Domingo 8 de marzo de 2009

SUSPENSIONES Y DESPIDOS EN LAS FABRICAS. TARIFAZO EN NUESTROS HOGARES

Las mujeres de pie enfrentando la crisis

Este 8 de marzo no tenemos nada que festejar. A más de un año del gobierno de Cristina, que se anunciaba como el siglo de las mujeres, nuestra vida ha empeorado gravemente.

Este 8 de marzo no tenemos nada que festejar. A más de un año del gobierno de Cristina, que se anunciaba como el "siglo de las mujeres", nuestra vida ha empeorado gravemente. -¡Y de la mano de la crisis mundial que ya golpea en Argentina, se avecinan tiempos peores! Son 14 mil los despidos y más de 33 mil las trabajadoras y trabajadores suspendidos en los últimos meses. Y los dirigentes sindicales de la CGT y la CTA permitieron que los patrones descarguen su crisis sobre nuestras espaldas, aceptando las suspensiones con rebaja salarial y los despidos encubiertos de las trabajadoras y trabajadores contratados como si fuera la única opción posible. Por eso , este 8 de marzo, te invitamos a un acto de lucha, para reclamar:

-¡Que se repartan las horas de trabajo entre trabajadoras y trabajadores efectivos y contratados, sin rebaja salarial y que sean los capitalistas los que paguen la crisis que ellos mismos provocaron!

Pero las mujeres han empezado a mostrar cuál es el camino para enfrentar la crisis, organizando comisiones de mujeres en lucha en las fábricas donde hay suspensiones y despidos. Uniendo el reclamo de trabajadores efectivos y contratados, ampliando la convocatoria a distintas empresas, marchando y cortando calles, las hermanas, esposas, madres y novias de los trabajadores de las automotrices están demostrando que la unión hace la fuerza y que allí donde una mujer avanza, ningún hombre retrocede. Ellas vendrán a contarnos de su lucha, este 8 de marzo.

-¡Viva la lucha de las mujeres automotrices de Córdoba! Apoyemos a estas mujeres que defienden el salario y el puesto de trabajo para su familia e impulsemos la formación, en los barrios, de amplias comisiones de mujeres que rodeen de solidaridad a las fábricas en lucha.

Pero mientras nos quedamos sin trabajo o nuestros salarios se "achican", nuestras cuentas aumentan. Después de conceder subsidios millonarios a las empresas privatizadas, el gobierno ahora nos aplica un tarifazo directo a nuestros bolsillos -¡Tenemos que trabajar 120 días al año sólo para poder pagar los impuestos! Aumento en los boletos de trenes, subtes, colectivos, en los peajes de autopista, en las facturas de electricidad, gas? A eso hay que sumarle que, a pocos días de que nuestras hijas e hijos comiencen las clases, se calcula que la canasta escolar aumentó más de un 30%. Mientras tanto, los alquileres se van por las nubes y cientos de familias sin vivienda son desalojadas y echadas a la calle.
Este 8 de marzo, levantemos nuestros reclamos:

-¡Abajo el tarifazo! Luchemos por la expropiación sin pago de estas empresas y que empiecen a funcionar bajo la administración de sus trabajadoras y trabajadores.

 ¡Suspensión de desalojos y remates! Por un alquiler social que no supere el 15% del ingreso familiar. Por un plan de viviendas populares bajo control de las organizaciones populares.

Mientras la crisis avanza sobre nuestros trabajos y nuestros hogares, siguen aumentando las miserias y las humillaciones contra las mujeres: las redes de tráfico de personas se extendieron brutalmente durante estos años en nuestro país, cobrándose la vida de cientos de mujeres y niñas que son secuestradas, esclavizadas e, incluso, asesinadas bajo el amparo de mafias policiales, con la participación y la complicidad de funcionarios judiciales y políticos, además de leyes que les son favorables. -¡Son más de 600 las mujeres desaparecidas en los últimos años! El 70% de las víctimas de trata son mujeres y el 13% niñas. Pero otras formas de violencia recaen sobre 4,5 millones de mujeres cada año en este país. Mientras el gobierno mira para otro lado, las mujeres siguen siendo asesinadas, golpeadas, maltratadas.

Exigimos refugios transitorios para las víctimas de violencia, garantizados por el Estado y bajo control de las propias interesadas, sin presencia policial ni judicial. Pero sostenemos firmemente que no podrá acabarse con la violencia hacia las mujeres en tanto persista este sistema basado en la explotación de millones de seres humanos por una minoría parasitaria y sedienta de ganancias. La salida no es individual: para eliminar la opresión de las mujeres, tenemos que organizarnos, junto a nuestros compañeros, para terminar con el capitalismo.

Además, kirchneristas y opositores patronales siguen impidiendo que se legalice el aborto, lo que evitaría que, cada año, mueran más de 400 mujeres por las consecuencias de los abortos clandestinos. Pero lo que es peor: el gobierno y la justicia, bajo las amenazas de curas y organizaciones oscurantistas y retrógradas, ni siquiera permiten que se aplique el artículo 86 del Código Penal que permite la interrupción de un embarazo cuando corre riesgo la vida o la salud de la mujer o en determinadas situaciones de violación. Los escandalosos casos de las niñas en Mendoza, abusadas y revictimizadas por la justicia y los funcionarios del Ministerio de Salud, son sólo una muestra de una realidad cada vez más apremiante que se pretende tapar con un manto de hipocresía: el aumento de los embarazos de niñas y adolescentes y el aumento de la tasa de mortalidad de jóvenes por las consecuencias de los abortos clandestinos.

-¡Ni una muerta más! Por el derecho a decidir. Educación sexual, anticonceptivos para no abortar y aborto libre y gratuito para no morir.

Las amas de casa de las familias trabajadoras, las madres que sostienen sus hogares solas, las que soportan la carga de una doble jornada laboral porque siguen con las tareas del hogar cuando llegan de la fábrica, las estudiantes que ven caerse sus escuelas y facultades a pedazos y a sus docentes con salarios de miseria, todas estamos llamadas a ocupar un puesto de lucha contra esta crisis que se nos viene encima. Porque será sobre nosotras, las mujeres, sobre quienes recaerán más tareas, más trabajo, más dificultades cuando la crisis económica deteriore más profundamente la salud y la educación pública, cuando suban aún más los precios de la canasta familiar y tengamos que rebuscarnos haciendo en casa muchas cosas que antes comprábamos hechas, cuando haya que resolver las mil cosas de la vida cotidiana aunque nos corten la luz o el gas que ya no podemos pagar?
Por eso debemos prepararnos para enfrentar lo que se viene tejiendo una extensa red de solidaridad en las fábricas, en las empresas y en los barrios, en las escuelas y facultades, para estar unidas y en pie de lucha.

Organizate junto a nosotras en Pan y Rosas y que el 8 de marzo, se oigan nuestras voces, en un gran acto de lucha, junto a tus amigas, vecinas, compañeras de trabajo y estudio. -¡Seamos miles de mujeres en todo el país luchando por nuestros derechos!




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