A 7 años de la desaparición de Marita Verón, Pan y Rosas participó del acto que se realizó el pasado 3 de abril ante el Congreso de la Nación, junto a distintas organizaciones de mujeres y familiares de las víctimas de las redes de trata y prostitución. Marita Verón, Florencia Pennacchi, Fernanda Aguirre, Andrea López, María Guillem, María Quevedo, María González Ríos... son sólo algunos nombres de las más de 600 mujeres, adolescentes y niñas secuestradas en el país, en los últimos años, por las redes de trata y prostitución.

Bajo el gobierno de Cristina Kirchner, cada día, un nuevo nombre se suma a esta larga lista de mujeres unidas en el horror de haber sido arrebatadas de sus hogares, para ser intercambiadas como mercancías. Desaparecidas en esta "democracia para ricos" en manos de los que manejan un negocio que mueve millones... tantos como para comprar el silencio y la impunidad de proxenetas, tratantes, jueces, policías, gendarmes, funcionarios nacionales y provinciales... Como si hiciera falta aclararlo, hace pocos días, un ex comisario de La Pampa, desnudó la complicidad de sus jefes policiales en este millonario negocio. Según sus dichos, los mismos superiores de la fuerza policial ponían "palos en la rueda" cada vez que se intentaba avanzar en una investigación sobre el tráfico de personas en esa provincia.

Exigimos el castigo efectivo a los proxenetas y todos los implicados en este aberrante "negocio"; que se vete la Ley de trata, promulgada por el Congreso, que define este delito sólo si la víctima mayor de dieciocho años denuncia que ha sido amenazada, coaccionada, raptada o extorsionada. -¡Nadie que esté esclavizada y amenazada puede denunciar que está en ese lugar obligada por otros!

Al mismo tiempo, exigimos el cese de la persecución policial y la criminalización de las mujeres en situación de prostitución; el desmantelamiento de las redes de trata y prostitución; la aparición con vida YA de todas las mujeres, niñas y niños desaparecidos y la recuperación de su identidad a quienes han nacido en el cautiverio de la esclavitud sexual.

No depositamos ninguna confianza en la justicia, en los funcionarios cómplices, la policía y otras fuerzas represivas, principales socias de este gran negocio. Por eso, exigimos la conformación de organismos de investigación de las redes de trata en manos de víctimas, sus familiares y organizaciones de mujeres y de derechos humanos independientes del Estado y sus instituciones, para esclarecer cada hecho y avanzar en la lucha por terminar con la violencia que sufrimos las mujeres.

Pan y Rosas denuncia, además, que tanto el gobierno nacional como los gobiernos provinciales, los políticos de la oposición reaccionaria y clerical, la justicia y otras instituciones y funcionarios del régimen son responsables de la existencia de estas perversas redes de trata de personas, a las que amparan, cuando no promueven activamente con su participación. Por eso, porque son parte de lo mismo, sostenemos que la lucha contra las redes de trata y prostitución no puede estar separada de la lucha por acabar con este régimen social y su Estado, en el camino de una sociedad liberada definitivamente de todas las cadenas de explotación y opresión que hoy ciñen a la humanidad, pero aprisionan más fuertemente a las mujeres.