URUGUAY
Mujica y su “despenalización” del aborto
El pasado 25/9 se aprobó en Diputados el proyecto frenteamplista que regula la interrupción del embarazo hasta 12 semanas de gestación. Fue aprobado por la banca oficialista, en alianza con el diputado Posadas del Partido Independiente, y con el voto en contra de los partidos de la derecha, el Partido Nacional y el Partido Colorado.
El pasado 25/9 se aprobó en Diputados el proyecto frenteamplista que regula la interrupción del embarazo hasta 12 semanas de gestación. Fue aprobado por la banca oficialista, en alianza con el diputado Posadas del Partido Independiente, y con el voto en contra de los partidos de la derecha, el Partido Nacional y el Partido Colorado.
Esta media sanción, que constituye un avance, ha sido el resultado de muchos años de lucha del movimiento de mujeres en todo el país. Sin embargo, el proyecto aprobado exige que cada mujer que desee abortar deba presentarse ante un Comité Médico que evaluará cada situación. Así, las mujeres que quieran interrumpir su embarazo tendrán que pasar por el control social del Estado, invadiendo la privacidad y obligándola a exponer sus motivos. También pasará que aquella que no quiera someterse a dichos controles y que prefiera abortar por fuera del sistema de salud, será penada y condenada a la cárcel.
Una despenalización parcial
En realidad el proyecto sancionado no despenaliza el aborto sino que lo regula en determinados casos, siendo que la figura del aborto como delito no se ha quitado del Código Penal. Esta negativa del FA le ha valido el rechazo de varias organizaciones de mujeres, incluso frenteamplistas, que vieron estafadas sus aspiraciones.
Este proyecto es más restrictivo que el que aprobó el Parlamento hace 4 años y que el entonces presidente Tabaré “el católico socialista” Vázquez terminó vetando. Así, el Frente Amplio vuelve a jugar un pérfido rol ahora votando un “aborto tutelado”. Mujica ya nos había alertado que no se opondría a la aprobación de la ley, lo que no nos dijo era que la misma se convertiría en una regulación del Estado en ejercicio de un control social. Con todo esto, la Iglesia y los sectores reaccionarios montaron, como saben hacer, una pantomima “a favor de la vida”, cuando en realidad están a favor de perpetuar las muertes por abortos realizados en la clandestinidad.
Son las mujeres más pobres, las trabajadoras, quienes terminan abortando en condiciones de ilegalidad y sin los mínimos cuidados sanitarios.
¡Aborto libre, decidido por la mujer sin intervención de nadie!
En Uruguay debemos mantener bien alto la lucha por el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo. Frente a las ilusiones que motorizaron la llegada de Mujica a un segundo gobierno frenteamplista, hoy vemos cómo los ex tupamaros en el poder también quieren ejercer un control y supervisar nuestras decisiones. Es necesario que las mujeres, y en especial las mujeres trabajadoras, encabecen una lucha en las calles de forma independiente del gobierno del FA y contra la derecha reaccionaria. ¡Nadie puede controlar ni supervisar nuestras decisiones! ¡Aborto libre, legal, seguro y gratuito para todas!
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