Jueves 23 de marzo de 2006

ANTE LA ASUNCIÓN DE BACHELET EN CHILE

Qué mujeres, qué gobiernos

Las voces de muchas mujeres se alzaron, alborozadas, ante el triunfo electoral de Bachelet: una de nosotras, decían, llegó al sillón presidencial.

Las voces de muchas mujeres se alzaron, alborozadas, ante el triunfo electoral de Bachelet: una de nosotras, decían, llegó al sillón presidencial. También habían celebrado la asunción de Highton y Argibay en la Corte Suprema de Justicia en Argentina, la de Garré y Micheli al frente de dos ministerios, y la de varias ministras en el gabinete de Evo Morales en Bolivia. Pero, -¿qué significa para la mayoría de las mujeres que sean sus congéneres las que ocupan estos cargos? Simplemente, más de lo mismo.

Bachelet llegó a la presidencia a través de la Concertación por la Democracia. En el poder desde 1990, esta coalición partidaria tiene el "mérito" de profundizar cada vez más un modelo económico elogiado por los yankis, e iniciado durante la dictadura militar1. El crecimiento de la economía del país se hizo posible por el empobrecimiento de grandes sectores de la población, como en el resto de Latinoamérica. Bachelet no plantea realizar ningún cambio sustancial en ese modelo, y ya está firmando acuerdos con otros países para que todo continúe por esta senda. Entre los que asistieron a su asunción estuvo Condoleeza Rice, secretaria de Estado norteamericana, y promotora de la invasión a Irak; ésta destacó la importancia de que una mujer llegara a ese lugar, pero lo que no aclaró es para qué, y este es el eje de la cuestión: aunque esas mujeres provengan en algunos casos de organizaciones que se reivindican socialistas o populares, la realidad es que son parte de los gobiernos posneoliberales latinoamericanos que continúan aplicando políticas hambreadoras y antiobreras, a pesar de sus discursos progresistas.

En Argentina, Carmen Argibay es parte de la Corte Suprema; a pesar de declararse anteriormente a favor de la legalización del aborto, no hizo nada al respecto desde que asumió, y cientos de mujeres siguen muriendo por esa causa, mientras Romina Tejerina continúa presa. Desde el ministerio de Economía, Felisa Micheli continúa con el modelo económico heredado de Lavagna, garantizando enormes ganancias para los empresarios, mientras los trabajadores reciben salarios de miseria, la inflación crece cada día, y las mujeres seguimos padeciendo la doble explotación, con salarios un 30% inferiores a los de los hombres y trabajando en los puestos más precarios, si es que no nos golpea la desocupación.

En el caso de Nilda Garré, bajo su mandato en el ministerio de Defensa prosigue el uso de la violencia contra trabajadoras/es y luchadoras/es. Esto queda claro en la santacruceña Las Heras, donde las fuerzas represivas del Estado mantienen sitiada la ciudad y los yacimientos petroleros, garantizando que los trabajadores cumplan sus tareas y no haya cortes de rutas. Pero son otras mujeres las que están dando batalla en el sur: formaron la Comisión de Mujeres de Las Heras, que realiza acciones denunciando la represión y buscando apoyo para los luchadores presos.

Tanto ellas como las enfermeras del Garrahan y el Francés, las obreras de Zanón, las desocupadas de Tartagal, las docentes y todas las que se están levantando para luchar por ellas y sus compañeros, no pueden esperar nada de aquellas que representan los intereses de los empresarios, ya que no sólo no van a resolver nuestros problemas, sino que van a garantizar que continúen.




Temas relacionados

Internacional