En lo que fue una jornada intensa y emotiva, participamos de una actividad organizada por Simbiosis Cultural, agrupación de jóvenes de la comunidad boliviana que asistió además al acto que realizamos en Capital Federal, llevando una adhesión. Con la perspectiva de plantear de qué forma pensamos que hay que luchar por los derechos de las mujeres, compartimos el panel con Sonia Sánchez (autora del libro "Ninguna mujer nace para puta") e integrantes de Médicos del Mundo. Se denunció que las mujeres pobres siguen muriendo por causas evitables, y que esto ocurre en gran medida por la política de los gobiernos patronales: ilegalidad del aborto, expansión del VIH, detección tardía de cáncer de mamas y útero, etc. Otro debate se dio alrededor de la prostitución, como una forma de violencia que el Estado sostiene de diferentes maneras: con sus fuerzas represivas que garantizan el "negocio", o dando sólo paliativos (como un programa de ayuda que no hace más que mantenerlas en esa situación).

Sonia Sánchez criticó con dureza a los dirigentes de la CTA, que impulsaron la creación de un sindicato de "meretrices", legitimando así la prostitución como una "actividad económica" más, con patrones, empleadas y clientes. Debatimos sobre el origen social y económico de la asignación de roles según nuestro género y, más de conjunto, de la opresión hacia las mujeres, concluyendo que sólo se erradicará definitivamente si se termina con el sistema capitalista, tarea en manos de las mujeres y hombres de la clase trabajadora.