Domingo 17 de mayo de 2009

ZONA NORTE GBA

Pararle la mano a la patronal

Entrevista de Catalina Balaguer, delegada de PepsiCo a una trabajadora de la planta

Hace diez años que Graciela trabaja en PepsiCo, tiene dos hijos y desde hace tres años viene padeciendo túnel carpeano. Trabajaba en el sector de producción en el área de empaque. Desde que comenzó con este problema, a Graciela ya no le asigna tareas acorde a su capacidad, por el contrario la compañera viene sufriendo la desidia de una patronal que se niega a reconocer las enfermedades como profesionales, y al mismo tiempo tiene que soportar la presión de parte de gerentes y lideres para que realice tareas que por su incapacidad no podría realizar como limpiar ventanales, máquinas, rejillas de desagüe. Graciela sabe que debe aceptar eso o la opción del despido al que recurre la patronal con el articulo de la ley 247 que dice que es inculpable, pagándole la mitad de la liquidación.

Katy: -¿Cuánto hace que venís con esta enfermedad y qué estudios te realizaste al respecto?

Graciela: Desde marzo del 2006, en el cual comencé a realizarme los estudios por mi médico. En noviembre comencé por la ART: estudios, quinesiología, etc. Me recalificaron y después me dieron el alta para comenzar en enero del 2007, con una serie de tareas que podía realizar y que en ese momento existían en la empresa como puestos de trabajo.

Katy: -¿Le solicitaste a la empresa alguna tarea acorde a tu capacidad? -¿Cuál fue la respuesta?

Graciela: Le solicité otras tareas que había y que podía realizar pero fueron todas negativas, la ART al recalificarme me dio una lista con tareas que puedo hacer pero la empresa me las negó, y hoy me quieren obligar a que realice tareas que no puedo realizar como limpiar ventanas, maquinas, zócalos, hasta me dan horarios en donde me dicen cuánto tengo que limpiar, y cuánto es para descanso.

Katy: -¿Cual es la sensación que percibís de parte de la empresa y que te planteas hacer?

Graciela: Me siento discriminada, todo el tiempo me citan para intimidarme a que tome las tareas que saben que no puedo realizar para que yo directamente me niegue y después me dicen que es esto o el despido con la mitad de la liquidación sin reconocerme la enfermedad. Hace diez años que trabajo en PepsiCo y cuando comencé estaba sana no me dolía ni padecía de esta enfermedad. Hoy, al igual que otras compañeras ya no soy la misma, sobre todo cuando tengo que volver a mi casa, atender a mis hijos y otras tareas.

Pienso que debemos pelear por nuestro puesto de trabajo, por que nos reconozcan las enfermedades, y no que nos tiren a la calle como algo que ya nos les sirve. Y mi lucha es que la empresa reconozca mi enfermedad y me otorgue una tarea acorde a mi capacidad.

La historia de Graciela no es la única en PepsiCo, sino la de miles de trabajadoras, que como ella dice, entraron sanas y ahora que ya no pueden rendir lo mismo: la desechan como material descartable. Las trabajadoras debemos pararle la mano a estas patronales que se llenan de plata explotándonos con más y más producción y apropiándose hasta de nuestra salud por magros salarios.

Desde las comisiones internas combativas y cuerpos de delegados debemos pelear contra esto mas que nunca, en el medio de esta crisis en donde las patronales van a querer descargarla sobre los trabajadores y trabajadoras haciendo que por ejemplo dos personas rindan como cuatro para poder seguir ellos teniendo ganancias a costa de nuestra salud.




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