EL AMOR NO MATA, EL MACHISMO SÍ
En La Pampa gobierna la violencia contra las mujeres
por Claudia Lupardo, trabajadora docente, Santa Rosa (La Pampa)
En La Pampa, si hay algo que caracteriza al gobierno de Oscar Mario Jorge es la brutal violencia contra las mujeres. A fines de 2007, cuando inició su primer mandato, vetó la ley de aborto no punible que podía evitar, al menos, algunas muertes de mujeres por abortos clandestinos. Este año, el inicio de su segundo mandato se ve atravesado por un terrible hecho de violencia: el femicidio de Carla Figueroa, un caso que tomó relevancia nacional por lo aberrante del crimen de la joven que anteriormente había sido víctima de violación por parte del mismo sujeto –su pareja-, quien fuera liberado de la cárcel por los jueces que lo habilitaron a casarse con Carla y avenirse a la pena.
En La Pampa y en todo el territorio nacional los femicidios están a la orden del día. Las mujeres mueren impunemente, víctimas de la violencia machista. Pero también por las consecuencias de los abortos clandestinos, secuestradas por las redes de trata y prostitución, etc. El panorama en la capital provincial, Santa Rosa, no es el mejor: al frente de la subdirección de políticas de género se nombró a Fabiana Montañez, suboficial retirada de la policía pampeana. Todo un símbolo de la institución que en el país y en la provincia fue garante de los planes de exterminio de la dictadura genocida, que asesina a los jóvenes de las barriadas populares con el gatillo fácil, que maneja la caja de todos los negocios sucios de la trata, la prostitución, los desarmaderos, el juego y el narcotráfico.
En el caso de Carla, ¿alcanza con reclamar juicio político? Es la misma Justicia que dejó libre al comisario Marenchino, genocida de la subzona 14, en tiempos de la dictadura militar. Esta misma Justicia es la que me proscribió como candidata en las últimas elecciones, cuando era la única voz que se alzaba contra la violencia hacia la mujer y que defendía el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, principal causa de las muertes de mujeres trabajadoras y pobres.
Ahora, el PJ provincial dice que hubo “errores” en la causa y que es el propio Poder Judicial el que debe lavar sus trapos sucios. Por el contrario las mujeres, junto a los organismos de DD.HH., las organizaciones políticas y sociales independientes del gobierno provincial, debemos movilizarnos ¡Aquí no hubo “errores” ni distracciones! Exigimos la renuncia de los jueces que permitieron que este brutal crimen pudiera cometerse y la derogación de la execrable figura legal del avenimiento.
¡Basta de violencia contra las mujeres!
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