE.UU., de 1934: la huelga de los camioneros de Minneapolis. -¿Y qué tenían que ver las mujeres con una huelga de camioneros? Decenas de mujeres desplegaron su energía y abnegación desarrollando la autoorganización de estos trabajadores en su lucha. Y lo hicieron bajo la iniciativa de dos mujeres trotskistas, Marvel Scholl y Clara Dunne, que organizaron el comité auxiliar de mujeres, para involucrar a las esposas, novias, hermanas y madres de los trabajadores en la lucha. Reunieron a más de mil voluntarias y voluntarios que trabajaron en turnos de 12 horas para atender y servir la comida a más de 4 mil trabajadores en huelga y activistas. Otras mujeres que trabajaban en las empresas de transporte o eran secretarias de los políticos patronales actuaban como espías, informando a los huelguistas de lo que discutían los patrones contra ellos. Incluso llegaron a montar una clínica con médicos y enfermeras profesionales que trabajaban voluntariamente, para que a los huelguistas heridos en sus enfrentamientos con la policía, no los llevaran a los hospitales donde podían ser detenidos. Lo hacían con la convicción de que la participación en estos combates de la clase obrera norteamericana forjaría a los hombres y mujeres que pondrían en pie un partido revolucionario en el corazón del imperialismo. (?).
Estas mujeres trascendieron la protesta inmediata, el reclamo por lo posible. Lucharon, cada una bajo circunstancias diferentes, por lo que para los demás era imposible o ridículo, utópico o innecesario. Esas mujeres tenían la convicción de que la clase trabajadora no era sólo capaz de luchar por salario, por mejores condiciones de vida, por trabajo, por tirar abajo gobiernos despóticos... estaban convencidas de que la clase obrera era la única clase capaz de socavar los cimientos de la sociedad capitalista, por el lugar central que ocupa en la producción. Y también, creían que era capaz de convertirse en sujeto político, en sujeto revolucionario, en clase conciente de su destino y su tarea histórica de arrancarse las cadenas y liberar a la humanidad explotada y oprimida. (?). Millones de mujeres han luchado contra la opresión, desde que ésta existe, y fueron quemadas en las hogueras de la Iglesia, olvidadas por la burguesía en la Gran Revolución Francesa, despreciadas por los dirigentes sindicales? (?). Hoy, como siempre, hay luchadoras que salen a pelear por sus derechos (?); pero también es cierto que muchas, miles de mujeres, tienen ilusiones en que, desde arriba, se pueden solucionar sus problemas. La atmósfera ideológica predominante es la que dice que ya no hay perspectivas para la revolución social, que hay que aceptar lo que se puede conseguir, pequeñas reformas? -¡Las mismas ideas que enfrentaba Rosa Luxemburgo hace más de un siglo! (?).
Pero ahora, cuando el capitalismo se muestra más descarnadamente que nunca como un sistema brutal basado en la explotación de la fuerza de nuestros brazos, en la alienación de nuestra creatividad, en la depredación de los recursos naturales, en el hambre y la miseria millones de seres humanos? hoy cuando el capitalismo se desnuda como barbarie para las mujeres del mundo, sometidas a violaciones, abusos, vejaciones, violencia, las consecuencias mortíferas de los abortos clandestinos, la desocupación, la precarización laboral y la esclavitud, la trata y el proxenetismo, la explotación sexual y los crímenes más aberrantes? no alcanza conformarse con lo que nos dicen que es lo único posible. (?). Porque así se vista de neoliberal o de reformista, el capitalismo es un sistema que siempre "ineludiblemente- se basa en la explotación de una clase de millones de seres humanos por otra minoritaria clase de parásitos. Y mientras esto subsista, no habrá lugar para la liberación de las mujeres de las cadenas que hoy nos oprimen. (?).
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