ENSEÑANZAS DEL VATICANO
Guerra y pena de muerte, sí; aborto, no
(*) Carta “Dignidad para recibir la Sagrada Comunión: Principios Generales” a la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, 2004.
Un documento eclesiástico (*), escrito en 2004 por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (lo que antiguamente se llamaba Inquisición), que desde hace algunos años es el papa Joseph Ratzinger, decía: “La Iglesia enseña que el aborto o la eutanasia son pecado grave. (...). No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado, por esta razón, indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. (...) Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia. (...). Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta –entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia-, su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que termine con la situación objetiva de pecado y advirtiéndole que, de otra manera, se le negará la Eucaristía.”
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