FEMICIDIOS
El último eslabón de una cadena de violencia contra las mujeres
Entrevistamos a Lía Pesaresi, delegada de la Junta Interna ATE-INDEC e integrante de la Comisión de Mujeres del INDEC, quién nos cuenta por qué cree que sólo con la organización en los lugares de trabajo, escuelas, universidades, se puede enfrentar y desnaturalizar la violencia y opresión con que se somete a las mujeres.
¿Aumentaron los femicidios o es que se denuncian más?
Creo que ambas cosas, pero la pregunta debería ser por qué la violencia hacia las mujeres en todas sus formas aumenta si en estos años de gobierno kirchnerista se han creado oficinas, secretarías y observatorios para atender y prevenir la violencia contra las mujeres, incluso se sancionó en el año 2009 una ley reclamada por las feministas, la 26.485 de “Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres”. Las mujeres acuden a estas oficinas, reiteran las denuncias y muchas veces terminan asesinadas igualmente.
Desde el gobierno, a través de Aníbal Fernández, proponen otra ley más ¿qué opinas sobre esto?
Aníbal Fernández, presentó un proyecto de ley contra la violencia familiar, para “sancionar a quienes en el seno de familia avasallan la integridad o la salud de cualquiera de sus integrantes”. ES verdaderamente indignante que uno de los responsables de los asesinatos de Kosteki y Santillán hoy hable en “contra de la violencia”. Fernández es un cínico. Pero el gobierno tiene que dar muestras, ante los organismos internacionales de que “se está haciendo algo”contra este flagelo que alcanza índices verdaderamente alarmantes en Argentina.
Y desde algunos sectores de la oposición se está planteando la iniciativa de declarar la emergencia nacional por la violencia creciente contra las mujeres…
Sí, diputadas del FAP presentaron un proyecto de ley para decretar, por un año, la “emergencia nacional”por femicidio. Exigen que se destinen presupuestos para hacer efectiva la ley 26.485; o sea una ley para que se aplique otra ley. La CTA michelista ligada al FAP y al GEN, junto a otras organizaciones de la autodenominada izquierda independiente” convocan a una concentración frente al Congreso. En la Comisión de Mujeres del INDEC discutimos participar de la jornada, pero planteamos que se necesita de un gran movimiento de lucha en las calles, que no esté subordinada ni a la agenda del kirchnerismo ni a la de la oposición patronal. ¿Podemos confiar en el binnerismo o en el kirchnerismo para, terminar con la precarización laboral? No, ambas fuerzas mantienen estas leyes laborales. ¿Y sobre el derecho al aborto? Cristina confirmó que este derecho no está en su agenda y el progresismo del FAP y las organizaciones que se referencian a él, dejaron de hablar de este tema. En cambio, nosotras creemos que hay que atacar todas esas condiciones que forman parte de la violencia cotidiana que se ejerce contra las mujeres.
Por eso, es ridículo plantear, como lo hacen algunos sectores, que el problema es que el estado está ausente. El Estado está presente manteniendo intactas las redes de trata para la prostitución, con la complicidad de funcionarios, políticos y las fuerzas represivas; condenándonos en consonancia con los mandatos de la Iglesia a los abortos clandestinos, por los que mueren más de 300 mujeres jóvenes y pobres cada año, favoreciendo a las patronales a mantener las leyes de flexibilización laboral, que hacen que la mayoría de los precarizados y “en negro” seamos mujeres. Todo eso es violencia, una larga cadena de violencias “naturalizadas” contra las mujeres.
Entonces, vos planteas un vínculo entre la situación más general de la mayoría de las mujeres y lo que los medios destacan, que es la violencia que a veces termina en femicidio
Claro, la violencia hacia la mujer es una violencia estructural dentro de este sistema basado en la explotación y la opresión, que legaliza, reproduce, legitima institucional y culturalmente la subordinación y opresión de las mujeres, para encausarlas a que cumplan con los roles socialmente establecidos. Toda ley que sólo apunte a defender a la mujer de la violencia extrema, puede ser un paliativo. Pero esta situación de opresión de las mujeres, no puede enfrentarse con leyes. Se necesita de la organización y la lucha de las mujeres y de todos los explotados y oprimidos para transformar, radicalmente este sistema social Creo que es importante que en los lugares de trabajo, en los hogares, en los lugares de estudio se discuta este drama. La clase dominante nos divide entre inmigrantes, nativos, efectivos, contratados, jóvenes, etc. Que nuestros compañeros nos maltraten, nos degraden, nos humillen o ejerzan violencia contra nosotras sólo debilita nuestras fuerzas y fortalece nuestras cadenas. ¡No podemos aceptar y mucho menos reproducir esas divisiones si queremos luchar junto contra quienes nos explotan y se benefician de esta situación!
Tenemos que organizarnos, como lo hicieron las trabajadoras de Kraft que, junto a sus compañeros, lograron echar de la fábrica a un jefe que acosó a una obrera; que ahora están reclamando que las mujeres puedan tener las mismas categorías que los compañeros para cobrar iguales salarios. Son apenas algunos ejemplos, pero importantes, de cómo enfrentar y desnaturalizar la violencia y opresión con que se somete a las mujeres. Es mucho más lo que podemos hacer. Depende de nosotras, de confiar en nuestras propias fuerzas y en nuestra lucha. Porque los derechos no se mendigan, se conquistan.
Entrevistó: Rosa D’Alesio
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