Martes 21 de diciembre de 2004

A TRES AÑOS DE LAS JORNADAS DE DICIEMBRE

Basta de represión de la Iglesia y el gob de Kirchner - Por el derecho al aborto libre y gratuito

Hace tres años, las mujeres éramos protagonistas de las movilizaciones que tiraron a De La Rúa, participábamos en las asambleas planteando nuestros derechos y tomábamos las fábricas, como Brukman, bajo control obrero.

Hace tres años, las mujeres éramos protagonistas de las movilizaciones que tiraron a De La Rúa, participábamos en las asambleas planteando nuestros derechos y tomábamos las fábricas, como Brukman, bajo control obrero.

Hoy, después de tres años, muchas mujeres "entusiasmadas con la incorporación de Carmen Argibay a la Corte Suprema y otros gestos políticos-, confiaron en que el gobierno de Kirchner iba a dar solución a nuestros reclamos.

 ¡Nada más lejos de esto! Para poner un ejemplo, apenas el Ministro de Salud se pronunció a favor de la despenalización del aborto, motivó la furia de la Iglesia que, rápidamente, le exigió un pronunciamiento al gobierno. Kirchner, solícito, corrió a aclarar que estaba en contra del derecho al aborto y que, durante su gestión, no iba a favorecer ninguna legislación al respecto. Hace pocos días, el "progresista" Ibarra puso a la guardia de infantería en el Centro Cultural San Martín, durante una conferencia de la Dra. Rebecca Gomperst a favor de la despenalización del aborto y prohibió la que debía hacerse al día siguiente.

Mientras tanto, mujeres que luchan por trabajo genuino en Caleta Olivia o las que enfrentaron la aprobación del Código represivo de Macri e Ibarra en Buenos Aires, siguen presas, en las cárceles de este gobierno que es el que tiene más presos políticos desde 1983. Y los que dicen defender la vida desde la concepción, no dudaron en reprimir salvajemente una manifestación de desocupados en Santa Cruz, que terminó con la pérdida del embarazo de una joven trabajadora ferozmente golpeada por la policía.

La Iglesia, mientras tanto, sigue montando sus provocaciones ante la vista gorda del gobierno: varones haciendo el saludo nazi en la Catedral durante la marcha de gays y lesbianas por sus derechos, golpes contra los manifestantes de la Marcha de la Resistencia, censura a la obra del artista León Ferrari y provocadores en la charla sobre el aborto.
 ¡Cuánta hipocresía de esta manga de parásitos que viven a expensas del pueblo y de los subsidios y prebendas del Estado que le banca los edificios, las casas-quintas, los sueldos de los obispos y los colegios privados donde, encima, curran con las cuotas!

Los curas hablan de defender la vida desde la concepción, pero no escatimaron en bendecir a los torturadores de mujeres embarazadas de la dictadura militar, ni en aliarse con los milicos asesinos ni en defender a sus "colegas" abusadores de menores.

Hoy, cuando los trabajadores salen a pelear por aumentos de salarios y millones aún siguen reclamando trabajo, esta casta privilegiada de "mantenidos" se atreve a decirnos cómo tenemos que vivir y qué tenemos que pensar. -¡Mejor que vayan a trabajar!

Mientras tanto, las mujeres seguimos siendo rehenes de la Iglesia oscurantista y del Estado patronal. -¡Separación efectiva de la Iglesia del Estado! -¡Basta de subsidios a esta casta de privilegiados que son los curas!

Por eso, siguiendo el ejemplo de las compañeras docentes, estatales, de los trabajadores telefónicos, de subte, ferroviarios, etc., las mujeres trabajadoras y de los sectores populares debemos organizarnos para encabezar la lucha por nuestros derechos.
Porque el aborto clandestino provoca la muerte de 400 mujeres y graves secuelas para la salud de 15.000 mujeres por año.
Estar en contra del derecho al aborto no es estar a favor de la vida, es estar a favor de los abortos clandestinos.

Anticonceptivos para no abortar, derecho al aborto libre y gratuito para no morir.

Pongamos en pie una gran campaña por los derechos de las mujeres trabajadoras y el derecho al aborto.




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